Me encontraba en una discoteca con mis amigos, estaba en medio de la pista bailando con una amiga hasta que de lejos veo a esa personas que me volvía totalmente loca, así que me acerque a el poco a poco mientras movía mi cuerpo al ritmo de la musica. Una vez delante suyo me acerque a su oido.
- Vámonos - dije dejándole un pequeño beso en su cuello.
Al lo cual el simplemente me tomo de la mano y comenzó a andar hacia la salida de la discoteca.
- Que quieres de mi - dice sentándose en el sofá de su apartamento.
El sabia lo que yo quiera, era lo mismo de siempre pero el siempre quiera que se lo dijera, le hacia sentir superior.
- No es obvio, solo quiero ser una de tus chicas esta noche - digo sentándome a su lado.
- Amor, sabes que no cualquiera puede ser una de mis chicas - dice acariciando mi muslo.
- No tenemos por que enamoranos, no tengo por que ser la indicada, solamente quiero ser una de tus chicas por una noche - digo poniéndome de rodillas delante suyo y rogándole.
- Me encanta cuando eres así de sumisa amor - dice acariciando mi cara.
- Lo se, por eso quiero que me empujes y me estrangules hasta dejarme sin aire - digo, a lo que el acerca su cara a la mía para juntar nuestro labios en un fogoso beso que desencadenaría en una noche de sexo desenfrenada.
Me levanto sintiendo dolor en todo el cuerpo y me giro para ver que Pedri no se encuentra en la cama, así me visto y me dirijo hacia la cocina para verlo cocinando lo que suponía que era el desayuno.
- Buenos días preciosa - dice al notar mi presencia.
- Buenos días - digo sentándome en la silla que se encontraba dejando de la barra de la cocina.
Nos pasamos un rato en silencio hasta que Pedri acaba de hacer el desayuno y lo pone en la barra de la cocina y se sienta a mi lado.
- Ya sabes preciosa, desayunas y te vas - dice removiendo su café.
- Lo sé, igual que siempre - digo bebiendo de mi te.
Acabamos de desayunar en silencio y me levanto para irme a mi casa.
- Preciosa - dice cogiendome de la mano para pararme.
- Si - digo dándome la vuelta para estar frente a el.
- No le digas a nadie esto - dice poniendo un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.
- No te preocupes, que esto es un secreto - digo soltando una pequeña sonrisa.
- Asi me gusta, nos vemos otro dia- dice dejando un pequeño beso en mis labios y soltando mi mano para que me pueda ir.
Llevo un par de años teniendo esta " relación " con Pedri y siento que no puedo parar. Se que me controla a su antojo y que es tóxico para mi pero cada vez que intento separarme de el algo me tira hacia el , es como una adición la que siento hacia el, sino lo tengo me derrumbo.
