Mason Mount

1.1K 46 3
                                    

Había una vez una historia de amor que comenzó con risas y promesas. Mason y yo éramos inseparables, compartíamos sueños y secretos en medio de tardes soleadas y noches estrelladas. Sin embargo, a medida que el tiempo avanzaba, algo comenzó a cambiar.

—Mason, últimamente siento que te estás distanciando. Siempre pones a tus amigos antes que a mí —le dije con un nudo en la garganta mientras cenábamos en nuestro restaurante favorito.

—No exageres, cariño. Mis amigos son importantes para mí, eso no significa que te esté dejando de lado —respondió él, distraído por su teléfono que no paraba de sonar.

El tiempo pasó, y las salidas con amigos se volvieron más frecuentes. Mason siempre encontraba una excusa para pasar tiempo con ellos, ya sea para ver un partido o simplemente tomar unas cervezas. A menudo, me quedaba sola en casa, preguntándome cuándo sería su turno de dedicarme tiempo.

Un día, después de esperar en vano que Mason cancelara sus planes con sus amigos para estar conmigo, decidí hablar con él de nuevo.

—Mason, ya no puedo seguir así. Me duele sentirme siempre en segundo lugar. ¿Acaso ya no importo?

—No seas dramática, ¿vale? Solo estoy pasando tiempo con mis amigos, no hay nada de malo en ello —contestó, sin levantar la vista de su teléfono.

La tensión en la relación entre Mason y yo continuó aumentando con el tiempo. Cada intento de comunicarme sobre mis sentimientos parecía caer en oídos sordos. Una tarde, mientras estábamos en casa, decidí abordar el tema de manera más directa.

—Mason, necesitamos hablar en serio sobre nosotros. Últimamente, siento que nuestras vidas están yendo en direcciones opuestas.

Él levantó la mirada de su teléfono, pero solo por un instante, antes de volver a sumergirse en su pantalla.

—¿En serio? No sé de qué estás hablando. Estamos bien.

Sus palabras me golpearon como un puñetazo en el estómago. ¿Cómo podía pensar que estábamos bien cuando me sentía tan sola en nuestra relación?

—Mason, necesitas entender que tu constante elección de pasar tiempo con tus amigos en lugar de conmigo está afectando nuestra relación. Me siento ignorada y desplazada.

Él suspiró, visiblemente molesto.

—Mis amigos estaban aquí antes que tú. No puedo simplemente dejar de verlos.

—No estoy pidiendo que los dejes de ver, Mason. Solo estoy pidiendo un equilibrio. Necesito sentirme importante en tu vida.

La discusión continuó, pero cada palabra parecía abrir una brecha más grande entre nosotros. Mason no estaba dispuesto a ceder terreno y yo no podía seguir sintiéndome invisible en nuestra relación.

Días después, en un intento desesperado de salvar lo que quedaba, decidí invitarlo a una cita especial. Planeé una noche romántica, esperando que eso pudiera reconectar nuestros lazos. Sin embargo, Mason llegó tarde y distraído.

—Lo siento, tuve que hacer unas cosas antes de venir. ¿De qué se trata todo esto?

—Es una cena especial para nosotros, Mason. Solo quiero que podamos pasar tiempo juntos sin distracciones.

Intenté sonreír, pero sus ojos se desviaron hacia su teléfono una vez más. La sensación de rechazo y tristeza volvió a apoderarse de mí.

—Mira, no puedo quedarme mucho tiempo. Tengo planes con los chicos más tarde. ¿Podemos hacer esto rápido?

Sus palabras resonaron en mi cabeza. Habíamos perdido la conexión que una vez compartimos. Era doloroso enfrentar la realidad, pero sabía que no podía seguir viviendo en la sombra de sus prioridades mal colocadas.

—Mason, creo que necesitamos un tiempo separados. Esto ya no está funcionando para mí. Necesito espacio para entender lo que realmente quiero y necesito en una relación.

—¿Un tiempo separados? ¿Estás rompiendo conmigo?

Asentí con tristeza.

—Necesito cuidar de mí misma. Necesito encontrar mi propia felicidad, Mason.

— No puedes dejarme así sin más, sin una razon para dejarme.

— No me puedo creer que estes dicendo esto, tengo una razón más que suficiente para dejarte.

— Dios mio ____, eso no es una razón para dejarme, estas siendo una exagerada.

— Mira, no pienso seguir discutiendo contigo.

 Al final, cerré la puerta detrás de mí, dejando atrás una relación que alguna vez fue llena de amor, pero que se desvaneció en la sombra de prioridades mal colocadas. Aunque el camino hacia la curación sería largo, sabía que era el paso necesario para recuperar mi propia identidad y encontrar la felicidad que tanto anhelaba.

One shots futbolistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora