Brahim Díaz

913 16 0
                                    

Desde que tengo memoria, Brahim Díaz siempre ha sido una presencia constante en mi vida. Es el mejor amigo de mi hermana mayor, Clara, y su cercanía con nuestra familia ha hecho que él esté presente en muchas cenas, reuniones y celebraciones. Sin embargo, para mí, él siempre fue simplemente "el amigo de Clara", hasta que todo cambió.

Recuerdo claramente el día en que todo empezó a cambiar. Era una tarde soleada de primavera y Clara había invitado a Brahim a casa para ver un partido de fútbol. Como de costumbre, yo estaba en mi habitación, tratando de estudiar, pero me resultaba imposible concentrarme con el bullicio que provenía del salón.

De repente, escuché un golpe en la puerta de mi habitación. "¿______, puedo entrar?", preguntó Brahim con su tono alegre de siempre.

"Claro, pasa", respondí, intentando sonar indiferente.

Él entró con una sonrisa juguetona. "Clara me ha dicho que estás estresada con los exámenes. Pensé que podrías necesitar un descanso".

"No, gracias. Estoy bien", dije, aunque en el fondo apreciaba su gesto.

Él se sentó en el borde de mi cama, ignorando mi rechazo. "Vamos, ______. Un pequeño descanso no te hará daño. Además, tengo algo para ti".

Curiosa, levanté la mirada de mis apuntes. "¿Qué es?"

Brahim sacó de su mochila una camiseta del Real Madrid firmada por todos los jugadores. "Para que te animes", dijo, extendiéndomela.

Mi corazón dio un vuelco. "Gracias, Brahim. Es increíble", dije, sin poder ocultar mi emoción.

Desde ese día, Brahim empezó a encontrar excusas para pasar más tiempo conmigo. Siempre con alguna broma o comentario halagador, intentando sacarme una sonrisa. Al principio, pensaba que solo estaba siendo amable, pero con el tiempo, sus intenciones se hicieron más evidentes.

Una tarde, mientras Clara estaba en la cocina preparando la cena, Brahim y yo nos encontramos solos en el jardín. "_______, ¿puedo ser sincero contigo?", me preguntó, con una seriedad que nunca le había visto antes.

"Claro", respondí, un poco nerviosa.

"Me gustas. Mucho. Y sé que soy el amigo de tu hermana y que hay una diferencia de edad, pero no puedo evitarlo", dijo, mirándome fijamente a los ojos.

Mi corazón latía con fuerza. "Brahim, no sé qué decir", murmuré, sintiendo cómo el calor subía a mis mejillas.

"No tienes que decir nada ahora. Solo quiero que sepas cómo me siento", dijo, antes de volver a la casa.

Esa confesión me dejó confundida. No podía dejar de pensar en él. Su sonrisa, su forma de ser tan auténtica y su constante preocupación por mí. Poco a poco, empecé a ver a Brahim con otros ojos.

Una noche, Clara se fue a una fiesta y me quedé sola en casa. Para mi sorpresa, Brahim apareció en la puerta con una película y una pizza. "Pensé que podríamos tener una noche de cine", dijo, levantando la pizza como si fuera una ofrenda de paz.

"No deberías estar aquí. Clara se enfadará si se entera", le dije, aunque en realidad estaba feliz de verlo.

"Clara no tiene por qué saberlo. Es solo una película", dijo, entrando sin esperar mi respuesta.

Nos sentamos en el sofá y, a medida que la película avanzaba, noté cómo su brazo se acercaba cada vez más al mío. Finalmente, nuestros dedos se rozaron y un escalofrío recorrió mi espalda. Lo miré y vi en sus ojos el mismo sentimiento que había estado tratando de negar. Nos besamos, un beso dulce y lleno de promesas no dichas.

Desde ese momento, nuestro romance floreció en secreto. Nos encontrábamos a escondidas, aprovechando cada oportunidad que teníamos para estar juntos. Era emocionante y aterrador al mismo tiempo, sabiendo que si Clara o alguien más se enteraba, podría causar un gran revuelo.

Una tarde, mientras Brahim y yo paseábamos por el parque, me confesó sus miedos. "________, no quiero que esto te cause problemas. Sé que la diferencia de edad y el hecho de ser el amigo de Clara complican las cosas".

Lo miré, intentando transmitirle toda la seguridad que sentía. "Brahim, estoy feliz contigo. Eso es lo que importa. No me importa lo que piensen los demás".

Sin embargo, mantener nuestro amor en secreto se volvió cada vez más difícil. Clara empezaba a sospechar algo, y la presión de ocultar nuestros sentimientos se hacía más intensa. Hubo momentos en los que dudé si estábamos haciendo lo correcto, pero cada vez que estaba con Brahim, todas mis dudas desaparecían.

Finalmente, una noche, mientras Clara estaba fuera, Brahim y yo decidimos tener una conversación seria. "______, no puedo seguir ocultándonos. Quiero estar contigo de manera abierta, sin miedo a lo que piensen los demás", dijo, tomando mis manos entre las suyas.

Asentí, sabiendo que tenía razón. "Sí, tenemos que ser honestos con Clara. Ella se merece saber la verdad".

La oportunidad de contarle llegó al día siguiente. Clara, Brahim y yo estábamos cenando juntos cuando decidí dar el primer paso. "Clara, hay algo que necesitamos decirte", empecé, sintiendo mi corazón latir con fuerza.

Ella nos miró, alternando su mirada entre Brahim y yo. "¿Qué pasa?", preguntó, con una expresión preocupada.

"Brahim y yo estamos juntos. Nos hemos estado viendo en secreto porque teníamos miedo de tu reacción y de lo que pudieran decir los demás", confesé, sintiendo cómo el peso de la verdad se liberaba de mis hombros.

Clara se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Finalmente, suspiró y dijo: "Bueno, esto es una sorpresa. Pero si realmente os hacéis felices, no tengo derecho a juzgar. Solo quiero que seáis sinceros conmigo".

Esa noche, después de hablar con Clara, sentí que una nueva etapa comenzaba. Aunque sabíamos que no todos entenderían nuestra relación, estábamos listos para enfrentar cualquier desafío juntos. Brahim y yo no solo compartíamos un amor profundo, sino también una conexión que había crecido a través de los años.

Así es como, contra todo pronóstico, Brahim Díaz, el amigo de mi hermana y estrella del Real Madrid, se convirtió en el amor de mi vida. Juntos, aprendimos que el verdadero amor no conoce barreras y que, cuando es auténtico, vale la pena luchar por él, sin importar lo que diga la gente.

One shots futbolistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora