❥ 08

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Esa noche después de despedirse de Hao, se acomodó en el cuarto se su departamento para dormir en la cama, la arregló un poco para sea más cómoda y al finalizar se acostó ahí, después de dormir dos noches con la luces apagadas se dio cuenta que era más cómodo para los ojos.

Pudo haberse regresado al templo pero no quería porque tenía miedo que Hao le toque la puerta de nuevo y él no esté, odiaba verlo triste.

Cuando se hizo de día, el pelinegro se estiró cómodamente, ya se sentía como un humano, era divertido estar ahí. Miró el reloj viendo que eran las 11:11.

—¡Un número angelical! —sonrió —¿tanto dormí? —se preguntó a si mismo saliendo de las sábanas —deberían tener camas de estas en el templo

Se cambió en sólo 3 segundos usando sus poderes, ahora se podía ver completamente en el espejo, cosa que antes no hacía, le pareció curioso pero trató de no pensar en eso.

Subió al departamento de Hao deseando que este no lo viera y así hacerse invisible por mientras. Se acercó a la ventana y se quedó observando lo que hacía, estaba cocinando y parecía muy atento en lo que hacía.

Algo que había notado Hanbin en la última semana es que Hao era muy dedicado con cualquier cosa que hacía, incluso si tenía un mal día quería que todo le saliera bien. Era admirable.

—¿Hanbin?, ¿qué haces ahí?

¿Me puede ver?, ¿cómo es posible?

El pelinegro al darse cuenta que el contrario lo había visto se dio la vuelta de la ventana pegándose a la pared como si fuera a desaparecer haciendo eso. Entró en pánico pensando en como pudo haber sucedido eso si él deseó que no lo viera.

—¿Hanbin? —se asomó por la puerta viéndolo ahí parado

—Ah... hola, Hao —sonrío nervioso —¿cómo estás?

—Bien —rió —¿quieres pasar? —dijo amablemente

—Ah... claro —sonrió caminando hacia él tropezando torpemente, pero no se cayó al suelo ya que Hao lo sostuvo antes —gra-gracias

Mientras el castaño servía la comida estaba un tanto inquieto pensando en si decirle o no a Hanbin lo que ya había decidido.

—¿Puedo hablar contigo de algo? —le acercó el plato de comida

—Claro que si, puedes contarme todo

—Dejé las clases de canto —su repentino comentario hizo que el pelinegro casi se ahogue con el agua

—¿Qué? —tosía —pero si te gusta mucho, ¿porqué lo hiciste?

—Me metí a un trabajo de tiempo parcial, es desde casa, y los horarios se cruzan con los de la clase de canto así que la tuve que dejar, aparte que tengo que ahorrar y eso me quitaba mucho dinero

Hanbin se puso pensar que el dinero siempre era un problema, él era cupido, eso en su mundo no existe pero aquí sí y si no tenías lo suficiente no podrías sobresalir en ciertas cosas.

—Entonces yo también me saldré de las clases —dijo firmemente

—Oh no, no tienes que hacerlo por mí, yo sólo te lo estoy comentando

—Si tu no estás en las clases, no tiene sentido que yo esté ahí —Hao se sonrojó al escuchar eso y bajó la mirada un tanto nervioso

—Gra-gracias...

—También le voy a ayudar económicamente, me voy a conseguir un trabajo y el dinero que gane te lo voy a dar

—P-pero es tuyo, no tienes porqué...

—Igual lo voy a hacer —sonrió cálido  —no te preocupes, Hao, yo no lo necesito

Comenzó a comer orgulloso por lo que dijo, lo amaba tanto que haría cualquier cosa con tal de verlo feliz, Hao también le sonrió y continuó comiendo.

...

Cuando se hizo la hora de volver al templo, Hanbin deseó volver pero no podía, se quedó paralizado pensando en si no lo estaba deseando como debía.

—¿Porqué no funciona? —preguntaba en voz baja en medio del pasillo de su piso

No había nadie y todo estaba apagado, trató de concentrarse pero seguía sin lograr regresar. Comenzó a entrar en pánico respirando agitado.

—Te encontré

Aquella voz lo hizo tranquilizarse, Matthew apareció delante de él brillando fuertemente casi cegandole la vista.

—Gracias, gracias —decía al borde del llanto —, que bueno que estás aquí, ayúdame, no puedo volver al templo

—Claro que no puedes —respondió en tono enojado —llevas más de dos días en el mundo humano, te convertiste en humano

—¡¿Qué?!

arrow shot ➳ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora