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Los días pasaban, Hanbin cada vez se sentía más débil, ni siquiera podía identificar cuantos días habían pasado, no podía ni siquiera cerrar los ojos para poder descansar un rato. Aquel lugar lo consumía lentamente.

Hao, por su parte, esperaba en algún momento a ver a Hanbin, cada día se despertaba esperando que él esté a su lado y que todo lo que le está pasando sólo sea una horrible pesadilla. Pero no.

Empezó a salir a la calle a despejar su mente y encontrar un trabajo temporal, sin embargo, cada que veía un cartel fuera de los restaurantes o tiendas, leía que pedían mayormente mujeres con experiencia. Definitivamente no tenía ninguna de las dos.

No se quiso rendir tan fácil y siguió caminando por varios locales sin hallar ninguno en el que pueda preguntar.

Ya era de noche, sus pies dolían, y con el dolor de su estómago por no haber comida nada en todo el día, tuvo que regresar a casa.

—¿Ese no es tu ex-novio? —preguntó un hombre saliendo de un minimarket junto a su amigo

—¿Quién? —abrió una lata de cerveza levantando la mirada hacia el castaño, quien pasaba por el lugar desganado sin darse cuenta de aquellos dos —¿Hao?

—Ese mismo, dijiste que no te obedecía

—Sólo cuando quería —rió —se ve más lindo ahora que han pasado los años, parece que acostarse con varios le vino bien

—¿Cómo sabes de eso?

—Porque lo he estado vigilando desde que terminamos —dio un sorbo a la cerveza —lo he visto dejar entrar a varios hombres a su departamento —reía —es una zorra

—Debe tener el culo bien abierto

—Definitivamente, es una ofrecida

—Debe follar muy bien para estar con varios —vio al castaño desaparecer en una esquina

—¿Te gustaría probarlo? —lo observó con una mirada cómplice

—¿Me dejarás?

—Claro que sí, es mi perra, te otorgo el permiso

—Ya que insistes —fingió suspirar —lo quiero poner en todas las posiciones —se relamió los labios imaginando la escena

—En cualquier momento iremos a visitarlo —le dio una palmada —ahora vamos a la fiesta que te prometí que irían mujeres muy buenotas

—Gracias amigo

...

El castaño cruzó la puerta de su hogar, cerrándola y dejándose caer en el suelo, lo único que iluminaba la sala era la tenue luz de la calle, todo lo demás estaba oscuro, se sentía tan solo en ese momento. Lo único que quería ahora era llegar y ver a Hanbin parado ahí, correr, abrazarlo y cubrir su rostro lleno de lágrimas en su pecho, que le dijera que todo va a estar bien, que le dijera que iban a estar juntos sin que nada los moleste.

—Hanbin... —decía con la respiración entrecortada —vuelve... por favor... vuelve... —su pecho dolía, su cabeza le daba vueltas

Se levantó despacio, caminó hacia su cama acostándose y quedándose dormido. Lo mejor que podía hacer era eso, dormir para dejar se pensar.

...

La semana transcurrió, la tristeza se iba acumulando en su ser, el dinero no le duraría hasta fin de mes, lo poco que le pagaban le alcanzaba para llegar a fin de mes. No sabía que hacer en esta situación.

Con las únicas fuerzas que tenía, comió un poco, casi sin ganas, y salió a la calle a seguir buscando trabajo.

Las cosas cada vez se ponían más difíciles, hubiera deseado haber tenido otra vida, y no esta.

Quiso presentar su currículo para otra empresa y trabajar de oficinista pero la empresa anterior le había puesto mala conducta de reseña, por lo tanto, la nueva ya no lo volvió a contactar. Estaba tan impotente que esas cosas le estén pasando a él.

Necesitaba apoyarse en alguien, y la única persona en la que confiaba era en Hanbin, pero él no estaba, su única fortaleza no estaba. Su mundo se derrumbaba poco a poco.

Regresó a su casa, otra vez tarde, tomó su teléfono buscando en internet como ganar dinero fácilmente, lo único que le recomendaban eran aplicaciones que te pagaban por jugar o ver anuncios, sin embargo, para poder ganarlo tenias que acumular muchos puntos y eso tomaba demasiado, y lo máximo eran 5 dólares. Básicamente nada.

—Necesito dinero... —comenzó a llorar de nuevo —por favor...

El día de pagar la renta del departamento se acercaba, él nunca había sido impuntual, siempre tenía ese dinero separado del resto, completo y pagado con anticipación. Si se retrasaba iba a llevar una mala imagen.

Lo único que podía hacer en ese instante era evitar comer para ahorrar dinero y comida en los siguientes días hasta que consiga un poco de dinero.

El sueño le había vencido, necesitaba descansar para evitar pensar, después al despertar se podía volver a estresar, por ahora sólo quería desactivarse de su vida.

...

1:48 p.m

Entre sueños sintió algunos pasos dirigirse hacia su cama, sin embargo, creyó que lo estaba soñando, y no abrió los ojos, no hasta que una mano tapó su boca haciéndolo saltar.

—Hola preciosa, nos volvemos a encontrar...

Esa voz... era ese imbécil...

—Suéltame —intentó decir tratando de quitar la mano de su boca

—¿No quieres ganar un poco de dinero? —sonreía de manera ganadora

¿Dinero?

[💔]

arrow shot ➳ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora