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Hanbin llegó temprano, se vistió como creyó que se vería bien y ase arregló el cabello, guardó el collar en uno de sus bolsillos de su pantalón dirigiéndose al departamento de Hao.

Lo vio a través de la ventaja sentado en la mesa usando la laptop, parecía concentrado, así que permaneció parada observando el momento en el que se desocupara.

Minutos después, el castaño se levantó a tomar un poco de agua y ahí fue el momento exacto en el que Hanbin tocó el timbre.

—Hola, Hao —sonrío sintiendo como su piel se erizaba al verlo parado frente a él

—Hola, Hanbin —sonrió sutilmente —pasa —se movió a un lado para que entrara ¿quieres un poco de agua?

—S-sí, claro, gracias —su respiración se aceleró al igual que su corazón, su mente estaba buscando las palabras correctas para decirle —gracias —agarró el vaso que el castaño le trajo

—Estaba trabajando un poco... —dijo un poco tímido

—¿Estás muy ocupado?

—Sí, bueno... más o menos

—Oh, entonces, te busco en otro momento

—¿Me quieres decir algo?

—Sí, pero si estás muy ocupado...

—Bueno, ahora me iba a tomar un descanso, estaba a punto de acostarme

—Oh, bueno... —siento que mi corazón se va a salir —quería decirte algo que llevo guardado hace mucho...

Zhang Hao se heló, esperó que no fuera lo que él estaba pensando.

Hanbin, no...

—Tu... —prosiguió —me gustas mucho

Mierda...

—Desde el primer momento en que te vi me gustaste y no me arrepiento de ningún sólo momento en el cual he pasado contigo, todos fueron maravillosos —sonreía cálidamente —no pude evitar enamorarme más de ti, ahora mis sentimientos están hablando por mí. En verdad agradezco todo lo que me hiciste sentir, fue algo mágico que jamás voy olvidar

Por favor, no sigas...

—Hao, ¿quieres estar conmigo?

Maldita sea.

El castaño se quedó callado sin saber que decir. Le dolía pensar que Hanbin se había esforzado tanto para no recibir nada, si le decía que sí, lo podía presumir como su novio en las redes, pero ¿de qué le iba a servir eso?, ya se había aburrido de querer llamar la atención. Sin embargo, quería asumir la responsabilidad de los sentimientos de Hanbin ya que se había enamorado de él. No pudo decirle que no.

—¿Hao?

—Está bien —sonrió —si quiero ser tu novio —una enorme sonrisa se dibujó en el rostro del pelinegro

—Ah, eso no es todo, quería... —sacó el objeto se su bolsillo —darte esto

—Oh... no tenías porqué hacer esto, no es necesario —sonrió con un poco de tristeza

—No fue nada, lo hice yo, tiene un pedazo de mi corazón —mencionó haciendo que Hao sonriera sin saber que lo decía en serio

—Gracias...

El pelinegro se lo colocó alrededor de su cuello viendo que le quedaba muy bien, el castaño no dijo más palabras, sólo asentía a cada cosa que él decía.

Él pensaba que no sería tan malo que haya aceptado, Hanbin tenía una personalidad muy bonita, tarde o temprano se iba a terminar enamorando de él, ¿verdad?.

No fue así.

Por más que intentara sentir algo no podía, era una vacío que lo carcomía cada día en el que veía como se acercaba a tocarle la puerta con una gran sonrisa. Salían a varios lugares, paseaban por las diferentes aceras de las ciudades, tenían citas como hacían parejas y él le decía cosas muy bonitas pero Hao no podía devolver ese cariño.

Tantas veces que Hanbin le quería tomar de la mano, él la quitaba, cada vez que intentaba besarlo, Hao fingía estar distraído, miraba hacia otro lado o cambiaba de tema. Su corazón no podía latir de la misma manera y se sentía mal por hacer esperar a Hanbin por algo que no iba a ocurrir.

Por eso, aquella noche, tomó la mejor decisión que su cabeza le pudo haber dicho que haga, y era terminar con todo esto.

—Hanbin, ¿podemos hablar? —se detuvo en el medio del puente del que estaban pasando

—Dime

—Tengo que algo que decirte, hace tiempo quería decírtelo pero no podía, pero ya no puedo soportarlo más —un nudo se le formó en la garganta preocupando al pelinegro

—¿Qué pasa?

—Debemos terminar...

—¿Qué? —su voz se volvió temblorosa al oír eso

—No me siento bien engañandome a mi mismo y mintiendote a ti, siempre me dices un montón de cosas bonitas y me duele no poder decir ni siquiera que te quiero —sus lágrimas comenzaron a brotar —, y no es tu culpa que yo no sea lo que necesitas

—Hao...

—Y por más que intenté amarte no pude y no quiero que estés esperando recibir algo de amor por mi parte cuando no puedo dártelo, el amor no tiene que ser unilateral. —sollozaba — Tu mereces ser feliz y yo no te puedo hacer feliz

—Hao... —sus lágrimas no paraban de salir, se había quedado sin palabras

—Eres increíble, Hanbin, eres una persona tan linda y maravillosa, la mejor que he conocido, eres como un ángel —respiró profundamente — y los ángeles como tú no pueden volar al infierno conmigo

—Hao, no digas eso... —su corazón dolía a más no poder

—Lo siento mucho —dijo, y finalmente abandonó el lugar dejando al pelinegro sufriendo, con el dolor de un corazón roto, el primero que había sentido en toda su existencia

[💔]

arrow shot ➳ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora