Hanbin se la pasó decaído los siguientes días, los cupidos habían notado su cambio abrupto que dio de un día para otro, de pasar de la total felicidad hasta la tristeza absoluta.
Habían días en los que ni siquiera quería ir al mundo humano, se quedaba en su lugar acostado viendo hacia la nada, a veces derramaba lagrimas en silencio, pero nadie jamás se atrevió a preguntar que le ocurría, no es que no les importara, en verdad creían que no era de su incumbencia meterse en los problemas de los demás.
Matthew al notar que ya había pasado tiempo desde lo sucedido fue a hablar con él.
—Hola, Bin —se sentó en un lado de su cama —¿te sientes mejor?, ¿necesitas algo?
—¿Porqué me hizo eso?—mencionó con la voz desgarrada, sus ojos estaban hinchados y su brillo había desaparecido
—Lo siento mucho, Hanbin, traté de advertirte sobre él pero no me hiciste caso
—¿A qué te refieres? —giró a verlo
—Una vez... leí sus pensamientos —se llevó la mano hacia el codo de su otro brazo sintiéndose mal por lo que estaba a punto de decir —vi como él seguía pensando en su ex-novio y te quería usar para superarlo... lo siento mucho
Hanbin no dijo nada, se quedó en silencio volvieron a sentir como las lágrimas querían salir otra vez. El rubio tuvo que dejar solo a su amigo porque lo estaban llamando. Él volvió a llorar desconsolado pensando en como fue que terminó de esa manera, siempre creyó que el amor era lindo y color de rosa, ¿entonces porqué dolía tanto?.
Se sentía estúpido por todas las veces que le dijeron que no se enamorara de humanos, que se alejara de ellos, por casi haberse puesto en contra de su familia por otro ser que no era igual que él y que lo terminó dañando.
¿Sólo me usaste, Hao?
Te di mi corazón...
¿porqué me hiciste esto?Todo su interior estaba quebrado, como si un tractor hubiera atravesado su alma, como si una flecha de caza le hubiera atravesado el corazón. Dolía de una manera descomunal, no hay ni un día en que no recuerde lo que pasó, y nadie más lo sabía. Era mejor que jamás se enteren.
...
Cuando Hanbin ya se sentía mejor y había dejado de llorar, iba al mundo humano tratando de observar desde lejos las cosas que hacía Hao, camuflandose en su trabajo de Cupido, así en el templo nadie sabía que en verdad estaba espiando a alguien en vez de hacer sus deberes.
Al estarlo viendo los primeros días se dio cuenta que se había quitado el collar que le regaló. Esperaba que al menos lo conserve como un recuerdo, pero no lo hizo y eso le dolió.
En las siguientes semanas notó que había vuelto a las clases de canto, se comenzó a cuestionar si el hecho de salirse de las clases fue en verdad por el dinero o en realidad era una estrategia para que el pelinegro se termine acostumbrando a la soledad al pasar menos tiempo con Hao.
Los meses consiguientes, Hanbin se percató que Hao iba a citas con una señora en un consultorio, le contaba su vida y ella apuntaba en su libreta y también le aconsejaba que hacer. Jamás entendió porqué los humanos hacían eso, pero decían que les ayudaba a sanar.
Ahora que llevaba más de tres meses observando su rutina, se había dado cuenta de una sola cosa, y es que Hao lucía mejor que antes, estaba más feliz, radiante y sonriente. Hacía las cosas que le asignaban y se enfocaba en ellas sin terminar pensando en algo más... ¿eso era bueno, verdad?, había mejorado mucho, y Hanbin estaba orgulloso de haber presenciado ese cambio de manera invisible, pero aún así... quería que en algún momento vuelva a pensar en él, desde lo más profundo de su corazón lo deseaba.
—Hanbin, deja de ver a Hao, ya es hora de irnos —el rubio lo interrumpió sacándolo de sus pensamientos
—Es verdad, lo siento —lo siguió hasta el templo
Ya no lloraba, pero todavía sentía melancolía de vez en cuando. Pero sabía que era momento de soltar. Debía dejar ir a Hao, de todas formas no olvidará lo importante que fue él en su vida, todos los buenos momentos que pasó a su lado los guardará en su mente y corazón.
Eventualmente, Hanbin también regresará a ser quien era, un simple cupido que tira flechas haciendo felices a los demás.
Lo que nunca debió dejar de ser.
[💔]
ESTÁS LEYENDO
arrow shot ➳ haobin
FanfictionHabía una sola regla en el templo para los cupidos: "Jamás enamorarse de un humano", pero Hanbin no la cumplió. • Contenido sensible • Leer bajo responsabilidad propia