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Volvieron a meter a Hanbin en la celda en la que había estado antes, pero esta vez, estaba protegida por los dos guardias de su padre, quienes evitarían que se escape.

—Matthew, ¿estás?

—¡Volviste!

—Matthew no me puedo quedar aquí tanto tiempo, necesito ver a Hao

—Aguanta un poco

—No puedo aguantar —respondió desesperada, él no puede aguantar sin mí, Matthew

—¡Silencio! —dijo un guardia —como ustedes dos no se callan, me veo en la obligación de cambiarlos de celdas —Matthew acompáñame

—No, espera, no lo volveremos a hacer

—¡Acompáñame! —dijo firme

El contrario no tuvo opción a despedirse de su amigo, salió de su celda moviéndose a otra abandonando a Hanbin.

Este se desesperó aún más dejándose caer en el suelo, trató de dormirse esperando conectar con Hao, sin embargo, los guardias hacían ruido a cada instante para interrumpirlo, evitando cualquier cosa sospechosa.

9 horas después...

Los guardias abrieron la celda sacando a Hanbin a la fuerza haciendo que vuelva a ver a su padre. Este se sentó cabizbajo frente a él.

—Mírame a los ojos, Hanbin —mencionó enojado —lo que cometiste es inaceptable, tanto tus hermanos como yo estamos decepcionados, relacionarse con los humanos sólo trae desgracias, no son como nosotros, no pertenecen a nuestro mundo, ¿qué harás después de estar con uno de ellos?, ¿verlo morir?, ¡eres un ser inmortal!

—¿De qué sirve estar ahí tirando flechas si ni siquiera puedo acercarme a hablar con ellos?, ¿porqué ponen reglas de no relacionarse con los humanos cuando todo el puto día estamos más en su mundo en el nuestro?

—Cuida tus palabras, no eres como ellos, no hables ese lenguaje vulgar

—Es la verdad

—Las reglas son las reglas, somos cupidos y nacidos para servir a los humanos

—¿De qué sirve hacer que se enamoren si no yo no puedo enamorar?, me obligas a verlos amarse cuando yo no puedo llegar a sentir ese sentimiento

—Hanbin...

—Quería vivir como alguien normal, quería sentir lo que ellos sienten, la emoción que atraviesa sus cuerpos cuando ven a esa persona especial llegar a casa, el simple de hecho de que esa persona sonría les arreglaba los problemas... quería sentir...

—No puedes sentir, Hanbin, está prohibido, somos diferentes, no eres un humano, nadie puede saber que eres un cupido, ¡nadie!

—Pero si su novio ya lo sabe —interrumpió Ricky —Hanbin le contó todo, hasta tienen sexo con sus alas al aire

—¿Qué? —el pelinegro volteó hacia el rubio anonadado por lo que dijo

—¿Eso es cierto, Hanbin?, ¿le contaste quien eres? —preguntó con furia

—Él es confiable, padre

—¿Qué sabes tú?, si ni lo conoces realmente, sólo hasta estado un par de años con él ya crees que es el amor de tu vida, eso sólo lo piensa un humano promedio, además, ¿porqué le dejaste ver tus alas?, ¿te volviste loco?

—Él me lo pidió

—¿Y si te pide que te mates también lo haces?

—No es así, padre, yo lo amo...

—No sabes que es el amor, y ya deja de decir tonterías, ya ni quiero escucharte, tuve suficiente con el mal que me hiciste pasar hoy —hizo una pausa haciendo unas señas a sus guardias —envíenlo al limbo y asegúrense de quitarle todos los poderes

—Sí, señor —dijeron al unísono

—¿Limbo?

—Adiós, Hanbin —se quedó sentado observando como su hijo le suplicaba que no le hiciera nada

Cuando Hanbin lo perdió de vista, observó como lo guardias sin previo aviso le empezaron a absorver todos sus poderes, y al quitarle todo, en un sólo chasquido lo hicieron desaparecer del lugar.

Había llegado a uno nuevo, uno en el cuál no había salida, estaba oscuro, lleno de almas que fueron desterradas en aquel sitio vagando por ahí, sólo habían quedado los huesos de sus alas en el suelo frío. Hanbin se asustó, miró a todos lados sin encontrar nada, estaba sólo.

Mientras caminaba dando vueltas por la zona, vio a lo lejos alguien sentado, se acercó a él percatándose que estaba en sus últimos días ahí.

—¿Estás bien? —preguntó el pelinegro

—¿Quién? —miró al chico —oh... eres el nuevo... —¿tu también te enamoraste de un humano? —rió de forma burlona

—¿Qué te pasó?

—Pues eso... me enamoré y mi padre me echó del templo a este lugar... llevo 100 años aquí y ahora si siento que voy a morir —carcajeó —qué bueno, estar aquí es una tortura, sientes como el silencio y la oscuridad te carcome lentamente, y lo más doloroso de todo es que no vuelves a ver a tu humano... de una día para otro simplemente me llevaron, ni siquiera pude decirle adiós, y me duele saber que él murió pensando que yo desaparecí sin más, nunca pude decirle lo que pasó y él no tenía idea de que yo era un cupido...

—Lo siento mucho... —dijo desde el fondo de su corazón

—Ya no importa... sólo espero poder encontrarlo en otra vida, o convertirnos en estrellas como él tanto mencionaba —sus ojos se volvieron llorosos —supongo que después de enamorarte empiezas a tener emociones más humanas, me hubiera gustado haber cumplido con todo el futuro que teníamos planeado juntos...

Hanbin empatizó con aquellas palabras de aquel hombre comenzando a llorar. ¿Y si no volvía a ver a Hao?, él no iba a esperar tanto tiempo por él... 100 años...

—¿Cree que pueda salir de aquí usando algo?

—Sin poderes, sin salidas... en este momento ya no existes... sólo estás entre la vida y la muerte desgarrándote lentamente hasta que mueras por completo, para algunos es más lento y para otros más rápido, mientras más te aferres a estar vivo puedes vivir más, pero no cambia nada, simplemente te quedas aquí... yo ya me rendí, así que ya puedo ver mi final —el hombre expiró de cansancio y alzó la mirada hacia Hanbin —si no vuelvo a abrir los ojos, quiero que sepas que me gustó haber hablado contigo

El hombre cerró los ojos con suavidad, parecía que iba a descansar, pero dando un último aliento, suspiró dejando de respirar al instante. En ese momento, Hanbin supo que no había otra opción de esperar su dolorosa muerte.

[💔]

arrow shot ➳ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora