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Él estaba sentado en la sala viendo televisión, me pidió que le preparara un café con leche, yo accedí y fue a la cocina tomando su taza favorita, él amaba esa taza y lo sabía. Pero el mundo, como siempre, estaba en mi contra.

Me dirigí a la sala y por tratar que nada se me derramaba me choqué con una silla lo que hizo que un poco de la bebida se derramara en mi mano, me quemé y terminé tirando la taza sin querer.

Fue un accidente, yo sabía que era un accidente. Pero él no lo vio así.

Me agaché a recogerla rápidamente y me corté. Él se levantó enojado, me gritó diciendo que soy un inútil, torpe y que no sé ni como agarrar una maldita taza de mierda. Nunca hago nada bien.

Me dijo un montón de cosas horribles que ni siquiera recuerdo porque lo único que hice fue llorar al escuchar todas las cosas que decía. Mi mente estaba en blanco, sintiéndome estúpido y culpable.

Siempre me hacía sentir culpable por todo. Y yo le creía. Esas palabras se quedaron en mi cerebro.

Nunca llegó a golpearme, quizás si lo hubiera hecho habría terminado con él más rápido. Sus insultos que después se transformaban en palabras de amor me cegaban, creía que así funcionaba el amor.

Me equivoqué.

...

—Y eso por eso que me pensé que me ibas a gritar —mencionó el castaño

Los dos estaban acostados en la cama, Hanbin boca arriba mirando el techo y Hao acurrucado encima de su brazo explicándole porqué actuó así en la tarde.

—Entiendo... —acariciaba su espalda —fue algo traumático que viviste y quedó marcado en ti, pero quiero que sepas que yo jamás te levantaría la voz, por ninguna circunstancia

—Lo sé —se aferraba a él —lo sé, tu no eres igual a los demás —se quedó pensando un momento —de hecho, nadie repara de la nada un bowl que se quebró —Hanbin lo miró empezando a sonreír —¿me vas a explicar?

—Sí —se acomodó en la cabecera de la cama para sentarse y Hao lo siguió —yo... —respiró profundamente —¿prometes creerme?

—Lo prometo —asentía rápidamente desesperado por saber

—Yo... —lo miró a los ojos —no soy humano... —el castaño se quedó viéndolo fijamente extrañado

—¿No eres humano?

—No, no lo soy

—¿Entonces?... ¿eres un alien? —se asustó —¡¿tuve sexo con un alien?!

—¿Qué?

—¿Estás experimentando conmigo?

—Claro que no —rió —, no soy un alien

—¿Un vampiro?

—No

—¡Un demonio! —se sobresaltó

—¡NO! —puso los ojos enormes mirando hacia todas las direcciones —no vuelvas a mencionar eso

—Está bien —frunció los labios —entonces... ¿eres un ángel?

arrow shot ➳ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora