Durante días Hao se la pasó viendo como Hanbin llegaba a recoger a Sunoo para llevarlo a comer, él trataba de fingir que estaba bien pero no, nada estaba bien, pero tampoco es que pudiera decir algo.
Se acostumbró a desaparecer hacia la cafetería antes que llegara el pelinegro, sabía que le iba a doler verle la cara, así que prefirió evitar la cercanía de ellos dos durante los siguientes días.
Sin embargo, habían veces donde estaba comiendo y por costumbre tomaba su celular, entrando a su instagram para ver las historias de Sunoo, siempre subía cosas con Hanbin, en cada salida que tenían había una nueva historia, incluso subían algunas publicaciones a su feed que al castaño le costaba dar like.
Quería engañarse que estaba feliz por ellos, se veían felices, él también quería estarlo. Debería estarlo. ¿Porqué no lo estaba?, ¿tan difícil era sentir felicidad por dos personas enamoradas?
Llegaba a su casa por las noches acostándose en la cama mirando al techo, llenaba su cabeza de pensamientos que no debería, pensamientos que hace mucho tiempo había dejado de tener, que se supone que ya los había superado. Se levantó sentándose en la cama tomando su laptop comenzando a trabajar, esa era una buena forma para dejar de pensar.
...
—¡Hao!, ¿a dónde vas? —preguntó Sunoo viendo a su amigo salir casi corriendo de la oficina al ser la hora del almuerzo
—Eh... a la cafetería...
—Siempre comes sólo, no me gusta eso, ¿no quieres que te invite a comer?
—Me gustaría, sí —sonrió pensando que él lo estaba invitando para ir a comer sólo los dos
—Ya llegué, mi amor —Hanbin se asomó por el ascensor caminando hacia su amado —te traje tus flores favoritas
—Aww, gracias cielo, eres muy tierno —las recibió oliendo su aroma —Hanbin, ¿Hao puede ir con nosotros a comer?
Ay, no...
—Claro, no hay problema, mi vida —sonrió manteniendo la mirada fija en el pelirosa
—Eh, no —interrumpió Hao —creo que deberían ir sólo ustedes, no quiero molestarlos
—Pero ya nos conocemos entre los tres, tu no molestas, Hao —frunció los labios —di que sí, por favor, por favor
—Yo... —desvío su miraba a Hanbin, seguía con los ojos fijos en Sunoo, como si él no existiera, ante eso y la insistencia de su amigo no tuvo más remedio que aceptar —está bien...
El más bajo abrazó fuertemente a Hao soltando un chillido de felicidad. No podía ser tan malo, de todas formas si iba a ir con ellos estarían tan inmersos dándose abrazos y besos que ni siquiera notarían su presencia. Era mejor pasar desapercibido y parecer un fantasma.
Al llegar al restaurante los dos chicos se sentaron juntos mientras el castaño se sentó en el asiento delante de ellos, tomó la carta evitando mirarlos tanto, con sus murmullos de amor no podía concentrarse leyendo así que pidió lo primero que se le vino a la mente.
—Una lasagna de carne, por favor —el mesero tomó su orden y la de los otros dos que pidieron juntos el mismo plato
Llegó con todos los pedidos y empezaron a comer, ellos se daban de comer mutuamente, Hao trataba de mirar a otro lado pero definitivamente le incomodaba, ya no sabía si inventar algo para huir de ahí.
—Voy al baño, ya vengo amorcito —Sunoo se levantó dirigiéndose al lugar mencionado
Hanbin bajó la mirada hacia su plato volviendo a comer tranquilamente sin levantar la vista hacia quien tenía al frente, este se sintió mal por aquello, si se supone que todo estaba bien no tenía porqué actuar así.
¿Lo está haciendo a propósito?
—Tu... ¿sabías que Sunoo y yo somos amigos? —preguntó para tratar de romper el silencio incómodo
—¿Me estás hablando a mí? —levantó la cabeza después de unos segundos. El castaño asintió —no, no lo sabía —dijo volviendo a comer
—Oh... —bebió un poco de agua pensando en que más preguntar —¿y cómo se conocieron?, no me quedó muy claro —rió nervioso —, creo que Sunoo me lo explicó muy por encima
—Chocamos y... nos enamoramos —mencionó volviendo a comer
—Sólo... ¿chocaron? —sonrió con inquietud —y se enamoraron, ¿así de la nada? —Hanbin movía los ojos un rato pensando
—Sí —asintió volviendo a comer
—Ah... —volvió a beber agua sintiéndose más incómodo —qué fácil se suelen enamorar las personas hoy en día... —rió tratando que lo que dijo sonara gracioso, pero en el fondo le dolía.
Hanbin lo ignoró a pesar que Hao mantuviera la mirada fija en él esperando que dijera algo más que sólo respuestas monótonas. Cuando Sunoo volvió, el pelinegro mantenía sus ojos fijos en él con la mas mínima acción que este hiciera.
Hao se dio cuenta que había sido una muy mala idea haber aceptado venir con ellos. Un nudo en la garganta le impidió seguir comiendo, ni siquiera había probado un bocado de su comida, y así la dejó saliendo del restaurante con la excusa de que le dolía el estómago.
Regresó a la oficina volviendo a trabajar dejando de pensar en lo que pasó hace un momento. Si mantenía su mente ocupada todo iba a estar bien.
[💔]
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arrow shot ➳ haobin
FanfictionHabía una sola regla en el templo para los cupidos: "Jamás enamorarse de un humano", pero Hanbin no la cumplió. • Contenido sensible • Leer bajo responsabilidad propia