Estaban volando por toda la ciudad, Hao sonreía cada que veía algunas calles que conocía, era divertido sentir el viento en su cara, ver como estaba tan cerca de las nubes y podía atravesar varias de ellas. Parecía irreal.
El sol se iba escondiendo poco a poco. Hao miró un poco hacia abajo mirando unos lindos valles verdes con una colina en la cima en la cual se veía una manta roja diminuta.
—Cierra los ojos —mencionó Hanbin y el contrario hizo caso
Logró aterrizar lentamente en el pasto, dejando a Hao en este mencionándole que ya puede abrir los ojos. Lo hizo.
—No puede ser —su expresión de felicidad se intensificó al ver el picnic que su novio había preparado —¿tu hiciste todo eso?
—Sorpresa —sonrió —¿te gusta?
—Me encanta, es lo más bonito que me han preparado —dijo tiernamente sintiendo sus ojos llorosos —muchas gracias... te amo —besó al pelinegro y lo miró a los ojos, no dijo nada en palabras, pero todas las cosas que expresaban sus ojos las pudo leer Hanbin
—Yo también te amo, mi amor —le dio otro beso —¿nos sentamos?
—Sí, sí —cruzó las piernas y comenzó a agarrar algunos alimentos que habían ahí colocándoselo en la boca sin perder tiempo
—Guarda espacio también, porque más tarde vamos a comer otro tipo de comida
—¿Qué comida?
—Tu favorita —dijo en tono pícaro señalandose a él mismo
—Dios... —rió —no antojes aún, déjame comer primero para tener energías y durar más —alzó las cejas de forma provocativa
Minutos más tarde, el castaño colocó un poco de mermelada en su tostada y la mordió con mucho gusto.
—¿Te gusta?
—Amo la mermelada de fresa, no sabes cuando amo esa fruta, si pudiera la comería todos los días —dio otro mordisco —qué rico
—Tan tierno —dijo por lo bajo
—¿Sabes en donde más comería la mermelada de fresa? —dejó la tostada a un lado y volvió a tomar el pote tomando un poco con la cuchara
—¿En dónde? —vio como el castaño se acercaba hacia él y colocaba la mermelada en sus labios
—Aquí —susurró, comenzando a besar, morder y lamer —delicioso —relamió sus propios labios —¿jugamos algo?
—¿A qué? —limpió con su lengua lo poco de mermelada que había quedado
—Nos vamos a poner distintos sabores en los labios y el otro tiene que adivinar que sabor es, obvio estando con los ojos vendados
—¿Te encanta ese fetiche, no? —dijo casi burlándose
—Si tengo la opción de vendarme los ojos, la tomo —se mordió la lengua de manera coqueta
—Está bien —vendó los ojos a Hao con una venda negra asegurándose que no vea nada. Se colocó un poco del jugo del dulce de mango a los labios —inicia
El contrario se acercó con ayuda del pelinegro quien lo guió hasta sus labios. Lo primero que hizo fue testear el sabor con su lengua y terminar por succionar todo dejando los labios de Hanbin levemente rojos.
—¿Naranja? —preguntó dudoso
—¿Seguro?
—Espera —volvió a succionar los labios sintiendo un sabor familiar en ellos —¡durazno!
—¿Durazno? —rió —¿es lo último que dirás?
—No te rías me haces dudar —hizo un puchero
—Ok, entonces durazno
—¿Sí es?
—No, perdiste, es mango
—¿Qué? —se impactó con la respuesta —no se vale, esa cosa ni siquiera sabe a mango
—Perdiste, ahora te toca
—Bueno —bufó
Esta vez, el mayor se vendó los ojos, el castaño miró a su alrededor siendo atraído por el pote de nutella. Lo agarró y en vez de verterselos en los labios, se sacó la sudadera y camiseta que llevaba puesto y se la colocó en uno de sus pezones.
—Ven —tomó su nuca y lo guió hacia aquella zona sintiendo un escalofrío al sentir la lengua de Hanbin
—¿Es tu pezón? —comenzó a reír
—Tu sólo adivina —empujó su cabeza hacia aquel lugar con ganas de que continuara. El pelinegro siguió lamiendo logrando que Hao se excite y sus pezones se le pusieran duros —mgh... —gimió
—¿Es chocolate?
—¿Sólo chocolate?
—Nutella
—Aish... eres tan bueno incluso con los ojos vendados
El juego continuó y cada vez se volvía más picante, probaron diferentes sabores en diferentes zonas de su cuerpo, cuello, pecho, abdomen, pies, con forme pasaba el tiempo tenían menos ropa. Y al atardecer, cuando el sol se despedía en el horizonte. Hanbin tuvo una idea demasiado sexual, jamás hubiera imaginado que eso haya salido de él.
Verter un poco de mermelada de fresa en su pene, y que Hao lo pruebe. De todas formas eran sus dos alimentos favoritos, ¿no?.
[❤️🔥]
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arrow shot ➳ haobin
FanfictionHabía una sola regla en el templo para los cupidos: "Jamás enamorarse de un humano", pero Hanbin no la cumplió. • Contenido sensible • Leer bajo responsabilidad propia