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—La misma flecha que me tiraron a mí fue la que usaron contigo —explicó el pelinegro mientras acariciaba el cabello de su novio, ambos estaban acostados en la cama mirando el techo —fue un flecha de fuego

—¿Flecha de fuego? —miró confundido

—Son flechas mucho más poderosas que las normales, una vez que se la lances a alguien su corazón formará una capa en llamas olvidando todo tipo se relación anterior, y se enamorará de la primera persona que vea en ese momento

—Wow... no sabía que eso existía... ¿y la otra persona?, ¿de la que te enamoras?

—Ella no recibe ninguna flecha, pero si le gustas simplemente sucede, en este caso me di cuenta que le gusté a Sunoo apenas me vio, y bueno, tu ya le gustabas a Yeonjun...

—Es cierto...

—Pero los cupidos sólo tienen una sola flecha, me sorprende que Ricky tenga más que eso...

—¿Ricky?

—Él... es otro cupido pero está en un rango más alto que los cupidos normales, supongo que es por eso que tiene más flechas de fuego... es el chico que vino a llevarme

—Oh... el que brillaba mucho, si me acuerdo, ¡entonces él es el villano!

—¿Villano? —rió —no lo llamaría así

—Te separó de mí, te lanzó una flecha de fuego y a mi también, y casi me hace daño, ¿lo recuerdas?, una buena persona no hace eso

—Tienes razón —lo abrazó —espero que nos deje de molestar por un buen tiempo

A pesar de todo, Hanbin no podía estar con Hao, tenía que esperar que él termine con Yeonjun ya que seguían viviendo juntos. Pero Hao no era lo suficientemente valiente como para cortar con él. Le daba pena como se fuera a sentir el peliazul.

—Es difícil —susurró

—Tu puedes hacerlo

—Sí, pero —escuchó la puerta abrirse y Yeonjun entró. Hanbin desapareció y Hao se acercó a él

—Viniste... —dijo en un tono seco

—¿Qué quieres?

—Hablar contigo...

—A cada rato quieres hablar conmigo y al final no dices nada —gruñó

—Pero... es que... —tomó aire —quería que

—Habla

—Quería que... los dos...

—¿Sexo?

—No, no, eso no

—¿Entonces qué es?, dilo rápido que estoy cansado

—No, no es nada, olvídalo...

El peliazul rodó los ojos y pasó por el lado de Hao chocandole el hombro. Se acostó en la cama a ver su celular y a chatear con alguien con una gran sonrisa en el rostro.

—¿Con quién hablas?

—Qué te importa —le dio una mirada fulminante y siguió tecleando

—Pareces muy entretenido...

—Déjame en paz, Zhang Hao, siempre te tienes que meter en dónde no te llaman, ¿te puedes ir?

—Si tanto te molesta estar conmigo... terminamos —dijo casi firme

—¿Qué dijiste? —se levantó de la cama acercándose con furia hacia el castaño

—Que... que terminemos —dio unos pasos atrás

—¿Estás escuchando lo que dices —rió de una forma narcisista —¿quién te crees tú para terminar conmigo?

—Yo... —su voz te comenzó a temblar —yo...

—No vuelvas a decir esas tonterías, y cuando vuelva espero que hayas cocinado algo, tengo hambre —salió de la casa azotando la puerta

El castaño sintió un nudo en su garganta, la actitud de Yeonjun era irreconocible y peor aún, le hacía recordar a su ex-novio, del cual ya se supone que había superado, pero el trauma y los recuerdos seguían ahí, su herida no había cicatrizado y Yeonjun la volvió a abrir.

—¿Qué pasó, Hao?, ¿cómo te fue? —el pelinegro volvió a aparecer, su novio se abalanzó a sus brazos y comenzó a llorar desconsoladamente

—Él... él me dijo... que... quien me creo yo para terminarle...

—¿Qué? —se indignó por lo que escuchó —tranquilo, mi vida, todo va a estar bien, ¿sí? —miró a Hao y parecía que este no podía respirar, se estaba hiperventilando —Hao... estoy contigo, estoy aquí contigo —colocó una mano en su pecho controlando su pulso y su aire. Este gradualmente volvió a la normalidad

—Gracias... —lo volvió a abrazar más tranquilo —gracias por quedarte conmigo

—De nada, mi amor, ya no te preocupes por él, yo veré que puedo hacer

...

Habían veces en la que el peliazul ni se aparecía por la casa, a lo que Hanbin comenzó a sospechar algo y no tardó en investigar. Una noche dejó a Hao sólo para hacer sus evaluaciones, este lo estaba esperando muy preocupado. No podía conciliar el sueño y ya era tarde.

El castaño escuchó entrar a alguien, él se paró de inmediato, corrió hacia la puerta con total felicidad pensando que era Hanbin.

—¡Llegaste! —frenó en seco al ver que no era él

—¿Estás feliz de verme? —rió el peliazul. Un fuerte olor a alcohol llenó la habitación

—¿Has tomado?

—Sí, ¿por qué?, ¿no puedo? —se acercó de manera agresiva haciéndolo retroceder hasta su habitación

—No, no, s-si puedes, n-no hay p-problema en eso, s-sólo estoy s-sorprendido —tartamudeaba

—Tu hueles muy bien hoy —lo empujó fuertemente logrando que cayera sobre la cama

—¿Qué haces? —quiso zafarse pero el mayor se colocó encima suyo, tomando sus manos evitando que se mueva —Yeonjun... espera... no...

—Eres mi novio, tendremos sexo, y si no es por las buenas... será por las malas

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arrow shot ➳ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora