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—Abre la boca —dirigió la cabeza de su novio hacia su miembro.

Este la abrió como dijo, pero no tan grande como se esperaba, al sentirlo en su boca, expandió su mandíbula haciendo que entre todo, Hao sonrió en el interior al saborear su mermelada favorita en el pene de su novio.

No quiso hablar, simplemente lo masturbaba de arriba a abajo con su boca, lamiendo desde los testículos hasta la punta, escuchando algunos gemidos ahogados de Hanbin. Los ojos vendados era una sensación distinta, podía concentrarse totalmente en saborear aquel manjar.

De pronto, una de las manos del pelinegro, presionaron sobre la cabeza del castaño evitando que se siga moviendo, esta vez, follando su boca por el mismo.

Las arcadas de Hao eran sonoras, no podía quejarse, estaba disfrutando mucho, sentía el miembro llegando hasta su garganta casi rompiéndola.

Hasta que se detuvo, y el menor siguió con lo suyo, succionando nuevamente el miembro, hasta que sintió que el sabor a mermelada había desaparecido.

—Échale más —suplicó, pero no escuchó respuesta —¿Hanbin?

—Si la sigues chupando me voy a venir

Acomodó a Hao acostandolo en aquella manta quitándole lo poco que le quedaba de ropa. Este estaba con los ojos vendados aún pero con el oído atento a lo que hacía su novio. Notó como ese abría algún pote de algo, lo cual vertió en su torso.

—Me hace cosquillas —sonrió —¿qué es?

—Nutella —dijo comenzando a lamer

—Mgh... qué rico debe saber

—No tienes idea cuánto

Hao movió sus manos hacia arriba tratando de dejarlas inmóviles y dejar el camino libre para Hanbin, estaba tan entretenido succionando sus pezones que no dijo ni una palabra.

—Ah.... agh... —su respiración se agitaba

El contrario siguió limpiando los rastros de chocolate, esta vez fue hacia su abdomen bajo generándole cosquillas. Acarició su pene entre sus dos manos echándole un poco de Nutella. Empezó a frotar la punta haciendo temblar al castaño.

—Hanbin... más... sigue... sigue por favor... mgh... —jadeaba —por el contrario, este se detuvo.

—No te corras, aún no empieza mi show —dijo dejándolo en silencio y expectante

Este comenzó a usar su lengua para mojar su entrada, las piernas de Hao se debilitaban, su cuerpo lo deseaba dentro suyo de una vez. Pero se dejó llevar por el momento tan placentero que el pelinegro le estaba otorgando.

La lengua de Hanbin eran tan maravillosa que con sólo usarla lo hacía quererse venir, pero aguantó un poco más hasta que por fin terminó.

—Sí... sí... mételo... —suplicaba deseoso mientras acariciaba sus propios pezones

La punta fue hundida ingresando suavemente todo el tronco. El castaño soltó un gran gemido que a lejos se escuchaba que era de felicidad. Hanbin no pudo evitar querer moverse rápido y así que inició sin más dejando sin aliento al contrario en los primeros segundos.

—Sigue... ah... sigue... más —pedía dejando su boca entreabierta

Hanbin observó como Hao estaba dándose placer con ayuda de sus pezones, en ese momento fue cuando con su mente hizo aparecer unas vendas también negras, las cuales sirvieron para atar las manos del castaño. Quería cumplirle su fantasía.

—¿Te gusta? —preguntó mientras arremetía contra el castaño, este ni siquiera podía hablar

—Sí, m-me g-g-gusta... mgh... mier-da... —respondió entre gemidos ahogados

Sus pieles chocaban con fuerza y sin descanso, el sol había caído por completo generando que el cielo se oscurezca. El pelinegro tomó al castaño entre sus brazos haciendo que se siente en su regazo para continuar con lo suyo.

Algunos alimentos se habían caído con los movimientos bruscos de los jóvenes. El viento se hacía cada vez más fuerte, pero ellos no lo sentían gracias al calor emergente que crecía en sus cuerpos.

Hanbin tomó a Hao con todos sus fuerzas, levantándose y alzándolo en el aire, dejando al aire sus enormes alas, le quitó la venda de los ojos y comenzó a volar mientras lo embestía. Fue algo excitante a la vista del menor, había cumplido con sus dos fantasías al mismo tiempo.

—Qué sexy te ves —sonreía observando el sudor cayendo por la frente de su novio

Después de unos minutos, al sentir que estaba a punto de venirse, se alzó mucho más arriba en el cielo y abrazó a Hao con toda la fuerza de sus alas apegándolo completamente a él, el líquido salió disparado dentro del castaño, quien se corrió al instante por el fuerte roce de sus cuerpos y el semen caliente invadiendo su orificio.

Literalmente estaba en el cielo.

Al volver a donde estaban antes, Hanbin salió de él lentamente dejando que expulse todo y limpiándolo con suavidad. Se le notaba exhausto, pero con una gran sonrisa en su rostro. En ese instante se teletransportaron a la cama de su habitación, en la cual descansaron plenamente.

—Gracias por este gran día —dijo Hao segundos antes de quedarse dormido —te amo

—De nada, mi amor, yo también te amo

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arrow shot ➳ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora