La actitud de Hao gradualmente fue mejorando, gracias a Hanbin pudo tomar sus medicamentos más seguido, ahora estaba más alegre y proactivo.
Volvió a cocinar como antes, iba al supermercado, podía estar más despierto haciendo los trabajos asignados sin problema, y su forma de ser con su novio mejoró. Sus pensamientos negativos habían desvanecido. El pelinegro estaba muy feliz de verlo así.
En un momento cuando se echó a la cama después de haber estado limpiando todo el día, Hanbin se acostó a su lado apoyando su cabeza en su mano, cuyo codo estaba apoyado en el colchón.
—Eres el chico más lindo que he visto —mencionó mirándolo fijamente
—¿Ah sí? —sonó incrédulo —tú lo eres más, eres el mejor que existe, mejor que todos los hombres existentes en este planeta
—Qué lindo —rió —¿no te molesta que no sea realmente humano?
—Claro que no me molesta, si fuera así, no estaría contigo, de hecho me gusta más saber que eres un Cupido, de cierta manera me hace sentir seguro —sonrió levemente dejando sus ojos brillar
—¿No te gustaría ver mis alas?
—Ah... —Hao se quedó en blanco al oír eso, el pelinegro parecía conmovido con lo que su novio había dicho pero después de mencionar lo siguiente, el contrario no sabía qué decir. Pero se había olvidado que Hanbin podía leer sus pensamientos.
—¿Te da miedo? —dijo un poco burlón
—¿Qué? —saltó del susto —deja de leer mi mente, sino tendré que evitar mirarte a los ojos cada que respire —volteó la mirada
—Lo siento, es inevitable —rió —¿pero quieres ver mis alas?
—Quizás me asustes un poco, sigue siendo algo... ya sabes, paranormal
—Lo sé
—Pero me gustaría... si es que no te molesta sentir mi miedo —rió nervioso
—No me molesta, nada de ti me molesta —se levantó haciendo algún espacio en la habitación. Hao se sentó en la cama casi temblando, pero trató de camuflar su miedo
El pelinegro extendió sus alas blancas por toda la habitación, eran enormes y el largo de estas llegaba hasta el suelo, eran del mismo tamaño de Hanbin.
—Wow —dio un leve salto haciéndose un poco para atrás
—¿Te doy miedo?
—Un poco... da miedo... —tragó saliva —¿pero eso es bueno, no? —se mordió el labio de forma coqueta —me acabas de desbloquear un nuevo fetiche
—¿Qué? —sus mejillas se sonrojaron —¿siempre eres así?
—¿Y si tenemos sexo así?
—¿Cómo?
—Así... tú con tus alas, y tenemos sexo mientras volamos —rió —di que sí
—Lo voy a pensar
—¿Las puedo tocar? —se acercó lentamente hacia él
—Claro
El castaño comenzó a acariciar una de las alas sintiendo lo suave que era, las plumas eran livianas y brillantes, tal cual y como en los mitos de los ángeles.
—¿No pesan?
—No, ni siquiera las siento, ya son parte de mí, así que...
—¿Si te arranco una pluma te duele?
—Creo que sí... —rió —a veces se caen solas, es como el cabello de los humanos
—Ya veo —siguió admirando las alas —con estas no moriré de frío en invierno —el pelinegro carcajeó —¿y cómo te puedes cambiar de ropa?
—Pues, no es que me quite la ropa, simplemente desaparece y la nueva aparece, como magia
—Es cierto... ¿y son cómodas para dormir?
—Yo no duermo, Hao
—Ay, es verdad —rió —¿son cómodas para cerrar los ojos? —dijo de forma burlona
—Más o menos, sólo las uso para volar, nada más, son muy grandes y no puedo meterme a algunos lugares con ellas
—Wow... a mi me gustaría poder volar, de chiquito jugaba a ser Superman
—¿Quieres volar conmigo?
—¿Pero cómo?
—Ven —le extendió una mano, el menor la observó curiosamente. La tomó y este lo jaló hasta la ventana del departamento la cual daba hacia la calle
—¿Qué vas a hacer?
—Vamos a volar —pareció lanzarse al vacío asustando unos segundos a Hao y luego apareció volando frente a él —ven
—¿Me puedo lanzar como si fuera a matarme? —dijo emocionado
—Si gustas...
—Me encanta, siempre quise lanzarme de un edificio —se lanzó en el filo de la ventana —pero jamás me atreví porque me daba miedo sobrevivir —sus palabras salían con tanta sinceridad generando una sensación de incomodidad en Hanbin, pero no le dijo nada
—Te atraparé
—Okey, que nervios —aplaudió com emoción —1, 2, 3
Dejó caer todo su cuerpo al vacío, cerró los ojos cruzando sus brazos en forma de cruz, ni siquiera gritó. Hanbin estaba esperándolo a un metro del suelo, quien lo atrapó con toda su fuerza elevándolo de vuelta al aire.
—¿Estás bien? —preguntó su novio
—Fue increíble —una sonrisa salió disparada de su rostro —por un momento creí que si iba a morir
—¿Y eso te emocionó?
—Sí —dijo de manera despreocupada, como si no fuera nada
Hanbin no respondió.
[❤️🩹]
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arrow shot ➳ haobin
FanfictionHabía una sola regla en el templo para los cupidos: "Jamás enamorarse de un humano", pero Hanbin no la cumplió. • Contenido sensible • Leer bajo responsabilidad propia