¡Eres mía, mi pequeña mate!

Capítulo 5

Ella se ve bastante nerviosa y yo sigo esperando que me responda.

—Claro Star, el tiempo que estuviste lejos, eso fue un sacrificio como para que vengas a morir —se excusa y luego lo recuerdo.

Tenía razón, su familia sacrificó demasiado para llevarme lejos por órdenes de mi padre ya que este no me quería ver desde que maté a mamá.
No tuvo las bolas de llevarme él mismo porque estaba enojado conmigo.

—Lo siento. —Baje mi mirada—. No tengo muchos recuerdos de lo que sucedió.

—Es porque fue tan traumático que tal vez tu mente este bloqueando esos recuerdos. —Me abraza.

Posiblemente sea adrede, ya que quiero fingir por un momento que nada de lo que paso es mi culpa.

—Lo siento.

—¿Por tu olor? Trataré de tolerarlo. —Se separa tapándose la nariz y haciéndome reír.

Eso significa que lo va a aceptar.

—Llevaré conmigo las pastillas.

—Eso no va a funcionar por mucho tiempo, creo que deberás tener inyecciones, además, debes quitártelo en algún momento porque o si no los antialérgicos no causarán ningún efecto.

—No puedo hacer eso, los amigos de Ross me estuvieron persiguiendo por el olor y llegaron hasta aquí.

—Entonces tenemos que buscar una solución Star, no puede cargar con eso.

—Ya se me ocurrirá algo. —Intento calmarla.

—Eso espero o tendré que hablar con tu padre.

—¿Qué? No.

—Bueno, entonces piensa en algo rápido.

—Ok, estaré toda la noche en eso.

En lo que termine de arreglarme y salimos del taller. Meghan había llegado en su forma lobo, por lo que no trajo ningún vehículo, así que tomamos el atrevimiento de irnos en la moto de Ross, yo maneje, tengo licencia, además es como mejor me muevo.

Los autos son para manadas y yo desde hace tiempo soy una loba solitaria. Meghan estaba detrás de mi sujetándose de mi cintura, yo cargaba el casco por miedo a que el viento me quitara la peluca.

Aunque nací aquí, tengo pocos recuerdos a dónde ir, es comprensible, me fui desde que tenía siete años.
Y no salía mucho, solo a casa de Meghan y sus padres nos llevaban a pasear o a veces mis padres por sugerencia de mi madre.

Meghan es una chica increíble, ella es rubia, de ojos verdes y algo pecosa, cuando se convierte en lobo, su pelaje es tan bello y único o así lo recordaba de pequeña.

Mientras estamos paseando la ciudad, ella me va contando muchas cosas para adaptarme y en una de ellas menciona varias cosas que hacíamos, supongo que para ella tampoco fue fácil que estuviéramos lejos.

También me contó que le gusta un chico llamado Rocky y que es el mejor amigo de Ross, pero es igual de mujeriego que Ross. Llegamos a nuestro local de comida favorita y pedimos nuestra cena, Meghan no ha dejado de hablar, pero no tengo nada que protestar, su vida ha sido más interesante que la mía.
Yo solo me he encargado de entrenar, trabajar y estudiar, en cambio ella hasta perdió su virginidad con Rocky, claro, con más razón está alocada por él, fue su primera vez, pero según ella que después de eso, el chico no le ha prestado más atención.

Ella entiende que no debe enojarse, ya que fue por insistencia de ella, ya que él no le paraba bolas tampoco.

Meghan y yo hablábamos de muchas cosas por teléfono, pero nada comparado con lo que me dice ahora, tal vez algunas cosas eran mejor decirlas en persona.