Capítulo 74

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—Rocky, no. —le pido.

—Espérame en el patio. —Le ordena y Rocky sale de la habitación con la cabeza baja—. Solo porque le agrades a mi padre o lleves a mi nieto, no significa que te tome en cuenta en algunas cosas, reglas son reglas y espero que las respetes, porque o si no, Rocky las recibirá por ti.

Lo miro con odio y se va cerrando la puerta, yo me dirijo a ella, pero esta no abre, me ha encerrado. Me voy al balcón y veo el patio, Rocky caminaba a dos pilares de cemento.

Se quita la ropa y queda en bóxer, los dos hombres esposan cada brazos de Rocky en cada Pilar para que se estirara y quedara a espaldas. Rocoso camina a él con un látigo y veo como lo azota.

—¡No! —grito de dolor llorando porque podía sentirlo.

Podía sentir como Rocky era torturado, me dolía, me acerco a la puerta y trato de empujarla, pero no tengo resultados, me tocará bajar por el balcón, uno las sábanas y escapó por el balcón.

Corro hasta ellos para ponerme al frente de Rocky, Rocoso no me vio venir y creo que tal vez, fue sin querer, pero recibí un latigazo en mi mejilla que me hizo voltear la cara.

—Star… —Queda sorprendido y tal vez siente miedo.

—No lo lastimes más, por favor, me estás lastimando a mí.

Trato de abrir mi vestido por detrás y me volteo.

—No tienes ninguna marca Star. —dijo al examinarme.

—Mi poder no permitirá que me queden marcas, pero puedo sentirlo y, ¿Sabes por qué? Porque Rocky y yo estamos conectados, lo quiero.

Él me mira por unos segundos y luego suspira.

—Lo lamento Star, pero él no cumplió y yo debo respetar las reglas. —Chasquea sus dedos y dos de sus hombres me apartan—. Si te sirve de consuelo, dejaré que pasen la noche juntos, ya que se supone que después del castigo debe pasar la noche aquí para que reflexione.

Vuelve a darle latigazos y yo seguí gritando y llorando, me quejaba de dolor, no escuchaba a Rocky, por un momento me miro y susurro algo, pero no lo escuché, luego miró al frente y dejó que siguieran castigándolo.

Minutos después, Rocoso termina y se va con sus hombres, yo me arrastro como puedo hasta dónde está Rocky.

—No hagas ningún esfuerzo fueguito, estoy bien.

—Necesito curarte.

—No creo que puedas… —lo interrumpí y ni siquiera se quejó cuando apoye mi rostro en su espalda.

—Una cosa son las habilidades de lobo y otra mis poderes, por favor déjame curarte.

No dijo más y lloré en su espalda para que estás puedan ser sanadas, tenía que intentar, pero Rocky tenía razón, su padre era muy astuto, no logré curarlo, así que lo dejé un momento solo para buscar el botiquín de auxilio, aunque a la vez estaba nerviosa de dejarlo solo.

***

Desde esa noche, Rocky no me dirigió la palabra, no sé si es porque se siente culpable de que haya entrado ese asesino a mi habitación o está avergonzado por haberlo visto tan vulnerable cuando su padre le pegó.

Solo dos días, dos días sin poder dormir, esa noche dormí afuera con Rocky, pero al día siguiente cuando le quitaron las esposas, entro al castillo como si nada.

Le hacía mandado a su padre sin ninguna pizca de rencor hacia él, lo mantenía tan ocupado que me tocaba comer sola, en tal caso de que Ryder no pudiese bajar.

¡Eres mía, mi pequeña mate!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora