Capítulo 85

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Rocoso y yo tenemos un reto de miradas, pero él cede.

—De acuerdo —suspira aceptándolo—. Siéntense a comer y luego entrenamos un rato antes de dormir.

—Rocky no va a entrenar, iremos a dormir —dije.

—No seas terca, él debe ganar la pelea.

—Él es mi mate, ganará, ¿Por qué debe entrenar?

—Porque debo matarlo —murmura Rocky y se suelta de mí retrocede—. No voy a hacerlo —dice con temor.

—No lo harás —me acerco a él y tomo su mano—, ven, comamos y luego nos iremos a dormir.

—No permitas que me entrené más, por favor —me dice con miedo.

—Lo prometo.

Él deja de temblar y camina junto a mí para sentarnos en la mesa, yo lo llevo al otro lado de la mesa para que se siente con su padre, aunque cuando lo solté, parecía un niño que no quería que lo dejará solo.

—Todo va a estar bien. —besé su cabeza.

Se tranquilizo un poco y me senté al otro lado, al frente de él, miré a Rocoso y es como si no estuviera enterado de nada.

—Enola, dile a nana que ya nos puede servir. —dice Rocoso y Rocky se ríe.

—Ella ya no está papá, traté de despedirla, pero tuve que matarla.

—¿Qué dices? —se sorprende al igual que yo.

—Maté a una inservible sirvienta.

—¿Por qué dices eso? —le pregunta Rocoso y Rocky lo ve enojado.

—Porque debo matar, matar, matar, matar —dijo golpeando la mesa.

—Hijo, ¿Qué pasa? —Esta extrañado.

—¿Hijo? ¿Hijo dices? ¿Qué clase de padre le haría eso a su hijo? No me sorprende porque mataste a tu padre.

—Rocky… —Rocoso es interrumpido por Rocky.

—Debo matar, matar, ma-tar ma-ma-matar —taratmudea golpeando la mesa.

—Star aléjate —me pide Rocoso y yo me levanto de la mesa.

—Ma-ma-matar —otra vez mueve su cabeza como si tuviera un tick—. Ma-ma-matar.

—Rocky, vayamos al laboratorio.

—¡No voy a regresar ahí! —Se levanta y voltea la mesa.

Por suerte, me aleje lo suficiente.

—Debo ma-ma-matar —golpea su cabeza con la pared unas cuantas veces.

—Es a Ross, no a tu familia.

—De-de-debo matar —repetía Rocky.

—¿Qué le hiciste Rocoso? —lo miro molesta.

—Star, ve arriba —me ordena.

—No hasta que me expliques qué le has hecho.

Él se acercaba a Rocky con delicadeza como si tratará de domar a un salvaje.

—¡Qué te vayas a tu habitación! —me grita.

—¡Aléjate de ella! —grita Rocky abalanzándose sobre Rocoso cayendo al suelo.

—Yo no soy tu enemigo —le dice Rocoso a Rocky.

Rocky no lo golpea, pero si lo sostiene dejándolo inmóvil.

—Huye antes de que te haga lo mismo a ti —me dice Rocky.

—Star, llama a los guardias —me pide Rocoso.

¡Eres mía, mi pequeña mate!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora