Capítulo 30

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La acariciaba con mi dedo índice, era lento y suave, deja de verme y se concentra en la película, también saca su mano y me permite tocarla, lo sé, porque abre un poco sus piernas para subir un poco más mi mano.

Yo seguí mirándola, quería ver cada gesto que hacía con mis toques. Nadie se daría cuenta, están muy concentrados en la película, tal vez solo Meg y Damon nos escucharan, pero está en ellos prestarnos atención o ignorarnos.

Porque la verdad, no me importan los demás.

Llevo mi mano más allá dentro de su vestido y tocó su braga, con mi dedo medio acaricio el medio de sus labios sobre la tela, podía sentir ese calor húmedo que emanaba su cueva.


Ella se remoja los labios, le gusta y sé que quiere más.

-Este es tu castigo nena. -Le susurré-. Eres mía y de nadie más, vuelves a poner en duda eso y te castigaré.

-¿Podemos correr a todos y quedarnos solos? -pide en susurro que podría ser un gemido exquisito.

-Se irán cuando acabe la película -le aseguré.

-Pero Ross... -me mira.

Está excitada, quiere hacerlo, lo huelo.

¿Nuestra atracción es tan fuerte así? Bueno, yo también tengo muchas ganas de hacerlo justo ahora.

-Shhh estrellita, veamos la película. -Me mordí el labio ligeramente.

-Pero mi amor -dice con timidez.

No esta acostumbrada a decirme apodos y menos uno así de tierno.

Aunque debo admitir que será mi favorito, por supuesto que quiero que me siga llamando así.

-Bebé

Sigue nombrando para saber cuál será mi debilidad y con cual pienso caer.

-Mi macho alfa.

Yo... mierda, eso sí me gustó.

-Hagan silencio, por favor -pide Super.

Star suspira por ello, sería muy grosero de mi parte correrlo al comienzo de la película, ya se me ocurrirá algo.

Ella mete su mano dentro de la sábana y no pierde tiempo en caricias, puesto que coloca su mano sobre mi pantalón.

Por supuesto que este se estaba despertando gracias a mi mente toque morboso hacia Star.

Lo frota sobre la tela y cierro mis ojos para respirar pesadamente por la boca, su toque me hace volar en segundos.

Yo hago un lado la braga de Star y tocó su humedad, se me agua la boca de solo sentirlo.

Ella también mete su mano dentro mi pantalón y para su suerte, no cargaba bóxer, aunque me delataría en el momento que me levanté de aquí.

De repente se va la luz, asustándonos y cada quien recogiendo su mano.

-¡Ay no! -Se queja Super.

-Tendrá que ser otro día amigo -le sugiero.

-Pero si ya iba a comenzar lo bueno.

-Creo que deberíamos irnos -sugiere Damon.

-O podríamos jugar algo mientras llega la luz -propone Super.

Pero todo hacemos muecas.

-Otra día viejo, hoy amanecí en el trabajo y estoy muy cansado -bostece.

-¿Se va muy seguido la luz aquí? -pregunta Super.

-No, la verdad es que es muy extraño -dije confundido.

-Bueno, ¿vamos a un lugar específico , Star? Tus amigos nos puede llevar y seguir con la cita de cuatros, así para que no sientas que perdiste el tiempo arreglándote.

-Ve a casa Super, ya se me quitaron las ganas de salir -le hace una mueca.

-Está bien, ¿hablamos mañana? -le propone mientras se levanta.

Casi que me quita la sábana y yo me cubrí con la almohada que tenía él cuando estaba sentado.

-Tengo mucho frío -me excuse porque me miro raro.

-Hablamos mañana. -Ella sigue la conversación.

-¿Qué haré con el auto?

-Prometo que antes de que tus padres se despierten, estará allá como nuevo -dije.

-No quisiera molestar.

-¿Cómo crees? Tranquilo, me siento responsable porque sucedió en mi terreno.

Star me clava la mirada, claro, porque eso sucedió a propósito.

-Lo aceptaré por esta vez para no tener problemas con mis padres... ¿Ustedes me llevan? -le pregunta a Damon y este asiente-. Hasta luego Bro.

Se despide con la mano derecha y yo le doy la izquierda, puesto que la derecha está llena de fluidos de Star, algo que no pienso compartir.

A él le pareció extraño, pero no le importo, me estrecho con la izquierda para despedirse.

Damon y Meg se levantan para despedirse también, ella lo hizo con un beso en la mejilla y luego se despide de Star al igual que Super.

Luego se fueron a la puerta principal, quedándonos Damon, Star y yo. La luz de la luna por el gran ventanal de la sala, iluminaba más que suficiente el salón.

-Iré acompañarlos, ¿vienes? -dice Star.

-Estoy muy cansado, me quedaré en el sofá -le sonreí.

Ella se levanto y Damon se volteo con rapidez, pues su vestido estaba levantado gracias a mis juguetonas manos. Yo le di una nalgada y ella se bajó el vestido, luego se va fulminándome con la mirada.

¿Hice algo malo?

-La luz no tardará en llegar, posiblemente cuando no esté cerca vuelva, de nada. -Damon me guiña el ojo y me ofrece la mano.

Este hijo de... lo hizo a propósito.

-Gracias... -Sin pensarlo le doy mi mano derecha y él hace una mueca.

-Me arrepentiré luego si la toco -bromea.

Y le doy mi mano izquierda.

-Espero que lo disfruten.

-Eres de gran ayuda -agradecí y luego se va.

Tal vez tenerlo cerca no es tan malo y a Super tampoco, podría usarlo para desviar a Mack de mí, hacerle creer que Star está saliendo con un humano y no conmigo.

Star regresa a la sala y comienza a recoger todo como si nada hubiese pasado entre nosotros.

Yo me quite la almohada y la sábana de encima.

-¿En donde nos habíamos quedado?

La tomé por la cintura y la senté en mis piernas.

-Ya entendí Ross. -Parecía molesta.

¿Por qué?

-¿Qué cosa hermosa?

-¿Sabes por qué antes no te daba celos? Porque estabas tan seguro de tenerme y con el casi beso que le di a Super, tu ego cayó y se dio un duro golpe.

-Tienes razón -suspiro.

Solo faltaba eso para dejar de ser terco con el otro asunto de dejarla en paz.

-¿Qué querías probar Ross?

-Que no soy un loco posesivo adicto al control. -admito dejándome llevar por su encantadora voz.

Es tan hipnotizadora que parece solo que me hace decir la verdad.

-Pero si eso es lo que me encanta de ti, no lo sabía hasta que dejaste de serlo, y aún así me gustaría llevarte la contraria por diversión. -Se ríe acariciando mi mejilla.

-Eso es muy tóxico nena y sé que debo controlarme, porque no me gustan esos complicados dramas de adolescentes.

-¿Ah no? Entonces no me digas que no puedes estar conmigo porque parecerás que estás en un drama adolescentes.

-Tienes razón, no lo diré nunca más.

Ella nunca lo entendería, así que solo le daré la razón, no tengo permitido contarle lo que sucede y tengo que seguir órdenes, aunque no sé si cumpliré la orden de alejarme de Star.

-Y quiero que me detengas a qué yo misma me ponga en peligro, soy muy terca e impertinente. -Se ríe y me hace reír.

-Lo prometo.

-Al principio se supone que me esconderías en tu taller, ¿qué cambio?

-Mi padre está de viaje, por ende tu padre no tiene mucho que hacer aquí.

-De acuerdo.

Nos miramos por un rato, era muy cómodo de la manera en que lo hacíamos, como si ya llegó nuestra paz.

Su sonrisa perverso es el comienzo de nuestro pecados, comienza a mover sus caderas frotando su sexo contra el mío.

¿Cómo podría seguir distante con ella? Star tiene control en mi, tal vez por eso quería alejarme, para evitar aceptar está realidad que tanto me gusta, pero a la larga me perjudicaría.

Coloco mi mano en su nuca y la otra, enrollo mi brazo en su cintura para aclararla en el sofá y que quede debajo de mí.

-No me mal entiendas cachorrita, me encantan tus movimientos, pero había estado esperando esto desde hace tiempo estrellita... perdón, no debí decirte así.

-Solo era porque estaba enojada -admite riendo.

-Y solo te complaceré en todo porque no aguanto estar así contigo, no haré nada con el orgullo, solo te quiero a ti.

Dos orgullosos no iban a funcionar jamás, los dos tenemos que ceder y no tengo miedo en ser el primero.

-Yo también te quiero a ti Ross -su aliento me envuelve.

-Hace rato me llamaste macho alfa -le recordé.

-Pero te llamas Ross -Se ríe.

-Pero dime así, me excita.

-Te excita sentirte empoderado y ser controlador.

-Pero en cuanto quieras el mando, te dejaré ceder en todo para ser un poco más versátil.

-¿Me estás dando permiso? -Me pregunta divertida.

-Eres mía y yo soy tuyo, no necesita ningún permiso nena.

Se queda callada, me analiza y su mirada baja hasta mis labios, yo también veo los suyos y acerco mi rostro.

Siento ese dolor, pero voy a romper el embrujo porque quiero estar con ella.

Nuestros labios se unen en un beso, salvaje y lleno de pasión, y todo empezó a ser como si nada más importáramos ella y yo.

Estábamos conectado de una manera muy especial, había tanta química que sabíamos a donde dirigir nuestros movimientos, yo le jalo un poco el labio inferior y escucho un gemido de su parte.

Tal vez no se lo esperaba.

Ese gemido me encendió más, todo de ella era dulce, tanto que mi lengua anhelaba más de ello, por lo que la hundí más en su boca para tocar la suya.

Sus manos tocan mi espalda y suben está hasta mi cabello enredando sus dedos en ellos, me acaricia el cabello encantándome una vez más con su toque, algunas veces tiraba de este.

Mi corazón se aceleró, al igual que nuestras respiraciones. Enrolla sus piernas en mis caderas y da leves golpecitos con su sexo contra el mío.

Eso no lo habían hecho antes conmigo, seguramente es una experta y eso no me molesta, de hecho, siempre creí que estaría más adelantada que yo como siempre.

Pero mierda, como lo hace es delicioso, nuestro beso se hace más salvaje. Con una mano me apoyaba en el mueble para no aplastar y con la otra acariciaba su piel, tenía mi mano en su muslo y con suavidad la llevaba más arriba adentro del vestido.

Tome su nalga y la apreté, sus manos bajan a mi camisa y poco a poco desea quitármela. Ignoro cada dolor que el embrujo hacía en mí y mientras más lo ignoraba, disminuía el dolor.

Nuevamente apreté su nalga y luego tome su braga, quería romperla y eso haría, ella gimió entre nuestros labios y echa su cabeza hacia atrás separándonos del beso y adhiriéndome a su hermoso cuello, su piel es tan exquisita, al igual que su olor.

No es que me moleste su perfume, de hecho, creo que escogió el mejor para envolverme, pero me encantaría su olor más natural.

Ella no logra quitarme la camisa gracias al obvio espacio que teníamos.

-Rómpela nena, tengo muchas más.

Y parece que estaba esperando que lo dijera porque lleva sus manos a mi espalda y arranca mi camisa de un tirón. Y eso que no hemos mostrado toda nuestra fuerza en la cama.

Hago un camino de besos delicados por su piel hasta su pecho, subo mi mano y rompo su vestido.

-Lo siento nena.

-Compraré otro.

No le importaba, el deseo entre nosotros es demasiado fuerte como para prestarle atención a otra cosa.

Ella no llevaba sostén, así que su seno está totalmente liberado, este era el seno más hermosa que jamás había visto, es eso o porque estoy enamorado de ella siento que es perfecto, ella cubre todos mis gustos, así me haga enojar a veces.

Acarició la areola con mi nariz aspirando su aroma, este se endurece y le di una lamida.

-Mmm -dice gustosa.

Tal vez no sea un efecto que la haga gemir, pero sé que es relajante o así me han dicho muchas.

Meto su seno en mi boca para chupar un poco, luego lo saco y la besó mientras masajeaba su seno con mi mano.

-Ross, ya... quiero que estés dentro de mi. -Me pide separándose de nuestro beso.

Veo eso ojos de cachorrita que tanto me convencen. Estaré loco como que eso me excite tanto, ya no veré esa cara igual.

-Esta bien estrellita, te llevaré a la habitación, será más cómodo. -Beso su mejilla y me levanto para luego tomarla en mis brazos.

-¿Recogeremos después? -se preocupa.

-Solo estaremos nosotros nena, eso puede esperar -le aseguré llevándola hacia las escaleras.

Subimos a mi habitación y la recosté en la cama con delicadeza como toda una princesa, cerré la puerta y me dirigí a mi mesita de noche, ahí encontraría una caja de condones.

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