23 La Kunoichi anónima parte 2

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Mina no había podido dormir mucho en los últimos días, no se había rendido en la búsqueda de quien era Kushina y cuál era su relación con ella, solo había encontrado su nombre en la piedra que Kakashi les había mostrado en su examen, pero nada más.

También Mina había continuado su entrenamiento, le pidió a guy sensei si podía prestarle las pesas de Lee, y al principio no podía caminar, pero con el tiempo se acostumbro. De vez en cuando Mina ayudaba con su entrenamiento a Naruto, pero no le interesaba invocar ranas, pero de alguna manera entrenando con Jiraiya se había vuelto más fuerte.

Así un día Mina decidió ir a entrenar por su cuenta en acantilado para acostumbrarse a las pesas, cabe a mencionar, que después de dudarlo mucho Mina se acomodo el pelo en una coleta larga y se dispuso a entrenar. Al llegar a la cima del acantilado Mina se dio cuenta de que no era la única ahí, Kakashi estaba entrenando a Sasuke en el mismo lugar, así que Mina se dispuso a observar el entrenamiento. El peliblanco le estaba enseñando a Sasuke una nueva técnica, la cual le llamó: Raikirik o Chidori, el cantar de los mil pájaros. Una bola de rayos salió de la mano de Kakashi, y este dio una pequeña explicación, el maestro señaló que este era un jutsu no terminado y que se necesitaba gran velocidad para dominarlo. Mina estaba asombrada al ver el poder del jutsu.

Entonces Mina se alejó de ese terreno y busco una zona diferente y alejada de la aldea para entrenar, por lo tanto recurrió al bosque donde solía correr con sus amigos. Mina se adentro al bosque y prosiguió a intentar el jutsu que vio hacer a Kakashi, al hacer todos los sellos una gran cantidad de rayos se reproducía en su mano, pero estos se iniciaron a tornar morados y se volvieron cada vez más fríos, hasta volverse una bola de luz morada, como si fuera una pelota, a la pelirroja le inició a doler la mano y lanzó la pelota lejos de ella, una luz cegadora rodeo diez metros a la redonda, una ola de calor había lanzado a Mina por los aires, pero cuando esta logró volver a ver el árbol al que había lanzado la esfera estaba cubierto de hielo. De alguna manera Mina había podido usar rayo y transformar eso en hielo, en otras palabras Mina había combinado elementos de una forma nunca antes vista, sin embargo esta no se había dado cuenta de esto, y pensó que sería mejor olvidarse de ese jutsu por un tiempo

Mina tardó mucho en encontrar un camino a la aldea, pero al llegar otra vez los aldeanos la iniciaron a mirar extrañados, como si estuvieran viendo un fantasma, a esto Mina se enfureció, se quitó la tierra que tenía encima y camino hacía un lugar misterioso del cual había oído rumores, un lugar que nunca creyó que se dirigirá:

La Biblioteca.

Mina sacó un libro tras otro, cualquier cosa que pudiera mencionar algo sobre Kushina, "El día del kyubi" "Los ninjas de Konoha" "Historia de las Kunoichis", cualquier cosa, pero nada. Era el tercer libro que Mina llegaba a abrir, los párpados le pesaban y no pudo evitar caer dormida. Una hora despúes al despertarse, vio que ya no estaba sola en la mesa más apartada de la biblioteca, había un chico de pelo negro el cual Mina se tardo en reconocer.

-¿Dónde estoy?- preguntó medio adormecida.

-¿Así que aquí es donde te vienes a tomar tus siestas?, no es mal lugar excepto si la dueña te atrapa- dijo sin levantar la vista de su libro.

-Jaja que gracioso- le respondió Mina con sarcasmo.

Shikamaru levantó la vista de su libro de shogi y le sonrió.

-Bueno, hablando en serio, ¿que está haciendo alguien como tú en un lugar como este?, este no es la clase de ambiente por la que sueles estar-.

-¿A qué te refieres?- dijo, el comentario le había parecido un poco egocéntrico, pero después de un momento lo entendió y decidió dejarlo pasar.

La Hija de los Muertos (La hermana de Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora