La Hija de los Muertos (La hermana de Naruto)

34 De paso en la Aldea de las Olas

La hacienda en donde se encontraban era muy pequeña. La dueña era una señora vieja y muy bajita pero muy amable, la pequeña casa tenía tres habitaciones, dos en el edificio y otra apartada donde vivía la dueña.

En la mañana siguiente, una hora después del amanecer Mina y Shikamaru se levantaron para retomar su misión. Ambas habitaciones estaban juntas una enfrente de la otra en la parte superior de la hacienda, entre ambas se ubicaba el baño, lugar donde la pelirroja se dirigía, con una maraña de pelos sobre su cabeza.

Al salir de su habitación Shikamaru se encontró a Mina enfrente de la puerta del baño, con las prendas de ese día. Ella llevaba una playera negra holgada que le llegaba hasta los muslos, y no pudo evitar notar lo despeinada que se encontraba (tampoco es como si él estuviera diferente). Shikamaru observó a la chica, esta no se estaba moviendo, seguía viendo la puerta y no había producido ningún sonido. Era raro verla tan callada.

La observó, durante un minuto, había visto muchas cosas que no conocía de Mina. Shikamaru no recordaba mucho de lo que había pasado el día anterior debido al chakra que usó.

-¿Mina?- esta dio un respingo. Shikamaru se dio cuenta que Mina se había quedado dormida enfrente de la puerta.

La pelirroja se talló los ojos y con una voz ronca dijo:

-¿Shikamaru?¿qué haces en mi casa?-

-No estamos en tu casa, estamos de misión.-

-¿Una misión?- pregunto somnolienta.

Mina meditó su situación por un momento. El pelinegro se había iniciado a despertar, realmente se dio cuenta del estado de Mina. Ambas de sus piernas estaban casi completamente descubiertas, y no pudo evitar sonrojarse, así que se limitó a desviar la mirada a otra parte.

De repente Mina abrió los ojos como platos al recordar la misión, y rápidamente se metió al baño junto con el mismo conjunto que había usado el día anterior.

Ambos chicos, después de despedirse de la señora de la hacienda, se encaminaron a la aldea de las olas, ya que de ahí tomarían un barco al País de las Especias.

-El Puente Naruto...¿Está hablando de..?- comenzó a decir Shikamaru.

-Seee- le contestó Mina -Larga historia, pero en resumen aquí fue nuestra primera misión, Naruto le enseño "lecciones de vida", o al menos así les llama él, al nieto del constructor del puente, además de que tuvo un papel importante en el salvar la aldea.- continuó Mina, y a continuación murmuró -yo también ayude ¿saben?- pero Shikamaru no pudo contestar a su murmuró, así que fingió no haberlo oído.

Así ambos chicos llegaron a la aldea de las olas, como la primera parte de su misión era encubierta no podían usar "ropa de ninja", o serían descubiertos, por lo tanto pasaron a una tienda de ropa de dicha aldea.

La dueña, una mujer mayor con una sonrisa amable

-¡Bienvenidos jóvenes enamorados!- exclamó.

Mina y Shikamaru intercambiaron una rápida mirada incómoda y negaron la cabeza con fuerza. Shikamaru dejaba escapar un suspiro cansado, mientras que Mina decía:

-N..no somos una pareja-

Y a pesar de ese incómodo encuentro, continuaron a lo que venían.

Shikamaru eligió rápidamente un pantalón verde holgado y una playera blanca también holgada. Mina, por otro lado, se adentro con al vestidor con un par de conjuntos. Mina nunca se vio buena en elegir ropa. Casi siempre usaba la ropa vieja de Naruto y la arreglaba, no le veía mucho el punto de elegir, y normalmente si necesitaba algo Ino o Sakura se lanzaban a escogerla.

Después de unos minutos salió con un vestido corto de hombros caído, azul claro con pequeñas flores amarillas.

-Y ¿Que opinas?- le preguntó con inseguridad.

El pelinegro estaba recostado en una silla, bostezo y respondió vagamente:

-Bueno, es aceptable...-

Mina frunció el ceño y cruzó los brazos

-¿Cómo que aceptable?, ¿Me queda bien o mal?-

Shikamaru se rascó la cabeza, sintiéndose atrapado, exhalo y procedió a decir:

-Bueno, sí, te ves muy linda-

La expresión de Mina se iluminó instantáneamente y una amplia sonrisa apareció en su rostro. Feliz con su respuesta, Mina se dirigió a pagar por el vestido.

El pelinegro se quedó viendo hacia donde antes estaba Mina, saliendo del vestidor con su largo cabello rojo y sus hermosos ojos azules. Su rostro adquirió un ligero tono rojo.

-¡Shikamaru, vamonos!-.

-Qué molestia- dijo Shikamaru para que sus mejillas rojas se ocultaran. Aunque eso solo era un manto para ocultar su emociones, aún se sentía avergonzado por decirle eso. Mientras salían de la tienda, el sol hacía que el pelo de Mina brillará junto con cada parte de ella.

<Realmente, siempre se ve bien>, pero optó por mantener ese pensamiento para sí mismo.

Así ambos chicos se dirigieron al barco que los llevaría al País de las Especias. El barco que ya estaba partiendo.

Mina corrió y se subió al barco, alzó su mano y se la ofreció a Shikamaru, al impulsarse hacia atrás, la fuerza implicada en el acto, los terminó tirando en la cubierta del navío.

Mina estaba fascinada por el mar, ya lo había visto antes, pero ahora era diferente, el cielo estaba despejado y el sol se reflejaba en el agua.