El Camino Sigue [Furry Yaoi] [Terminada].

Paz interior.

[Zeus]
Ayer he dormido con Damian, terminamos agotados del traslado de sus cosas a mi casa, no es tan grande como la de él, pero así podemos estar más juntos.

Yo ya estoy en el trabajo, me imagino que debe de seguir dormido, ha sido un mar de emociones para mi tigrecito, creo que lo más relevante no fue que lo hayan sacado del negocio o dejarlo sin casa, lo que más lo ha marcado es el hijo de Henrick. Tal vez no se haya percatado de ello, pero al regresar podía ver de reojo como miraba por la ventana y a la vez frotaba suave su vientre.

No podía evitar sonreír cuando veía esta acción, también quiero tener familia al lado de Damian, algún día quiero que no solo sea el bebé de alguien más al que sostenga en sus brazos, quiero que ambos podamos sostener uno que sea nuestro, incluso me puse a pensar en algunos nombres tanto como si fuera niño o niña, solo que creo lo estoy pensando más de la cuenta, debemos de ir paso a paso, todo en su debido momento, mi tigrecito necesita mayor estabilidad.

Suspiro solo de pensar en él, ¿qué estará haciendo en este momento?

[Damian]
Me he puesto a limpiar la casa de Zeus, estaba un tanto desordenada, espero que no le moleste que incluso me puse a lavar su ropa, nunca había tenido tanto tiempo de atender labores como ahora, por eso trato de no desordenar mi casa.

Debo decir que es relajante para mí poder limpiar, mantiene la mente entretenida y es satisfactorio ver que tu entorno está muy limpio por tu esfuerzo. Sé que a muchos no les gusta, pero para mí incluso es un cambio de rutina.

Voy a buscar despensa para que no le vaya a faltar nada por estar aquí, lo menos que quiero es darle problemas. Mientras ando por las calles caminando pienso que tal vez podría llevarlo algo a Zeus, una sorpresa para que se sienta bien, ha hecho tanto por mí que se merece detalles lindos de mi parte.

Al entrar a un lugar para comprar algunas cosas logro ver a Romeo y Mirando, me acerco a ellos para saludar:
— Hola, ¿cómo han estado?

Romeo me recibe con emoción dándome un abrazo:
— ¡Damian! Gusto en poder verte, justo iba a buscarte después, tenemos algo que darte.

Mirando como siempre se muestra indiferente conmigo:
— Si a Romeo le da gusto verte supongo que estoy bien con ello.

Él se pone a su lado besando su mejilla:
— Vamos, sé que pueden llevarse mejor, no tienen por qué tratarse de esa manera. Aunque ahora que lo pienso hoy llegaste más animado de lo normal, me imagino que te deben de estar teniendo muy feliz, es un buen hombre si te hace sonreír de esa manera.

Me sonrojo levemente:
— Lo es, me sube los ánimos aún en mis momentos difíciles. Creo que me siento un poco más libre ahora, puedo poner de mi parte para agradable a Miranda, ¿puedo hacer algo para ello?

Se cruza de brazos desviando la mirada con molestia:
— Ahora tratas de hacerme ver mal frente a Romeo, ni estando cerca de nuestra boda puedes dejar de ser un problema.

[Romeo]
¿Un problema? ¿Desde cuando Damian ha representado algo así para Miranda?:
— ¿A qué te refieres? Creo que él no te ha hecho nada malo como para que lo trates de esa manera. A penas y se conocen, deberías de darle una oportunidad.

Damian se acerca a ella:
— No sabía que en todo este tiempo pudiera deberse a que me ves de esa forma, ¿podrías decirme por qué? Mi intención nunca ha sido tratar de molestarte o algo, por dentro siempre me agradaste, hiciste feliz a alguien que es especial para mí.

Me hace frente al tigre estando firme:
— Mi problema contigo es la forma en que te ve Romeo, desde inicios de nuestra relación te ha visto como la mejor persona que existe, alguien especial, pudiste darlo todo por él y no lo hiciste, pero aún así sigues significando mucho en su vida.

Vaya, esto es mi culpa, solía hablarme de cuanto me agrada Damian desde que empezamos nuestra relación, me siento mal de ser el causante de esto:
— No deberías de estar molesta con él... creo que más bien deberías de estarlo conmigo, yo no debí de expresarme de esa manera sin saber cómo te hacía sentir.

Damian toma por los hombros a Miranda tratando de verla a los ojos:
— Creo que no hay motivos para seguir así, ¿sabes? No importa cuantas cosas pudo decir de mí, no debe sorprenderte lo buena persona que es él, tiene mucho para dar, lo que importa ante todo esto es que te eligió, aunque diga que le agrado o que me quiere es a ti a quien ama. ¿Podrías decirme con quién se va a casar? Exacto, se quiere casar contigo.

Miranda hace que le quite las manos de encima, quiero intervenir, pero el tigre me detiene para arreglarse entre ellos:
— ¿Cómo no sé que solo lo hace por ser su opción más cercana a ti?

Ese comentario me ha dolido, aún así solo sigo escuchando:
— Ahora estás hablando sin pensar, realmente no creo que Romeo te haga sentir que eres una segunda opción, después de todo incluso dejó de hablar conmigo por un tiempo porque lo mucho o el poco tiempo que llega a tener te lo dedica a ti, eres especial para él, no dejes que una impresión errónea arruine lo hay entre ustedes. La vida es demasiado corta para guardar rencores... De saber lo mucho que me estaba perdiendo al no poder aceptar lo que sucedía no hubiera sido tan cerrado se mi corazón, no seas como yo, el tiempo pasa y no perdona, aprovecha cada instante para amar, perdonar y seguir adelante, ¿no es así, Romeo?

Aprendió eso muy bien de mi madre, estoy seguro de ello, me hace sonreír al recodar aquella ocasión en que habló con nosotros, desde entonces he estado firme en ese pensamiento:
— Tiene razón, también el tiempo pasa muy rápido, no me hará daño pedirte perdón si te hice sentir de esa forma, Miranda, pudiste decirme desde un principio que no te sentías cómoda, pude comprenderlo. Perdóname, nunca más me volveré a expresar de alguna manera en que te haga sentir mal, eres mi futura esposa, eso sucederá dentro de poco y no quiero que empiece mal en dar nuestro siguiente paso, lo que deseo es mejorar cada día para ti, para darte todo lo que mereces.

Me abraza y yo la recibo felizmente en mis brazos:
— Todo este tiempo he estado mal solo por el hecho de no expresar lo que siento. No tenías manera de saber cómo me sentía si yo no era capaz de decírtelo, perdóname por ser necia en mis propios pensamientos.

Me suelta para ponerse frente a Damian inclinando su rostro:
— Lo siento... llegué a sentir celos de ti, es por eso que no podía tratarte bien, y la única razón por la que no era grosera contigo era porque le agradas a Romeo, me había esforzado mucho por él sin saber que tenía que trabajar en mí. Espero nos empecemos a llevar bien de ahora en adelante. Es más...

Busca en su bolso para después entregarle una invitación en tus manos:
— Quiero ser yo misma quien te invite a venir a nuestra boda, ¿qué te parece? 

Damian toma la invitación asintiendo con una sonrisa:
— Sería todo un honor para mí acompañarlos en ese momento tan especial.

De manera inesperada Miranda abraza a Damian, incluso se puede notar la sorpresa en su rostro, no dejo pasar la oportunidad para tener a los dos en mis brazos:
— Me da mucho gusto verlos así, como debió de ser siempre.

Al separarnos Miranda mira su celular:
— Romeo, tenemos que darnos prisa para conseguir lo demás, recuerda el tiempo está contado para algunas cosas.

Tiene razón, vamos de prisa, aún así fue lindo tomarnos el tiempo para esto:
— Nos veremos después, espero que no te resulte tan apretado en tu agenda para que puedas estar con nosotros, te esperamos con asías, Damian, cuídate, te aprecio en gran manera... ¿te molesta eso, Miranda?

Se queda un momento en silencio:
— No, en realidad no, creo que ya entendí la lección, ¿nos vamos?

Asiento, ambos nos despedimos del tigre, me siento más tranquilo, ya quiero que llegue nuestro día.

[Damian]
Supongo que no tendré nada qué hacer ese día, tal vez no sea tan malo haber quedado sin empleo, pude tomarme el tiempo para esto, tendré más tiempo con Zeus, voy a asistir a la boda de mi mejor amigo, todo está muy bien, aunque si pienso conseguir trabajo pronto para no dejarle toda la carga a mi canguro, por lo pronto me siento en paz, puedo sonreír con tranquilidad.