El Camino Sigue [Furry Yaoi] [Terminada].

Soy un omega.

[Alexander]
Es la primera vez que me siento tan nervioso de hablar con la verdad, Basil me agrada mucho y puede que no se tome bien el que yo sea una abominación de omega, no debería de existir como uno para empezar, hubiera preferido que terminaran la intervención para ser un alfa totalmente o que fallaran para ser cien por ciento omega, en vez de eso soy una combinación de los dos tan lleno de inseguridades cuando se trata de este tema por miedo del rechazo total.

La última vez no pude decirle al oso la verdad, tuve como excusa tener que salir a hacer deberes, pero esta ocasión estoy decidido a decirlo, ojalá estuviera Damian para que me dé más confianza en lo que estoy haciendo.

Ahora lo estoy esperando en un parque, quise que fuera más tarde, pero insistió en que fuera más temprano para después irnos a comer algo, en fin, esto debía suceder en algún momento y otro.

[Basil]
Alexander puede ser alguien misterioso cuando se lo propone, serio, alegre, es todo un cofre lleno de sorpresas, lo mejor es que no le canso de ni una sola de ellas.

Necesitamos despejar la mente, es obvio que estamos preocupados por la situación de Damian, pero su familia nos ha dicho que estarán al pendiente de todo por lo que no quieren que nos preocupemos en lo absoluto, en cuanto tengan una noticia nos lo harán saber. No es precisamente que ignoremos todo, solo que nos hace falta pensar en otra cosa porque de nada nos ayuda pensar en ello trayendo solo más desesperación a su familia. Si Alex me escuchara apuesto que estaría orgulloso de saber que no estoy pensando en negativo.

Estando en el parque puedo ver que está distraído, su mirada de pierde en una reflexión profunda, ¿qué podrá ponerlo así? No tengo la menor idea, tal vez pueda ayudarlo a salir de esa situación llegando de sorpresa.

Me escabullo detrás suyo, doy un brinco tomando sus hombros haciendo que salte del susto lo cual me hace reír un poco:
— ¿Qué te parece? Ahora yo te sorprendí.

Sonríe leve:
— Bueno, ya era hora que tomaras algo de iniciativa.

No se nota igual que de costumbre:
— ¿Te sucede algo? Normalmente eres alguien más alegre, espontaneo, atrevido, ¿qué pasó con ese lado tuyo?

Desvía su mirada:
— Es cierto, soy así, pero solo tengo una debilidad y es justo de eso de lo que te quiero hablar.

Creo que escogí el peor momento para cambiar mi forma de ser, pensé que nada malo podría pasar:
— Perdona, fui con completo idiota al actuar de esa manera, debí ser más serio y...
— No, descuida, no tiene nada de malo que lo hayas hecho, es más, me alegra hayas actuado de esa manera, puedo ver que te sientes mejor. Es culpa mía por ser tan diferente, ¿quieres sentarte para conversar o prefieres caminar?
— Es un alivio que no sea yo la cauda de esta reacción, entonces quiero que me digas lo que pasa, vamos a caminar, así no vas a sentir tanta tensión.

Empezamos a caminar, parece algo distraído, tomo su mano tratando de dar una cálida sonrisa como el me la dio cuando me hacía falta:
— Vamos, puedes decirme, puedes confiar en mí así como yo he confiado en ti. Quiero darte el apoyo que mereces, si es que quiero ser tu pareja debo de esforzarme por entenderte.

Toma un respiro profundo para después bajar la mirada mientras seguimos caminando:
— Quiero contarte una parte de mí que siempre voy a odiar, algo que nunca elegí y me seguirá hasta mis últimos días. Puedo parecer un alfa normal, pero la verdad es que... soy un omega, suena totalmente absurdo, pero es la verdad, mis padres manipularon mi genética lo que ha hecho incluso que mi pelaje sea azul, no lo he teñido ni nada por el estilo... así soy... creo que es el momento en el que me miras con horror o desprecio.

[Alexander]
No puedo ni siquiera mirar a Basil, me apresuro a correr para evitar esa mirada de desagrado cuando se enteran que soy un omega, puede que con Damian haya tenido libertad, pero con él sabía que solo íbamos a ser amigos, esta vez siendo diferente al querer formalizar algo.

Esto es ridículo, quiero formalizar una relación con una persona siendo tan atrevido y directo, pero cuando alguien quiere ser mi novio no puedo mantener la compostura huyendo del lugar.

Quisiera ya no sentirme así, ser más fuerte por dentro, dejar de ser débil por algo que no es mi culpa, maldigo a mis padres por haberme hecho esto y crear este desastre en mi vida para después solo abandonarme.

Me quedo detrás de un árbol, creo que perdí a Basil, las cosas serán mejor así, quizás lo mío nunca sea estar en algo estable, solo permanecer en algo de un momento. Tengo como opción quedar embarazado para que mi hijo o hija me haga compañía, espero todavía ser capaz de ello, en realidad no he vuelto a intentar hacerlo.

Al quedarme sentado pensando en esta posibilidad escucho la voz de Basil buscándome:
— ¡Alex, ¿dónde estás? Déjame hablar contigo!

Me pongo de pie de inmediato, al asomarme el oso omega ya está frente a mí:
— Ahí estás, ¿por qué saliste corriendo? Me es difícil alcanzarte.

Eso me sorprende:
— Espera, ¿no te molesta el hecho de que yo sea...?

Me interrumpe con una sonrisa tomando mis manos:
— No, eso no importa, de hecho, me parece algo asombroso que seas un omega, pero para nada lo veo de mala manera. Igual debes tener tus motivos para reaccionar así, puedes decírmelo cuando tengas la confianza de hacerlo, por el momento tienes que saber que te amo y te acepto como eres.

Siento que mi vista se pone borrosa por las lágrimas que inundan mis ojos:
— ¿No es una broma? ¿En verdad quieres ser mi novio después de saber eso?

Asiente acercándose:
— Sí, te quiero por quien eres, veo en ti más que solo un cuerpo grande, me encanta tu energía, que gracias a ti pude salir adelante, te amo de verdad, Alex.

No creí que viviría para escuchar esas palabras:
— En ese caso... quiero intentarlo, quiero ser tu novio con todo el gusto del mundo, gracias por esta oportunidad.

Me abraza y se ríe levemente:
— Vaya, ¿quién es ahora el llorón?

Eso me hace reír también:
— Eres vengativo, pero te amo, sentirme aceptado sin ninguna barrera cambiará muchas cosas en mi vida, esta es la oportunidad que estaba esperando y la voy a tomar.
— Ya que vamos a ser novios creo que debemos de hablar de un par de cosas.

También creo que debemos de hacerlo, aunque ya no hay nada tan serio por hablar, solo será de nosotros dos, quiero hacerlo feliz, tal como me está haciendo sentir ahora:
— Vayamos a sentarnos para que me digas todo lo que quieras.

Asiente y ambos conseguimos un lugar para tomar asiento, se mira nervioso, pero aún así empieza:
— Bueno, primero debo decir que para nada imagine que llegaríamos a este punto, quiero decir, nos conocimos de manera muy inusual, nunca me pasó por la mente que llegaríamos a una relación, igual quiero decirte gracias por haberme aceptado y sobretodo tener la confianza de decirme eso que te tenía angustiado. Hay tantas cosas en mi cabeza en este momento que me es difícil empezar por algún punto en específico, creo que lo más prudente es empezar por poner límites entre nosotros, no quiero decir que no me va a agradar hacer algunas cosas contigo, me refiero a que estamos empezando nuestra relación y puede que haya cosas que no te gusten, también voy a aprovechar la oportunidad para decirte las cosas que no me gusten, aunque de momento no creo que haya algo que me parezca...

Lo beso acariciando su espalda tomando con mi otra mano su cintura, sus labios son tibios, sus manos tiemblan tratando de sujetarme, sus nervios van disminuyendo mientras más lo recibo en mis labios así como con el calor de mi cuerpo. Aprovecho la situación metiendo mi lengua un poco, eso lo hace sonrojar, sonrío separando lento el beso haciendo que quede jadeando un poco:
— Hablas mucho, tal vez puedas usar menos palabras para hacerte entender, lo único que tienes que saber es que te amo y que no voy a tener barreras para ti.

Me abraza quedándose en mi pecho:
— Eres muy especial, no hay otro como tú, también te amo.