Enamorarte de nuevo.

63 10 0
                                    

[Damian]
Estando frente a él me quedo un momento sin palabras, antes de poder decir algo al respecto siento la mano de Alex en mi hombro:
— Bueno, yo tengo que retirarme, esto es demasiado incómodo, creo que será mejor dejarlos solos para hablar, adiós.

Besa mi mejilla antes de irse, eso hace que Zeus se vea algo celoso, de alguna manera me agrada que en el fondo siga teniendo sentimientos hacia mí. Una vez que se retira Alex, mi canguro desvía su mirada con algo de tristeza:
— ¿Solo has venido a presumir a tu novio? Es demasiado cruel que lo hagas de esa manera.

Niego con la cabeza apresurandome a responder:
— No somos novios, antes de que pienses algo tengo que decirte algunas cosas, espero que estés listo.

Levanta un tanto sus ánimos, puedo observar la intriga en su rostro:
— Estaré listo, ¿qué tienes que decir?

Espero que nada de esto le cause algún tipo de daño, respiro profundamente antes de responder:
— La verdad es que tú y yo no somos familia como te lo había mencionado, bueno, de alguna manera sí... lo que quiero decir es... Nosotros somos novios.

Se molesta un poco:
— No juegues conmigo, ya tengo mucho de eso, ¿por qué aprovecharte de alguien sin memoria?

¿Habrá pasado algo para hacerlo reaccionar así? Tal vez influye el que me hubiera visto con el tigre:
— Verás, todo era parte de un plan para saber si aún sentías algo por mí, solo que él exageró las cosas, no tuvo que haberme besado. Lo único que quería era llamar tu atención para que te alejes de Olaf, yo soy quien debería de estar a tu lado, no él.

Se acerca a abrazarme suavemente:
— Dentro de mí... quería que así fuera, me da gusto que no haya casi nada que se interponga entre nosotros.

¿Casi? Eso me hace bajar los ánimos, quiere decir que no está del todo bien conmigo:
— ¿Por qué "casi"? ¿Ya no te gusto acaso...?

Acaricia suavemente mi cabeza:
— Para nada es eso, de hecho puedo sentir un vínculo especial contigo desde el momento en que desperté. La situación es que ahora tengo problemas con Olaf, necesito solucionar eso, la segunda cuestión es que, aunque me gustes, no puedo recordarte, tal vez podríamos tratar de enamorarnos de nuevo, ¿te parece?

Entiendo que debe ser difícil este momento para él:
— Te voy a apoyar, cualquier cosa que necesites de mí puedes decirme, así como estuvimos juntos antes del accidente, como asistía cada día a visitarte, también voy a estar para ti en el presente y futuro. No dudo que pueda volver a enamorarte, estoy seguro que estaremos juntos de nuevo.

Besa mi frente, me trae tantos recuerdos, me hace llorar al estar conmovido:
— Te gustaba eso, ¿cierto? Sentí que así era.
— Sí, más bien, todo de tu me gusta.
— Eres muy lindo, por cierto, tengo una duda. Hace unos días te miré con el tigre con el que estabas hace un momento y estaba cargando un bebé, ¿es tuyo o de él?

Pongo mi cabeza en su pecho para responderle:
— Para ser honesto, es de los dos.

Me abraza con más fuerza:
— Ojalá nunca lo hubiera olvidado, dime, ¿estuve ahí cuando nació? ¿Cómo es?

Ojalá esto no le baje los ánimos o le haga daño:
— Cuando nació... tuviste tu accidente, solo unos momentos de haber dado a luz recibí la noticia que ya estabas en el hospital, no sabía si sentirme feliz o devastado, pero hoy estoy más que feliz, pude decirte la verdad y sabes del hijo que tuvimos.

Se separa de mí tomando mis manos:
— Me imagino que no fue nada fácil, ¿puedo ir a conocer sobre nuestro bebé?

Se está tomando las cosas mejor de lo que esperaba, ¿será esto mentiras de Olaf para que no le dijera nada?:
— Sí, debe de estar con mi abuelo, aunque le prometí que pasaría por mi otro abuelo para estar juntos, ¿me acompañas?

Se ve algo dudoso de ello tardando un poco al responder:
— Está bien... supongo que podemos ir. Por cierto, ¿por qué no me dijiste la verdad desde un inicio?

Empezamos a caminar, mientras tanto le respondo:
— Fue por el zorro, me dijo que una noticia impactante podría dañarte, nunca supe que tan grave era el golpe que habías recibido, lo último que quería era empeorar todo, pero desde que despertaste tuve ganas de estar en tus brazos de nuevo y recibir un beso tuyo, aunque bueno, ya no solo seríamos nosotros dos.

Noto que algo no está bien, tal vez ya no confía en mí por cualquier cosa que le haya dicho ese zorro:
— Si algo anda mal puedes decirme, entiendo que pueda ser difícil creerme cuando no eres consciente de todo lo que pasa a tu alrededor, pero te aseguro que en cuanto veas nuestro hijo no tendrás dudas de lo que te digo.

Sonríe levemente:
— Así que es un niño, ¿cómo lo llamaste?
— Damus, espero estés de acuerdo en ello. Ya que te llamas Zeus y yo Damian pensé en combinar nuestros nombres, bueno, cuando lo veas tendrá más sentido.

[Zeus]
Es muy misterioso en relación a nuestro hijo, aunque si tiene el pelaje azul no podrá mentirme, aunque siendo honesto no creo que lo esté haciendo, solo pienso que es mejor tomarme todo con calma, si dice la verdad no habrá nada a que temer en tomar mi tiempo para volver a amarlo como dice.

Vamos primero por su abuelo, al verme se ve feliz dándome un abrazo el cual me resulta un tanto incómodo pues no lo recuerdo:
— Me da gusto que estés de nuevo con mi nieto, él había esperando tanto por ti, nunca perdió la fe en que pudieras despertar para estar juntos de nuevo. También a Bruce le dará gusto saber de esto aunque no quiera admitirlo, en verdad no creo que sea tan duro, se ha preocupado también por ti.

Cuando me suelta Damian le explica la situación, tras esto solo pide disculpas para después dirigirnos juntos a su casa. Bueno, al menos parece que su familia me quiere, por una pequeña excepción de Bruce, ¿quién será él? Tal vez me lo puedan presentar después.

Cuando llegamos a su casa hay otro hombre mayor meciendo a un pequeño, estoy muy nervioso en un buen sentido de saber que se trata de mi hijo:
— ¡Zeus! Que alegría verte de nuevo, aunque parece que hay alguien más a quien quieres ver, acércate, puedes tomar a tu hijo. Aquí está tu padre, Damus, al fin podrá tomarte entre sus brazos.

De lo conmovido que estoy y por la emoción me acerco lentamente con mis ojos criztalizados, al tomar a Damus entre mis brazos puedo entender a lo que se refería Damian, es un híbrido de canguro y tigre, no cabe duda que no me miente, pero sobre todo, que aquí esta la gran prueba de amor sobre lo que algún día fuimos.

Es algo grande ya, al menos me refiero a lo que debió de ser cuando era recién nacido, me perdí tanto por un accidente, pero a partir de ahora no tendrá porque pasar por mi ausencia:
— Damus, aquí estoy mi pequeño, mi hermoso bebé, tu padre está fe vuelta para cuidarte, te voy a proteger de toda con mi vida.

Damian se pone a mi lado viendo también a Damus:
— ¿No es acaso el bebé más lindo? Es un fuerte alfa y mitad canguro como su padre. Cada día era imposible dejar de verte en su reflejo.

Acerco un poco más a Damus a mi rostro:
— Lo cierto es que también te veo en él, no pensé que fuera posible tener un hijo híbrido, pero solo quiero asegurar, ¿esto no le ha traído problemas?
— Para nada, siempre ha estado fuerte y saludable, resulta ser un niño muy tranquilo, no tiene problemas por ser híbrido, solo por si acaso suelo llevarlo a consulta médica para que no se vaya a salir algo de control.

Ha cuidado muy bien de él, también ha cuidado de mí por lo que dice, debe estar cansado:
— Damian, ¿me dejas llevarlo o acompañarte la próxima vez? Es hora que me haga responsable de nuestro hijo.

Se nota feliz por ello:
— Me encantaría que fuéramos juntos, he estado esperando para hacer todo como una familia, al fin esta casa se verá como lo habíamos pensando.

Eso me hace recordar que empezaba a anhelar cuanto quería tener un hogar con alguien a quien amar y niños jugando alrededor. Parece que me perdí de algo maravilloso, trataré de recordar todo de Damian, aprenderé sobre Damus, y aunque me cueste superar lo de Olaf voy a proteger de los dos, son mi prioridad ahora.

El Camino Sigue [Furry Yaoi] [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora