Desesperado.

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[Olaf]
Es la una de la mañana, todo está a oscuras en silencio, traigo unas herramientas especiales por si acaso, estoy frente a la casa de ese tigre, parece que ya está dormido pues no se ven luces o movimientos, es la hora de empezar.

Al tratar de abrir su cada como imaginaba se encuentra cerrada bajo llave, para eso traigo mis herramientas, son bastante portátiles y con ellas podre forzar la entrada, trato de hacer el menor ruido posible, de esta manera no corro el riesgo de despertarlos.

[Damian]
Estoy en una habitación donde casi no se puede ver nada, desde el otro lado está Damus, algo malo se quiere acercar a él, trato de correr, pero es como si cada vez estuviera más lejos aunque trate de acercarme.

¡No, mi hijo, déjenlo en paz!

[Olaf]
Ese tigre está haciendo gestos raros, tal vez no esté teniendo dulces sueños, quisiera que se quedara en ese sueño de ser así. Aunque lo único que no me gusta es ver que ahora Zeus está durmiendo con él, ¿cómo se atreve? Debería estar durmiendo junto a mí no con ese perdedor.

En esta misma habitación está su bebé, que asco, bajo la tenue luz de la luna puedo ver que es un híbrido, ellos son extremadamente raros, ojalá no existieran, pudiera deshacerme de él, pero lo necesito vivo para poder chantajear a Damian, siendo hijo de Zeus ambos tendrán que acceder.

[Damian]
Un monstruo toma a mi hijo entre sus brazos, con desesperación trato de alcanzarlo, quiero llegar hasta donde él está, solo se ríe en mi cara:
— ¡No te lo lleves, te lo suplico, devuélveme a mi bebé!

Tras levantarme solo vuelvo a gritar:
— ¡Devuelvelo!

Tengo la respiración agitada, estoy en mi habitación con Zeus que se ha levantado asustado por mi grito:
— Damian, ¿estás bien? ¿Te pasa algo? Creo que tuviste un mal sueño.

No puedo dejar de sentirme alterado:
— Sí, parece que fue un sueño, pero... un momento.
— ¿Sucede algo?
— Damus no despertó con ese grito, eso no es normal.

Me levanto tan pronto como puedo para ir a la cuna de Damus, empiezo a llorar desesperado, Zeus sigue sin entender estando a mi lado:
— No estoy entendiendo, deberías de relajarte o podrías despertar a...
— Es Damus, ¡No está!

Alarmados encendemos todas las luces, no hay rastro de donde pudiera estar, solo grito su nombre por toda la casa, no verlo me altera como nadie tiene idea. Escucho la voz de Zeus a lo que me acerco pronto con él:
— Damian, alguien se ha llevado a nuestro hijo, la puerta está forzada, ya no cierra.

Siento que el alma se me va del cuerpo, quisiera morirme en este momento cayendo de rodillas en el suelo llorando desconsolado:
— ¡Mi niño no, háganme lo que quieren, pero a él no, por favor!

Zeus se nota molesto al igual que desesperado:
— ¡Si ese desgraciado está detrás de todo esto tendrá que pagarla caro! No voy a dejar que le haga algo a mi bebé, vamos rápido por la policía para que nos ayuden a encontrarlo.

No puedo ni ponerme de pie, pero trato de ser fuerte para poder encontrarlo, nos dirigimos a toda prisa a la estación de policías, no puedo dejar de llorar, necesito saber que se encuentra bien.

[Olaf]
Este niño desde que despertó es un fastidio, no puedo creer que tenga que soportar esta cosa solo por lograr hacer que Zeus sea mío.

Lo bueno es que he guardado el número de Zeus, podre comunicarme con él para que lleguemos a un acuerdo. Ojalá que ese tigre se esté sintiendo peor de lo que yo me sentí cuando me despidieron por su culpa, es una suerte que solo trabajo por gusto.

Solo entré al hospital porque puedo aprovechar la situación como con Zeus, cuando podía darle algunos baños de esponja estando inconsciente, puedo hacer lo que quiera y nadie sospecha de mí por estar ahí adentro, eso es bueno para mí.

Debo de esperar un poco más para poder llamarle a esos dos, aunque para ser honesto ya no aguanto a este niño que no se calla:
— ¡Ya guarda silencio, eres insoportable!

[Damian]
Estamos frente a los oficiales tratando de exponer el caso, Zeus es el único que les puede explicar pues yo no puedo ni hablar con los sollozos al sentirme terrible:
— Alguien ha forzado la puerta de la casa de mi novio, mientras estábamos dormido se llevaron a nuestro bebé, estoy seguro de quién se trata, más no tengo manera de saber dónde está.

El policía que es un oso sólo toma algunas notas:
— Señor, esa es una acusación muy severa si es que no tiene pruebas que se puedan demostrar. Deje que hagamos nuestra investigación para poder dar con el bebé, ahora, unos compañeros y yo les escoltaremos a casa para dar inicio al caso, es mejor que permanezcan tranquilos para poder avanzar cuanto antes posible.

Esto es una pesadilla, siento como si no hubiera despertado de ese horrible suelo, solo quiero a mi pequeño Damus de vuelta, ese fue un golpe muy bajo de Olaf en caso de resultar ser el culpable.

Llegamos a casa, los oficiales revisan todo tipo de pruebas que puedan encontrar, hacen su reporte para después decir que harán todo lo posible por encontrarlo, también mencionan que lo mejor que podemos hacer es quedarnos en casa a esperar una respuesta para no tener contratiempos en caso de encontrar al culpable, me siento tan impotente de no poder encontrar a mi hijo.

Por un momento miro a Zeus, se nota que quiere llorar, pero se esfuerza mucho por mí, también tengo que estar para él así que lo abrazo:
— Cangurito, quisiera decirte unas palabras de ánimo, pero sé que ambos estamos igual. Aún así, estoy para ti, puedes llorar, también te agradezco por ser fuerte para mí, eres el mejor.
— No lo soy... si fuera el mejor hubiera estado alerta para evitar esto.
— No te culpes, estando los tres juntos estábamos con tanta paz que no podíamos imaginar eso, solo espero que los oficiales hagan su trabajo para encontrar cuanto antes a nuestro hijo.

Me abraza llorando amargamente, entiendo cómo se debe de sentir, lo dejo deshagorarse mientras también lo hago con él, es un momento muy difícil para nosotros, queremos mover todo el mundo para encontrarlo, pero solo podemos sentarnos a esperar una respuesta y es desesperante.

De pronto suena el celular de Zeus, solo se aferra a mí:
— No tengo ganas de responder.
— Debes de hacerlo, a esta hora podría tratarse de algo importante.
— Está bien, pero no tengo ánimos, lo pondré en altavoz, ¿podrías responder por mí?

Me da su celular, lo pongo en altavoz tras responder como me ama pedido, antes de saludar se escucha una voz familiar:
— Hola querido Zeus, un gusto saludarte, creo que ya notaste que alguien falta.

Eso hace enojar a Zeus:
— ¡Maldito desgraciado! En cuanto te ponga las manos encima te voy a...

Lo interrumpe:
— No podrás hacerme nada, tengo a tu hijo, si lo quieres de vuelta tenemos que llegar a un acuerdo.

Escucho llorar a Damus, de inmediato intervengo:
— Haremos lo que sea, pero te lo suplico, deja en paz a mi bebé... por lo que más quieras.

Solo sigue:
— Es perfecto que estés escuchando todo, Damian porque lo que que más quiero es tener a Zeus, entonces quiero que te alejes de él, y que Zeus se haga mi novio, de esta manera te dejaré libre. Vayan ambos a la dirección que les voy a mandar, ahí quiero que frente a mí terminen su relación y después Zeus vendrá conmigo, ahí les entregaré a esta cosa que hacen llamar hijo. No tarden en venir que no le voy a dar atenciones a este bebé, saben que pasa cuando no es atendido, adiós, nos vemos pronto.

Termina la llamada para después mandar ubicación, me es difícil conservar la cordura, si Damus no tiene la atención necesaria podría poner en riesgo su salud, no tenemos otra opción, tenemos que hacer lo que nos pide.

Zeus se quiere negar:
— No hay manera que pueda estar al lado de ese psicópata, te acabo de encontrar después de pasar por todo esto, no quiero perderte ahora. Tengo planes contigo, proyectos para los tres, no quiero perderte de ninguna manera.

Estoy temblando, nunca creí que llegaríamos a este extremo:
— Nos quedamos sin opciones, solo podemos hacer lo que nos pide, todo esto es mi culpa, ahora pagaré las consecuencias.

El Camino Sigue [Furry Yaoi] [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora