¿Quién eres?

62 9 6
                                    

[Damian]
El hombre salió sin decir nada, aún no sé con quién estoy hablando o quién me está ayudando. Lo que me parece curioso es que el agua que me dio de tomar no es del coco, es agua fresca, demasiado agradable podría decir.

Al querer salir a buscarlo puedo ver algo a la orilla del mar, no me es muy visible así que me acerco asomándome entre algunas plantas que todavía están a una distancia considerable, pero al tener la vista más despejada puedo ver a un león alfa de melena negra dándome la espalda y está... no puede ser. Me doy la vuelta tan pronto como puedo, al parecer se está dando algún tipo de baño con el agua, su cuerpo está muy definido, pero... en este momento está desnudo.

Al menos le miré otra cosa, creo que voy a perderme del otro lado de esta isla desierta, así no voy a molestar a este buen hombre que me ha ayudado. Tengo que aprender a adaptarme y no dar problemas, aunque para ser honesto... no sé por dónde empezar.

Me surge otra duda antes de moverme, ¿debería de ser educado y presentarme? Sería muy grosero de mi parte irme sin decir nada, pero podría ser una molestia permanecer más tiempo.

La discusión del tema sigue en mi cabeza por un rato, me quedo helado al sentir la mano del león alfa en mi hombro:
— ¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿Qué tanto estabas viendo?

Me giro sonrojado retrocediendo lentamente ante el león musculoso de ojos azules:
— N-nada, solo quería buscarle para decirle que... gracias, tal vez... presentarme y decirle que...

Empieza a caminar:
— No importa, al menos ya hay alguien más aquí. He estado perdido por meses, no te quedes atrás, no creo que estés acostumbrado a vivir aquí.

Dudoso lo sigo, trato de romper el silencio:
— Así que, ¿perdido? ¿Cómo llegaste aquí? ¿O al menos podría saber quién eres?

Se detiene mirándome de reojo, me da escalofríos, es algo intimidante:
— Mi nombre es Arlo, llegué a este lugar por proteger mis principios y lo volvería a hacer.

Eso me tiene confundido:
— ¿De qué manera defender tus principios te puede traer aquí?
— Vayamos a mi lugar, ahí será mejor conversar, también necesitas comer algo.

Mi estómago gruñe, de verdad tengo hambre, no tengo noción de cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que comí. De nuevo lo sigo con un silencio incómodo, al regresar me da algunas cosas que se pueden encontrar aquí, no hay otro lugar a donde ir.

Nos sentamos en el suelo cuando empieza de nuevo a hablar:
— Bueno, ahora que estamos más tranquilos te puede decir lo que sucedió. Resulta que trabajaba en un crucero, solía servir para entretener. Hubo una discusión que fue algo seria, pero sabía que el cliente tenía la razón, mi jefa era muy temperamental y cuando se enojaba perdía la razón. No le iba a hacer daño al cliente sabiendo que no estaba mal, mi jefa quiso arrojarlo por la borda lo cual me pareció absurdo, no podía hacer algo así. Al negarme mencionó que si no era él iba a ser yo a quien mandaría al mar a su suerte, así que me lanzaron en su lugar. Estuve flotando en pequeño bote durante mucho tiempo hasta llegar a este lugar, me estaba empezando a volver loco, fue difícil acostumbrarse a estar aquí, pero al fin puedo vivir en paz. ¿Tú por qué estás aquí? ¿Cómo llegaste en ese contenedor? Estaba buscando algunas cosas cuando vi llegar esa cosa que se quedó en la playa, por cierto, no podía dejarte solo ahí, no sin haber intentando hacer algo.

Parece alguien frío, pero por dentro puede que sea totalmente lo opuesto:
— Bueno, Arlo, mi nombre es Damian, lamento mucho lo que te hicieron, supongo que en esta vida hay personas que no tienen comprensión en lo absoluto. Yo llegué aquí por culpa de un hombre que me odia, yo tengo un hijo... estuve casado... me quitó todo, él quería tener lo que yo tenía, decidió interrumpir en medio de mi boda para echar a perder todo, nos puso a dormir y ahora me mandó aquí sin poder hacer algo. Si estaba triste o fui algo grosero al decir que no tenía motivos para vivir es porque me hacen falta... quiero ver a mi es... ex esposo y a mi bebé, siento que me arrancaron una parte de mí cuando me hizo esta bajeza.

Suspira frotando su mano en mi cabeza:
— De verdad no puedo hacer mucho al respecto, si necesitas hablar te puedo escuchar, más no podría darte un consejo al no poder entenderte, hace dos años terminé mi última relación y no he tenido hijos. Pero puedo intentar apoyarte.

Niego suave con la cabeza:
— No hay por qué entender, quisiera que no tuvieras que hacerlo nunca pues es doloroso.

Al mirarlo puedo notar que su ropa está algo gastada, tiene algunas cicatrices en el cuerpo, aún así trata de mantener su higiene, se cuida y trata de salir adelante a pesar de haberlo perdido todo, tenerme aquí lamentándome solo le daría más carga, pero sigue dispuesto a ayudarme:
— Gracias... se nota que eres un buen hombre, creo que... solo nos tenemos el uno al otro, voy a tratar de apoyarte en lo que pueda, no solo...

Se pone de pie:
— No necesitas hacer nada, yo soy el que debe de protegerte. Acabas de llegar, tu estabilidad emocional no será mucha durante algunos días, tras tu pérdida será más difícil, si decides permanecer a mi lado debo de protegerte, pero eres libre de hacer lo que quieras, no te puedo obligar a quedarte o hacer algo por mí, te dejaré un rato para que comas, tengo que ver si hay algo que pueda usar de la caja en la que llegaste.

Cuando hace mención de eso miro algunas cosas de este lugar, algunas de las bases parecen ser tomadas de un bote de madera, puede que haya tenido que destruirlo para tener un lugar dónde quedarse:
— No hay nada ahí dentro, mejor te ahorro eso, solo era yo y una pantalla, no entiendo cómo es que tenía una señal en un lugar como este, pero fuera de eso no hay nada.

Se sienta gruñendo un poco:
— No solo te separan de tu familia, tienen el poco corazón de enviarte sin nada más que lo que tienes puesto. Puede que no sea él más cálido, pero tampoco soy un desalmado.

Me siento mal por él, sigue con una actitud preocupada hacia mí en lugar de solo pensar en su situación, dijo que ha estado aquí durante meses, debe ser triste estar aislado tanto tiempo:
— No te voy a mentir, me siento fatal, pero tampoco puedo ser tan egoísta e ignorar que tienes tus problemas también. No puedo jurar ser la mejor compañía, pero haré lo que pueda, tú lo estás haciendo.

Al ponerme de pie camino a su lado, me inclino un poco poniendo su cabeza en mi pecho para empezar a acariciar su melena, él es... grande... fuerte... Zeus, acaricio detrás de sus orejas, también me froto un poco hacia él:
— Zeus... me haces falta.

La voz que escucho es del león:
— Así que se llama Zeus, creo que estás soñando despierto, antes de que hagas algo de lo que te arrepientas te recuerdo que soy Arlo.

Se me salen algunas lágrimas:
— P-perdón, me dejé llevar pensando en él, lo extraño...

Siento que me jala con él, queda en el suelo y ahora yo estoy en su pecho:
— No sé qué te parezca esto, a mi novia le gustaba cuando se sentía mal.

Se siente cálido, es reconfortante:
— ¿Por qué terminaste con ella? Si se puede saber, claro.

Hace pequeños círculos con sus dedos en mi espalda:
— Bueno, fue algo mutuo, no terminamos mal realmente, aunque nos entendíamos y no fue una mala relación, ella describió que se sentía más atraída hacia las mujeres alfa. Me dolió, pero respeté eso, solo dejamos de vernos cuando tuvo novia.

Al menos no fue un engaño que le haya hecho un daño peor:
— Quisiera decir que algún día podrías encontrar a alguien, pero... no sé si logremos salir de aquí.

Eso lo hace pensar:
— En ese caso, ¿qué piensas hacer si ninguno de los dos puede salir de esta isla?

Tiene razón... no puedo solo olvidarme de mi familia, pero tampoco puedo aferrarme a ellos cuando me los han quitado de la vida, esto es complicado, ¿qué tengo que hacer?

El Camino Sigue [Furry Yaoi] [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora