El Camino Sigue [Furry Yaoi] [Terminada].

Aire de tranquilidad.

[Damian]
Fue tan lindo anoche, Alex tenía un amigo nuevo, eso me hizo feliz pues cada vez estará más rodeado de amigos, solo espero que no le haga daño, ya ha pasado por mucho y no quiero que alguien llegue solo a jugar o aprovecharse de su forma de ser.

Zeus me dijo que lo había conocido en una cafetería, a la cual me quiere llevar pues también me hizo mención de lo mucho que le gustó el café y el postre que ofrecen en el lugar, sin duda podemos ir, tal vez nos dé la posibilidad de conocer un poco más al amigo del tigre azul.

Siendo el primer día del año se siente una atmósfera llena de esperanzas, de sueños, no hay nada que pudiera arruinar un día así, tampoco debo de preocuparme por la despedida de mis padres pues solo estarán unos días más aquí. En cuanto a mi cangurito está dormido junto con Damus, el pobre terminó muy cansado cuidado de nuestro pequeño y después me dio una mano limpiando después de que todos se fueron.

Con cuidado beso su mejilla para luego dirigirme a la cocina a preparar el desayuno, todo está sucediendo como lo deseaba desde hace un tiempo, solo falta solo una cosa, pero eso no es posible puesto que no encuentro los brazaletes, desde la vez que nos quedamos solos no logro encontrarlos, supongo que debieron salirse de mi ropa cuando las dejamos caer al suelo, aún así no logro encontrarlos por más que lo he intentado buscar. Siento algo de culpa pensar que perdí los brazaletes que mis padres me confiaron para dar con ellos un símbolo de amor verdadero con la persona que más amo, ¿dónde estarán?

Estando cerca de terminar el desayuno siento unas manos tomar mi cintura, por supuesto solo podría ser mi canguro quien también me da un beso en el cuello:
— Nada como empezar el año con tu deliciosa comida, aunque quiero comer algo más que eso.

Me muerde una oreja haciendo que me sonroje:
— Z-Zeus, no aquí, se me va a quemar esto si me distraigo.

Cuando quito las cosas de la estufa y la apago, Zeus se vuelve a poner un tanto travieso haciendo cargandome sentándome en la mesa para besarme en los labios:
— Alguien amaneció muy juguetón el día de hoy por lo que veo.

Me sonríe cerrando los ojos y después acerca la punta de su nariz con la mía:
— Lo siento, no puedo evitarlo, eres tan hermoso mi tigrecito, no puedo evitar desearte en mis brazos y en mis labios al verte cada mañana, te amo como a nadie en este mundo.

Pongo mis manos en sus hombros dándole otro beso:
— Eres tan dulce, sabes que también te amo, más de lo que puedas imaginar, por cierto, Damus...
— No te preocupes, sigue durmiendo, lo dejé con cuidado, ya no debes de preocuparte tanto como antes, aquí estoy para cuidar de ambos.

Tomo suave tus mejillas, de verdad se ha vuelto muy cariñoso, hemos tenido la oportunidad de acercarnos más tras todo el desastre por el que tuvimos que pasar. Creo que más bien solo fue una prueba, la recompensa de haberlo pasado es la manera en que ha crecido nuestro amor:
— Estamos para cuidarnos de manera mutua, y Damus nos tiene a los dos, como una linda familia.

Besa mi cuello con cierta pasión haciendo que de un pequeño jadeo:
— Solo nos hace falta una sola cosa, pero quiero esperar para decírtelo, ya lo verás, ¿quieres que comamos? La comida se podría enfriar si esperamos más tiempo.

Ambos nos ponemos a comer, en medio del desayuno se escucha el llanto de nuestro hijo a lo que voy por él, regreso con Zeus meciendo al pequeño Damus en mis brazos terminando de comer:
— Esto estuvo muy bueno como siempre, déjame lavar los platos, deberías de ir a... cambiar la ropa o algo así para Damus.

Algo está pensando, tal vez tiene algo que ver con lo que me ha dicho antes, Zeus es demasiado evidente en una situación como esta, solo me levanto para acercarme a besar su mejilla:
— Gracias, cuando termine estaré en la sala, o espérame ahí si terminas primero.
— Claro, estaré esperando, estoy seguro que llegaré antes.

Solo voy a revisar algunas cosas de Damus, en realidad no tengo mucho que hacer por lo que no me demoro en hacerlo, solo quiero esperar para darle más tiempo a Zeus, no sé qué es lo que pretende, pero quiere estar en la sala antes que yo así que se lo voy a conceder.

Esperando un rato solo me asomo en la puerta de la habitación con Damus en los brazos:
— Zeus, ¿ya has terminado?

Tarda un poco para responder, antes de preguntar de nuevo logro escuchar su voz:
— Listo, te estoy esperando para cuando termines.

Suspiro sonriendo, puede que vivamos juntos, pero puede seguir dando algunas sorpresas en ocasiones, me encanta su manera de ser.

Al estar ahí lo veo sobre una de sus rodillas apoyado en su otra pierna:
— ¿Q-Qué haces ahí?

En sus manos veo los brazaletes dibujando una gran sonrisa en mi rostro al verlo hacer esto:
— Perdona, sé que estabas preocupado buscando esto, los tomé cuando estaba recogiendo mi ropa, se habían salido de los bolsillos de tu ropa cuando las dejamos caer al suelo así que decidí guardarlo para dártelos de esta manera. Aceptaré tu regaño por no decirte nada, pero quería decirte esto... Damian, ¿serías mi esposo? Damus, ¿me dejarías casarme con tu padre omega?

Me siento a la orilla del sofá frente a él, de verdad quería hacer esto, me encanta la idea, es difícil ocultar lo que siento:
— Por supuesto que sí, Zeus... quiero ser tu esposo, pero supongo que requieres de la aprobación de Damus.

Se acerca con él tomando sus manitas en sus manos:
— ¿Qué dices mi niño? ¿Quieres ver a tus padres casarse? Dame un besito en la nariz para un sí.

Le acerca la cara, eso hace reír a nuestro bebé, juega un poco con su cara, pero termina por darle el beso que esperaba a lo cual celebra cargando a Damus jugando con él:
— Gracias, eres el mejor mi niño, no te voy a fallar, voy a intentar día con día ser el mejor padre, claro, después de Damian. Y a mi tigrecito, a ti te prometo ser cada día mejor para ser el esposo que te mereces, me enseñaste que debo esforzarme día con día para ser el hombre que deseo para ti.

Me pongo de pie, con un brazo carga a Damus y en el brazo libre me está abrazando mientras yo me aferro a él:
— Estoy seguro que todo saldrá bien esta vez. Ya no tenemos nada por lo que temer, solo he estado esperando por ti, también quiero ser mejor cada día, no soy perfecto, y siempre me siento tan frágil pues creo que no soy suficientemente bueno para ti o para Damus, pero eso nunca me va a impedir darles lo mejor de mí. Dime, ¿cuándo te gustaría que nos casaramos?

No duda en responder:
— Lo más pronto posible, ya no quiero esperar tanto, creo que han pasado cosas que solo posponen este evento que hemos estado esperando. Ya no quiero seguir esperando, no importa lo grande o pequeño que sea el evento, solo quiero casarme contigo. Eres perfecto para mí, estamos hechos el uno para el otro, ya no tengo nada de qué dudar pues de ti he aprendido a ser siempre mejor, a darlo todo, sin importar la adversidad siempre esforzarse para la superación reforzando también la relación, sin duda eres la persona que tanto había buscado, por eso ya no quiero esperar, claro, si es que tienes planes diferentes o no esperas que nos casemos tan pronto lo entenderé.

Me froto suave en su pecho:
— Es un sueño que he estado esperando mucho, no he cambiado de parecer desde entonces, quiero casarme contigo, podemos empezar con los planes, tampoco tengo nada que dudar, y lo que me hace más feliz es la manera en que te acepta Damus, todo es perfecto, dentro de poco tendremos esa linda boda con la que hemos soñado.

Me pone el brazalete y yo le pongo el suyo, con cuidado nos lleva al suelo para jugar ahí con los dos, sin duda no importan las altas o bajas, si no el amor y la dedicación con la que los dos vamos aprendiendo para amarnos con más intensidad, lo amo, y voy recordando algunas cosas que me gustaría hacer, espero que Zeus no se moleste, será una gran sorpresa, ojalá no sea de las malas.