Más sobre ti.

68 10 1
                                    

[Henrick]
Sin duda puedo decir que la semana iniciará de gran manera, la he pasado muy bien junto a mi amado tigre. Ya me he despedido de él para venir a clases, justo estoy de camino y como siempre me encuentro con Samir para llegar juntos:
— Vaya, tienes una gran sonrisa, ¿a qué se debe ese buen humor?

Estuve cerca de decirle toda la verdad, pero después del favor que nos hizo no quiero lastimarlo:
— Fue gracias a lo que hiciste, gracias por cuidar de mi hermano, pude pasarla bien. Eres un gran amigo.

Ríe un poco al darle mi respuesta:
— Descuida, lo volvería a hacer, solo que la próxima vez avisa a los señores de la casa. Se asustaron al verme, pensé que solo vivían ustedes tres ahí.

Eso me da risa:
— No sería capaz de cuidar un lugar como ese, creo que entre los dos no podríamos sumando los gastos de la universidad y los cuidados de Luis. Pero perdóname, estaba tan emocionado que olvidé decirle a ellos, también nos llamaron la atención.

Sin darme cuenta el perro guarda silencio al mirarlo está sonrojado:
— He-Henrick, ¿por qué estás tomando mi mano?

Lo suelto un tanto sorprendido:
— Lo siento, no me di cuenta, creo que tengo la mente en otro lado.

[Samir]
Se sintió tan lindo cuando tomó mi mano, mi corazón se aceleró porque fue muy bonito, más creo que lo hizo pensando en Damian. Creo que se debe sentir muy bien estar en su lugar.

Seguimos nuestro camino, la primera clase la tenemos de manera normal, resulta que al iniciar la segunda clase se nos dice que el profesor no asistirá a lo cual el lobo se levanta de su asiento:
— ¿Quieres venir a dar una vuelta? Será mejor salir un momento a despojarnos.

Al verlo es inevitable responder sin pensar:
— Sí, sería un gusto.

Salimos del edificio para caminar mientras inicia la siguiente clase, mientras avanzamos empieza a conversar:
— Samir, he pensando que hay cosas que no sé mucho de ti, ya que tenemos tiempo, ¿cómo son tus padres? ¿Te llevas bien con ellos?

Jamás pensé que tocaría ese tema, me pone nostálgico, pero igual no tengo problema en responder:
— Yo no conozco a mis padres, de hecho soy huérfano.

Nos debemos para sentarnos en una banca bajo un árbol:
— Lo siento... no tenía idea de que fuera de esa manera, lamento preguntar.

Siendo Henrick puedo contarle lo que sucedió:
— No debes de pedir perdón, deja que te siga contando sobre las cosas. Dicen que mis padres eran buenas personas, mi madre una dalmata omega y mi padre un pit bull de pelaje café. Pueda que tenga sangre de otras razas de perro, solo me gusta imaginar que mi pelaje es blanco por mi madre y mis manchas cafés se deben a mi padre. Suelo decir que no sé nada de ellos, o cambio de manera constante la historia de mis padres para evitar que sepan la verdad, pero a ti te puedo decir todo.

Toma curiosidad de ello:
— ¿Qué es lo que decían de tus padres?

Sonrío mirando al cielo:
— Dicen que ellos se dedicaban a ayudar a los necesitados, ya sea con comida o con algo más que pudiera necesitar personas ancianas, huérfanos, desamparados en las calles, no tenían límite para nadie. Un día me dejaron a cuidado de una niñera, yo era solo un cachorro de un par de meses, mamá y papá salieron a entregar algunas cosas regresando tarde.

Bajo la mirada subiendo mis piernas para abrazarlas:
— Esa noche fue trágica, me dijeron que había pasado la media noche y no llegaban. Poco después se dieron cuenta que había sucedido un accidente de auto, fue un autobús que golpeó fuerte el auto de mis padres. Estuvieron en el hospital solo unas horas antes de su trágico final, incluso salieron en la noticias, gracias a una nota del periódico de aquel entonces es que me di cuenta.

Me apega con él para empezar a consolarme:
— ¿Quieres seguir o prefieres parar?

Lo abrazo recordando ese momento:
— Seguiré, ya te dije lo más difícil, supongo. Yo terminé en un orfanato al que brindaban ayuda mis padres, la nota del periódico estaba junto a mis archivos, por una travesura con un compañero es que nos dimos cuenta de ello, al ver mi nombre no pude resistir dar un vistazo y ahí fue un momento desgarrador en mi vida. Tenía la esperanza de crecer para encontrar a mis padres aún si una familia me llegaba a adoptar, pero era algo que nunca iba a suceder. Mi comportamiento durante ese tiempo es lo que me alejaba de aquellos que querían adoptarme, así que nunca lo hicieron, después crecí y todos quieren un bebé, nadie quiere a alguien ya grande. La persona encargada decía que me podía quedar siempre que quisiera, un día tuvo que dejar el lugar pues la movieron a otro lugar, la persona que se quedó en su lugar me corrió cuando cumplí los dieciocho, dijo que ya no podía tenerme ahí. Así empecé a trabajar y conseguí una pequeña habitación de renta para vivir, por suerte la universidad ofrece becas para los que son huérfanos, eso me ha ayudado mucho. Si a veces te digo que estoy ocupado es porque trabajo tiempo extra para cubrir mis necesidades, es por eso que hubo un día que no te pude ayudar con tu hermano.

Siento que me envuelve en sus brazos escuchando algunos sollozos de su parte:
— No tenía idea de lo duro que era la vida para ti, debió ser horrible pasar por todo ese proceso. Ten por seguro que no te voy a dejar y siempre estaré para ti, eres asombroso, aun después de todo esto eres un buen amigo conmigo. Perdona no corresponder tus sentimientos, no quiero ser parte de aquello que te lástima.

Lo abrazo llorando, nunca había sentido un cariño tan sincero como lo hace en este momento Henrick:
— No es tu culpa, yo no debí de enamorarme en primer lugar. Puede que todo haya sido difícil, pero estoy aquí, aprendí a superar todos mis problemas, hoy solo quiero llegar a ser alguien en la vida para ayudar a todos de la misma manera que lo hacían mis padres. Si en algún lugar... mis padres me estuvieran viendo... solo quiero que estén orgullosos de mí.

Me sostiene con ternura dando caricias, se siente muy reconfortante:
— Estoy seguro de que lo están, ¿sabes algo? Quizá no sea lo que esperas, pero estoy muy orgulloso de ti, también te admiro en gran manera. Ahora te veo de manera diferente a como lo hacía antes, gracias por tener la confianza de contarme todo esto.

Lo suelto a lo cual también lo hace, mi mirada se clava hacia abajo por lo que siento:
— ¿Por qué tiene que ser tan difícil? Ahora creo que estoy más enamorado de ti, ¿no te parece absurdo? Es lo que trataba de ignorar, resulta que ya no puedo evitar sentirme de esa forma, te pido perdón, solo que mis sentimientos han salido a flote por tu forma de ser.

Me toma por el mentón haciendo que lo vea a los ojos:
— Samir... pasamos mucho tiempo juntos, incluso puede que más de lo que suelo pasar con Damian. Siempre das lo mejor por mí, debo admitir que eres lindo... también he pensando mucho sobre ti, los sentimientos tan lindos y puros... lo que quiero decir es... Bueno, no sé qué quiero decir en verdad... tan solo...

Sin decir más me quedo impactado al sentir que junta sus labios con los míos, esto es tan inesperado que me pongo muy rígido, no sé cómo actuar. Poco a poco cierro los ojos empezando a aceptar su beso.

Se detiene de manera abrupta levantándose exaltado:
— Esto está mal, esto está muy mal. Debemos de regresar a clases, será mejor que nos demos prisa antes de que inicie la clase.

Es evidente que no debo tocar el tema:
— Claro, hay que darnos prisa.

Aun me siento sonrojado, por un lado estoy más que feliz de lo que hizo, pero por otro lado, no debo olvidar que Damian sigue siendo su novio, no lo quiero lastimar, estoy muy confundido ahora.

[Henrick]
¡¿Qué demonios te pasa Henrick?! ¿Por qué tuve que besar a Samir? Esto no está para nada bien, me siento muy miserable ahora mismo.

Voy a confundir al pobre perrito, esto significa que de cierta manera engañé a Damian, no puedo estar haciendo esto. Tal vez sean los sentimientos del momento, eso debe de ser, no creo que empiece a sentir algo por Samir, ¿oh sí?

El Camino Sigue [Furry Yaoi] [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora