Gabriel
Miré el video que habíamos gravado con Facundo pensando si era correcto lo que íbamos a hacer. Me mordí el labio. Isabel no me caía bien y me molestaba bastante que siguiera insistiendo con Manu a pesar que le dijo que no unas cuantas veces, pero no quería hundir su vida, yo no era como ella. Facu me alentó unas cuantas veces a que lo empezara a pasar para que todos vieran lo que intentaba hacer con el Padre. Cerré los ojos meditando qué era lo que tenía que hacer, si era bueno, si Manu iba a enojarse cuando se enterara. En el video se veía perfectamente lo que había hecho el día que llegamos al campamento, cuando hizo que tocara sus pechos. Sentí la mano de Manuel pasarme por la cintura antes de pararse al lado mío.
—¿Qué ves?
Mi primer pensamiento fue ocultarle la verdad, pero no servía de nada, tarde o temprano se iba a enterar que habíamos sido Facu y yo quienes hicimos rular el video. Respiré profundo y le mostré la pantalla de mi celular.
—¿Por qué tenés esto?
—Porque estoy cansado que se acerque a vos, que te toqueteé.
—¿Y qué vas a hacer con esto?
—Rularlo, Facundo me dio la idea —escuché un suspiro por su parte—. Quiero que todos sepan la clase de persona que es.
Me giré a él recibiendo una mirada de desaprobación. Me quedé callado esperando que me retara.
—¿Estás seguro de eso, Gabi? Te podés meter en un lío grande.
Lo miré perplejo sin saber qué era lo que me quería decir con certeza. No sabía si me estaba dando una especie de permiso o si le parecía mal que pasara el video.
—Me... Me molesta que te ronde todo el tiempo, que haga estas cosas... —bloqueé mi celular y lo guardé en el bolsillo—. Yo sé que me voy a meter en un problema grande, Manu, pero ya no sé qué hacer con ella. Le hizo saber a todo el mundo que soy gay, se metió con mi papá y destruyó mi familia.
—Ya sé todo eso, Gabi... —me dedicó una mirada de resignación—. No voy a decirte que no hagas nada, pero te voy a pedir que lo pienses muy bien.
—Necesita un escarmiento. ¿No te parece?
—Sí, mi amor, me parece, pero no sé si es el cam...
—¿Cómo me dijiste?
—Que no es el camino.
—No, antes de eso.
—¿Qué sí me parece que necesita un escarmiento?
—¿Te estás haciendo el tonto? —parecía no saber qué me había dicho de verdad, sonreí llevando mi mano a su mejilla—. Me dijiste "mi amor", es la primera vez que lo hacés.
—Lo hice sin pensar.
—Ya sé, sino no lo hubieras dicho —solté una risita—. Me gustó que me lo dijeras. Me gusta mucho cuando sos cariñoso.
—Creo que me cuesta un poco por el miedo a que nos descubran.
—No te mortifiques tanto por cada cosa que digo —le di un beso corto en los labios—. Siempre decís las cosas cuando las necesito escuchar, es suficiente para mí. Volviendo al tema principal: ¿te molesta que haga esto?
—No, Gabi, pero va en contra de lo que estudié todos estos años...
—Recordemos que es Isabel.
—Sí, no se me va de la cabeza —suspiró—. Vos sabés lo que hacés, Gabi, no voy a decirte nada hagas lo que hagas.
Asentí, volví a besarlo en los labios. Me alegraba que me apoyara, que no me exigiera poner la otra mejilla a esta altura, ya no podía obviar que Isabel estuviera atrás suyo, después de todo lo que había hecho para joderme la vida, era momento que le diera una probada de su propia medicina. Quería que todos supieran cómo era ella en realidad. Al menos desviar la atención de mi sexualidad. Me quedé un rato con él hasta que, por pedido de los chicos, tuvo que ir a jugar con ellos. Lo miré unos minutos con una sonrisita boba en la cara. Después, fui a buscar a Facu, quería decidir de una vez lo que iba a hacer.
—¿Qué pasó, Gabo? ¿El padre te dio luz verde?
—Piensa que está mal, pero que no me va a decir nada, hagamos lo que hagamos.
—Para mí eso es una luz verde. Ahora o nunca. Es hora de que se trague su veneno.
—Bueno, ¿qué hacemos, entonces?
—Conseguí el número de Doña Josefina.
—¿La que te mandó al frente por fumar frente al colegio?
—Gracias a lo chusma que es vamos a conseguir que rule el video.
—Pero es una señora, ¿va a servir para que pase?
—No va a ser solamente ella, pero sabemos que va a servir como altavoz. Vos decime qué vas a hacer y dejalo todo en mis manos. Cuando volvamos, todo Del Viso va a saber quién es.
Me quedé mirándolo dubitativo, pero, al final, acepté sin pensar lo mucho más. Necesitaba que se calmara, que nos dejara en paz, al menos el tiempo que nos quedara juntos. Quería que, por una vez en los últimos meses, apuntaran a alguien más que no fuéramos Facu y yo en la calle, que hablaran a las espaldas de otra persona. Capaz, así le daba algo de tranquilidad a Manu para poder estar juntos. Facu me rodeó los hombros con su brazo y me acercó a él en un abrazo.
—No sientas culpa, es lo que se merece.
Susurró intentando hacer que mi mente se calmara un poco. Parecía poder leerme como a un libro, igual que yo podía hacerlo con Manu. Respiré profundo abrazándome más a él como si fuera un nene chiquito. No sabía cómo sentirme, no quería que siguiera persiguiendo a mi novio, pero tampoco quería que pasara lo mismo que yo en el barrio, no quería terminar causando una desgracia.
—¿Ustedes dos son novios?
Una vocecita infantil hizo desviar la mirada hacia el nene que estaba adelante nuestro. Me separé de Facu y me acerqué a él, no tenía más que seis o siete años, era hijo de una de las compañeras de trabajo de mi mamá.
—No Tomi, somos amigos.
—¿Y por qué se abrazaban tanto?
—Porque somos muy, muy amigos, Tomi —me agaché quedando a su altura—. ¿Te parece feo que dos hombres se abracen?
—¿O que sean novios?
Acotó Facu desde atrás mío, Tomás se nos quedó mirando unos segundos antes de negar con la cabeza, pero, por la expresión de su cara, parecía que estaba pensando en algo que todavía no entendía. Le dije que volviera con los demás antes de girarme a mi amigo, él no hizo más que encogerse de hombros. Decidimos tácitamente volver con el grupo también, nos acercamos a María y Laura, que alentaban a Manuel mientras jugaba al fútbol con los chicos. Normalmente, estaría embobado por verlo así, tan paternal con todos, pero no podía dejar de pensar en lo que había hecho. No podía evitar sentir culpa, aunque Facu me repitiera una y otra vez que era lo que merecía.
**
Muy buenas~ acá traigo el nuevo capítulo. Bueno, bueno, estamos en vísperas de lo que va a ser la lección que le van a dar a Isabel para que todos sepan quién es ella. También vamos a tener un pequeño dramita para que Manuel decida de una vez qué piensa hacer con su relación. Si les está gustando, por favor voten, comenten y compartan, todo apoyo se les agradece muchísimo.
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Pecado
Teen FictionManuel es un joven cura que acaba de terminar el sacerdocio. Llega a Del Viso, un pequeño pueblito súmamente religioso, allí será el reemplazante del cura que está próximo a la jubilación. Cuando conoce a Gabriel, un joven estudiante de teología, la...