Sesión de estudio.

284 40 25
                                    

***
Una vez ya en el interior del dormitorio de Katsuki, éste dio por iniciada la sesión de estudio.

—¿Por cuál asignatura quieres empezar?

—Por la asignatura de sistemas inteligentes.

—Vale, ¿qué es lo que no entiendes?

El demonio se puso nervioso con la pregunta, pues sentía vergüenza por no saber absolutamente nada.

—La verdad es que... No entiendo nada.

El rubio cenizo se sorprendió durante unos instantes y luego viró los ojos.

—No puedo creerlo... ¡¿Cómo es posible?! ¡¿Acaso aprobaste los años anteriores chupándole la polla y el coño a los profesores?!

—¡Cla-claro que no!—Pero me costó mucho esfuerzo.

—Me lo creo pero, si tanto te cuesta comprender, tal vez deberías buscar otra carrera o un trabajo.

—No, no quiero.—Mi meta es terminar esta carrera y lo lograré.

A Bakugou le gustó la determinación que mostraba el pelirrojo pero, por otra parte, sabía que su paciencia sería puesta a prueba.

—Está bien, te ayudaré pero trata de no ser tan tonto.

—¡No lo soy!

—Sí, bueno. Eso ya lo veremos.—Vamos a comenzar.

***
Durante una hora, Eijirou sufrió mucho para poder entender una única asignatura. Incluso le dió dolor de cabeza.

—Te ves realmente jodido, será mejor que lo dejemos hasta aquí por hoy.

Kirishima no pudo creer que Katsuki se hubiera apiadado de él.

—¡Gracias, Bakugou!—Le agradeció dándole un abrazo.

El humano se ruborizó un poco por el contacto con Eijirou.

—¡O-oye! ¡¿Qué confianzas son esas?!

—Perdón, me emocioné.—Se disculpó apartándose de su amigo.

"No quería incomodarlo pero la verdad es que no me arrepiento. Además, Bakugou huele muy bien. ¿Usará algún perfume o colonia?"

—Bakugou, ¿te echas colonia o perfume para oler tan bien?

—No, no me echo nada de eso. Mi secreto es ducharme todos los días.—Dijo irónicamente.—Por cierto, ¿quieres algo de beber?

—Sí, vale. Tomaré lo que sea.

—De acuerdo. Espera aquí, vuelvo enseguida.

—Claro, aquí te espero.

Katsuki salió del dormitorio, dejando solo al de dientes afilados.

"Quiero saber más sobre Bakugou, ¿tendrá algún secreto por aquí?"

Sentía mucha curiosidad por el humano, así que se levantó para empezar a rebuscar en uno de los cajones de un mueble que había.

Abrió el primer cajón, en el cual encontró ropa interior del rubio cenizo que le hizo imaginar al chico con ella puesta.

"Seguro que se ve muy sexy con estos calzoncillos rojos. Ojalá algún día se los ponga para mí."

Continuó descendiendo por el resto de cajones, no encontró nada especial hasta que abrió el penúltimo; en el que se encontró lubricante y un vibrador.

Ese hallazgo le sorprendió, pues el rubio no le parecía una persona demasiado interesada en el sexo.

"Si tan sólo me lo pidiera, yo podría sustituir a este artilugio para darle placer. Aunque reconozco que me encantaría que me hiciera una demostración de cómo se masturba, eso sería muy excitante."

El pelirrojo sintió que estaba sufriendo una erección bastante notoria.

"Mierda. ¿Ahora cómo hago para que baje?"

No podía masturbarse porque su compañero podía volver en cualquier momento. Lo único que se le ocurrió fue cerrar el cajón rápidamente y sentarse lo más cerca posible de la mesa baja para que Katsuki no viera su erección cuando entrase y también trató de calmarse mientras intentaba pensar en algo que no fuera lujurioso.

—Kirishima, te traigo un refresco de cola y sándwiches.—Dijo nada más abrir la puerta y dejar la bandeja con los refrescos y los sándwiches.

—¡Gracias, Bakugou!—No sé cómo podré compensarte esto, ¿hay algo que pueda hacer por ti?

Katsuki sonrió de manera misteriosa y le contestó:

—Sí, se me ocurre algo.

—Dime el qué y estaré encantado de hacerlo.

—Bien, en tal caso; hazme un masaje en los hombros.—Dijo sentándose de espaldas a Eijirou.

El demonio se sorprendió por la inocente petición del humano mas no le molestó.

—Vale, como quieras.

Kirishima se acercó al rubio cenizo y puso sus manos sobre los hombros del muchacho para iniciar un masaje.

—Mmm... Eres bueno en esto.

—¿Sí? ¿Se siente bien?

—Sí... Así que sigue, no pares.

Eijirou tragó saliva y estaba empezando a creer que estaba sufriendo alucinaciones.

"Tal vez haya oído mal."

Decidió continuar con el masaje como si nada cuando Bakugou comenzó a gemir.

—Ah... Kirishima...—Me encanta cómo lo haces, ¿tienes experiencia en esto?

—No, sólo hago lo que creo que puede sentirse bien.—Dijo intentando aparentar que no se sentía caliente por los gemidos ni por el tono sensual de Katsuki.

—Ngh... Eso es interesante... Ah...—Gimió cuando las manos del demonio le hicieron sentir bien una vez más.

"¿Me estará provocando?"

—Aah... Kirishima...Mmm...

Eijirou ya no lo aguantaba más y paró de hacerle el masaje.

—¿Mm? ¿Pasa algo, Kirishima?

El mencionado permaneció callado y con la mirada oscurecida.

—¿Kirishima? ¿Estás bien?

El pelirrojo por fin reaccionó y, elevando sus ojos hasta hacer contacto con los de Katsuki, preguntó:

—Bakugou, todos esos gemidos, sonidos y comentarios provocadores, son a propósito; ¿cierto?

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!








El demonio que se enamoró de un humano.[Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora