El demonio que se enamoró de un humano.[Kiribaku]

Conversando con el suegro.

***

Ambos estaban frente a frente, en el dormitorio del rubio cenizo con el fin de hablar.

—¿Y de qué se supone que quieres hablar?

—Quiero hablar sobre el hecho de que mi hijo esté saliendo con un híbrido de demonio que ha sido criado como humano. Me preocupa que te puedas ir de la lengua y revelar su verdadera naturaleza.

Bakugou suspiró y le respondió:

—Entiendo la desconfianza pero voy a decirlo claramente: Yo nunca haría algo que perjudicase a Eijirou. Además, yo soy un híbrido de demonio. A mí tampoco me conviene que se sepa nada.

—Es muy fácil decir eso. Pero estás poniendo en grave peligro su misión distrayéndolo.—Él apenas está avanzando.

—Eso no es mi culpa, lo que pasa es que la universidad consume mucho tiempo.—A parte, yo trabajo la mayoría de tardes. Así que Eijirou tiene oportunidad de recopilar información, no le impido nada.

Daiki se quedó sorprendido, pues el creía que el rubio cenizo obligaba a su hijo a pasar la mayor parte de su tiempo libre con él pero, por primera vez, se planteaba que tal vez necesitaba hablar con su hijo seriamente para que avanzase más en su investigación.

—Mm... Creo que hablaré con mi hijo seriamente para comprobar si es cierto.—De todas formas, te estaré vigilando a ti también.

—¿Vigilarme? ¿Por qué?—Yo no estoy involucrado en la investigación, así que deberías simplemente hablar con él y no echarme a mí la culpa.

—Tienes razón, aunque sí te voy a vigilar por el hecho de ser el novio de Eijirou. Ahora lo que haré será ir a  hablar con mi hijo.

—¿Ahora mismo?

—Por supuesto, esto es muy importante.

—Bueno, está bien.—Adiós, suegro.

—Adiós, yerno.—Nos veremos en otra ocasión.

Entonces Daiki abrió un portal que lo dirigía a la casa de su hijo y lo traspasó.

—Ah... Menos mal que se fue...—Dijo aliviado al estar solo de nuevo.

"Voy a cenar antes de que Shindou vuelva."—Pensó saliendo de su cuarto para dirigirse a la cocina a hacerse un sándwich.

***

Por otra parte, Eijirou se encontraba en su casa tan tranquilo hasta que vio un portal parecerse en su cuarto.

"¿Qué está pasando...?"

El joven demonio se había quedado paralizado por unos instantes sin apartar la mirada del portal.

Entonces apareció quien menos esperaba.

—Hola, hijo. ¿Podemos hablar?

El chico de dientes afilados se quedó callado, pues no se podía creer que su padre estuviera allí.

—¿Eijirou? ¿Estás bien?

—Eh... Sí, sí.—¿Q-Qué haces aquí, padre?

—Vengo a hablar contigo acerca de tu investigación.

—Oh, de acuerdo.—¿Quieres un té, agua, zumo...?

—No quiero nada, sólo conversar.

—Está bien...—Vamos al comedor.

Padre e hijo se fueron al comedor y cada uno tomó asiento, quedando frente a frente.

—Voy a serte sincero, hijo.—Antes de venir aquí he ido a la casa de tu novio a hablar acerca de tu investigación porque creía que él te estaba distrayendo. Sin embargo, me ha dicho que él trabaja la mayoría de tardes, ¿es eso verdad?