Conversando en familia.

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***

Viendo el interés que tenía su suegra en su vida, decidió que estaría bien contarle lo justo para no poner en peligro su misión.

—De acuerdo.—Mi vida en el infierno ha sido durante mucho tiempo enseñarme las costumbres, consejos que me han dado para sobrevivir, entrenarme. También me explicaron algunas cosas sobre los humanos.

—¿Y por qué estás aquí en el mundo humano? ¿Acaso es por algo malo?

—No puedo dar muchos detalles pero solamente puedo asegurarte que no se trata de nada malo. Así que puedes estar tranquila.

Mitsuki creyó en las palabras de su yerno y le preguntó:

—Es un alivio.—¿Y hay más demonios aquí a parte de mi marido y de ti?

—Sí, los hay dispersos por todo el mundo.

—¿Y todos tienen alguna misión?

—Sí, cada uno de los que estamos por aquí es por un motivo de peso.—Mis padres no permiten que cualquiera que traspase al mundo humano.

—Hablando de tus padres, ¿cuáles son sus nombres?

—Mi padre se llama Daiki y mi madre Hiroko.

—Bonitos nombres.—Dijo para luego mirar a su esposo.—¿Tú los conoces, querido?

—No realmente, sólo de cosas que mis padres me han contado pero no los he visto por mis propios ojos. Supongo que, al ser reyes, no han hecho muchas apariciones públicas; ¿verdad, Eijirou?—Le preguntó el demonio de cabello castaño al pelirrojo.

—Eso es correcto, mis padres no participan en muchos eventos públicos.—Así como yo tampoco lo hago, no hay mucha gente en el infierno que me conozca personalmente.

—¿Y por qué?—Le preguntó la rubia ceniza.

—Porque no quiero ser molestado por interesados.

—Es comprensible e imagino que, también sería para evitar tener muchos admiradores tras de ti, ¿cierto?

—Realmente nunca pensé en eso porque no me he considerado guapo.

Su suegra se sorprendió y le contestó:

—¿Qué no te consideras guapo?—¿Acaso no te mirabas en los espejos?

—Sí pero no me veía así.—Pero eso cambió gracias a Katsuki, él me ha ayudado mucho con mi autoestima. ¡Lo amo mucho!—Afirmó esbozando una sonrisa que iluminaba más que el sol.

El híbrido de demonio miraba a su novio con el rostro ligeramente ruborizado pensando en lo tierno que se veía.

"¡Eijirou es tan lindo y tierno! Cuando se vayan mis viejos voy a besarlo y consentirlo mucho."

Mitsuki se dió cuenta de la mirada de su hijo y sonrió.

"Quién diría que este mocoso caería en rondo por un chico tan tierno y bueno."

Entonces se le ocurrió mirar la hora en su teléfono y propuso lo siguiente:

—Ha estado muy bien hablar contigo pero, ¿qué os parece ir a comer a un buen restaurante?—Mi marido y yo pagaremos.

—¿De verdad? ¿No será una molestia?—Cuestionó el joven de dientes afilados.

—¡En absoluto!—Además, los dos tenemos un buen sueldo.—Dijo Mitsuki.—¿A ti te importa que les paguemos la comida, cariño?

Masaru negó y respondió:

—En absoluto. Estamos encantados de pagarle una comida a un chico tan bueno como tú.

El demonio que se enamoró de un humano.[Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora