Segunda reunión.(Corregido)

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***

Al día siguiente madrugaron sintiéndose renovados después de una noche de pasión.

Aunque había nervios debido a que iban de camino a la segunda reunión con Dios y los arcángeles.

"Sé que tengo el apoyo de Katsuki pero, aun así, no puedo evitar ponerme nervioso."—Pensó Kirishima.

Su amado percibió claramente su nerviosismo, así que lo tomó de la mano.

—Tranquilo, Eijirou.—Yo estoy de tu lado.

—Lo sé, Katsuki. Gracias.—Le agradeció dándole un tierno beso.

Sin embargo, aquel gesto de cariño no pasó desapercibido por algunos ángeles que pasaron cerca de ellos.

—Se nota que son demonios.—Comentó uno.—Es repugnante ver a dos hombres besarse y comportarse así en público.

—Sí, asqueroso. Ojalá desaparezcan pronto de aquí, ellos no merecen estar en un lugar tan puro como este.—Respondió el otro continuando su camino junto a su compañero.

Aquellos comentarios no fueron los únicos que los jóvenes recibieron mas optaron por no decir nada para llegar cuanto antes a la sala de reunión para poder volver al infierno.

"Jodidos hipócritas, ¿no dicen que ames al prójimo como a ti mismo? ¿Qué más dará que seamos hombres? No le hacemos daño a nadie."—Pensó el híbrido de demonio malhumorado.

—Eijirou, en cuanto terminemos la reunión, volvamos inmediatamente a casa.

—Estoy de acuerdo, me incomoda estar aquí.

En cuanto llegaron a la reunión se sentaron junto con el resto de participantes, quienes parecían tensos e incómodos. Más que el día anterior.

"¿Habrá pasado algo?"—Pensó el príncipe.

El silencio en la sala se les estaba haciendo eterno, sin embargo, ninguno de los dos se animaba a romper el hielo.

—Lo que vosotros dos habéis hecho aquí es un sacrilegio, ¿sabéis?—Dijo Dios de repente.

Al demonio le pilló de sorpresa ese comentario y preguntó:

—¿A qué se refiere?

"¿Será que nos ha visto hacer el amor?"—Pensó el pelirrojo preocupado.

—Me refiero a sus muestras de cariño en público. En este lugar sagrado no hay cabida para esos actos blasfemos.

El joven de dientes afilados iba responderle mas su novio se le adelantó:

—¿En serio? ¿Darnos un inocente beso es un acto blasfemo?—Menuda estupidez.

Los representantes del cielo se indignaron y el todopoderoso le contestó:

—¡Esa respuesta es inaceptable! ¡Exijo una disculpa!

Eijirou se puso nervioso y se apresuró a decir:

—¡L-Lo sentimos!—Pero, con todo respeto, no hemos hecho nada malo. Fue un simple beso en la mejilla de dos hombres que se aman.

—Ese es el problema, es precisamente que sois dos hombres y eso no está bien. Es una desviación.

Si bien el pelirrojo había ido con intención de no poner pegas y aceptar cualquier acuerdo, mientras eso no perjudicase a su gente; en estos momentos le era imposible ser sumiso frente a la gente del cielo.

—Señor, no quiero ser grosero pero no consentiré su falta de respeto hacia nosotros. Además que ya me he disculpado por el beso, a pesar de que no tenía por qué hacerlo.—Por tanto espero que también nos pidan perdón a nosotros por esas groserías vertidas sobre nosotros.—Dijo Eijirou mirando fijamente al creador de la humanidad sin temblar ni nada, manteniéndose firme.

Su actitud no agradó a los altos cargos del cielo, empero, ellos tampoco deseaban una guerra contra el infierno; así que Dios respondió:

—Lamento los comentarios, no quisimos ofenderlo pero aquí no estamos acostumbrados a ciertos comportamientos cuestionables.

"Es una mierda de disculpa."—Pensó el rubio cenizo molesto.

El príncipe del infierno sabía que las disculpas no eran sinceras, sin embargo, decidió aceptarlas.

—Sin problema, aceptamos sus disculpas.

—Gracias.—Dijo Dios.—Ahora pasemos al tema principal, por favor.

—Bien. ¿De qué se trata?

Acto seguido, el hombre de cabello blanquecino le hizo una señal a uno de sus arcángeles predilectos para que mostrase un esquema con la organización que el cielo quería imponer para poder controlar el infierno de una forma más óptima.

El planteamiento era bastante aceptable y no parecía haber nada en lo que discrepar hasta que Bakugou habló.

—¿Y por qué solamente el cielo pondrá una sede en el infierno y nosotros no?

—Este lugar no es para demonios.—Dijo el Arcángel Gabriel.

El híbrido de demonio no se achicó y le contraatacó contestando:

—¿Y acaso no es lo mismo para los ángeles que manden al infierno? ¿O es que están dando a entender que el infierno es un lugar adecuado para sus puros y perfectos ángeles?

Todos los allí presentes se quedaron sin habla, ya que no esperaban que un medio demonio tuviera el valor de cuestionar una decisión del creador del planeta Tierra.

"Oh, no. Creo que vamos a tener una guerra contra el cielo por esto."—Pensó el demonio tenso sin saber qué decir.

Los arcángeles se alteraron y Dios estaba realmente enfadado por la desfachatez de Bakugou.

—Dios, Arcángeles, por favor. Les ruego que disculpen a... 

—¡No hay disculpa que valga!—¡Quedáis expulsados del infierno y, por supuesto, se cancelan nuestros acuerdos con el infierno! ¡Desde ahora, ningún demonio podrá pisar el mundo humano independientemente de que posea o no autorización!—Gritó el ser omnipotente.

—¡Por favor, sólo escuche una vez más!—Le suplicó Eijirou.

—¡No! ¡Se acabó!—¡Ya se ha agotado mi paciencia! ¡Qué alguien saque a estos impuros seres de aquí!

Al instante, dos ángeles guardianes aparecieron para sacarlos a rastras de allí.

—¡Espere!—Exclamó el príncipe demonio antes de ser totalmente sacado de allí.—¡Sólo no diga que atacará al infierno, por favor!

La máxima autoridad del cielo miró de manera hostil al demonio de dientes afilados y le respondió:

—Puede estar tranquilo, joven. No atacaré ese putrefacto lugar, el cielo tiene asuntos más importantes de los que preocuparse en estos momentos pero, yo que tú, no bajaría la guardia.

Su contestación no tranquilizó en absoluto a Eijirou, quien sentía una gran ansiedad.

"Mis padres nos matarán cuando lleguemos y expliquemos la situación."—Pensó aterrado.

—¡Dejadnos en paz! ¡Ya estamos fuera!—Protestó Katsuki.

—Tenemos órdenes de echarlos del todo, hasta que estén frente a la puerta del paraíso sin posibilidad alguna de volver a entrar.—Respondió el ángel guardián que sujetada al rubio cenizo.

Por su parte, el príncipe no dijo nada y fueron expulsados del paraíso por la eternidad. 

A continuación, Kirishima abrió un portal que conectaba directamente con el castillo y lo traspasaron para dirigirse directamente al despacho de los reyes.

"No está todo perdido. Encontraremos una solución para esto."—Pensó el pelirrojo intentando calmarse.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!






El demonio que se enamoró de un humano.[Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora