Consejo.

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Habían transcurrido dos días desde que habían sido encarcelados y Eijirou tuvo tiempo para reflexionar lo suficiente como para elaborar un plan mientras Bakugou estaba inquieto palpando paredes y hasta el suelo. Al igual que había intentado romper los barrotes sin éxito.

—Katsuki, creo que tengo una idea.

—¿Cuál?

—He pensado que podríamos  romper las cadenas intentando activar nuestra magia al máximo.

El híbrido de demonio lo miró con extrañeza y le contestó:

—¿En serio no se te ha ocurrido algo mejor?—Me parece una pérdida de tiempo.

—Estoy en desacuerdo, yo creo que debe haber algún límite de aguante de estas esposas para la carga de magia, ¿tiene sentido, no?

—Reconozco que algo de sentido sí tiene, sin embargo, no estoy seguro de que vaya a funcionar.

—Es posible pero tampoco es como que tengamos mucho que hacer aquí encerrados, ¿qué me dices? ¿Lo intentamos?

Bakugou suspiró y finalmente accedió.

—Bueno, intentémoslo pero como no funcione, me vas a tener que compensar.

—¡Lo haré! ¡Puedes contar con ello!—Dijo sonriendo con confianza.

Dicho esto, se concentraron en activar su magia demoníaca al máximo posible. Importándoles poco si alcanzaban el límite.

"Mierda. Estoy casi al límite."—Pensó Katsuki, quien sentía que su fuerza se le iba.

El príncipe se encontraba en una situación prácticamente parecida, con la diferencia de que, al ser un demonio completo; su cantidad de poder mágico era mayor.

—Ei... Ya no puedo...—Susurró Bakugou desmayándose.

Kirishima lo escuchó llamarlo y se alteró cuando vio a su novio inconsciente.

—¡Katsuki!—Gritó alcanzando su límite mágico, rompiendo sus cadenas.

Cuando se dio cuenta de que su plan había funcionado, se apresuró a tomar a su amado, romper sus cadenas con magia suya y abrir un portal mágico para escapar juntos de la celda.

"Ahora llevaré a Katsuki a mi cuarto y pasaré al siguiente paso."—Pensó traspasando el portal.

***

Eijirou dejó a su novio sobre su cama y luego decidió que iría a hablar con Fatgum, su antiguo tutor y uno de los demonios en los que más confiaba.

"Puede que él pueda darme un buen consejo."

A continuación, se concentró en abrir un portal que lo llevase directamente al hogar del otro demonio con la limitada magia que le quedaba. Cuando logró su cometido, lo atravesó.

Afortunadamente, su tutor se encontraba allí. En el salón de su casa.

—¡Hola, Taishiro!

—¡Kirishima! ¡Mi alumno preferido!—¿Qué te trae por aquí?—Le preguntó sonriéndole amistosamente levantándose del sillón.

—Pues verás, Taishiro. Necesito un consejo urgentemente.

—Bien, ¿y de qué se trata?

—Te contaré lo que me ha pasado para que tengas un contexto.

—De acuerdo, dime.

Entonces Eijirou empezó a contarle lo sucedido en las reuniones con Dios y los arcángeles. Y, conforme iba hablando más, el rubio no salía de su asombro.

El demonio que se enamoró de un humano.[Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora