El demonio que se enamoró de un humano.[Kiribaku]

Conociendo a los suegros.

***

A la mañana siguiente, los chicos se levantaron temprano para desayunar, asearse y vestirse para ir al infierno con el fin de visitar a los padres de Eijirou.

—Katsuki, ¿has tomado la pócima?

—Sí, acabo de beberla.

—Bien.—En ese caso, vamos.

El pelirrojo abrió un portal mágico para pasar al infierno y tomaron su forma demoníaca al mismo llegar.

—¿Cómo veo, Eijirou? ¿Soy aterrador?

Kirishima lo miró de arriba abajo y le respondió:

—Más que aterrador, yo diría sexy~

—Entonces me veo como siempre, ¿no es así~?

—Obvio~

Se dieron un beso tierno y, cuando se separaron, el rubio cenizo preguntó:

—¿Dónde estamos exactamente, Ei?

—En la puerta del castillo de mi familia.

Sus palabras hicieron que Bakugou se fijase en el monumento que tenía ante él, el cual era totalmente rojo y con símbolos satánicos.

—¿Qué te parece, Katsuki? ¿Te gusta?

—No está mal, es bastante aterrador.

El demonio de dientes afilados sonrió y dijo:

—Eso es bueno, porque tal vez vivamos aquí en cuanto nos casemos.—Ahora entremos, ¿te parece?

—No, espera. Quiero saber cómo me veo.

—De acuerdo.—Dijo Kirishima haciendo aparecer un espejo grande en el que su amado podía verse de cuerpo entero.

Bakugou se observó en el espejo, pudiendo así ver sus ojos totalmente rojos, sus afiladas garras negras, su cuerpo siendo más musculoso que de costumbre, su cabello no había cambiado y eso lo agradecía. También vio que tenía una cosa larga y roja.

—¿Te gusta tu apariencia, Katsuki?

—Sí, me agrada.—Entremos ya.

—¡Bien!

Los dos jóvenes se acercaron a los guardias, los cuales reconocieron al Príncipe Eijirou mas desconfiaron de su acompañante.

—Príncipe Eijirou, ¿quién es su acompañante? ¿Él está autorizado a entrar aquí?

—Sí, de hecho, mis padres me pidieron expresamente que viniera con él, ¿algún problema?

—No, en absoluto.—Solamente nos queríamos asegurar, Príncipe Eijirou. Pero me disculpo.—Dijo el demonio haciendo una reverencia.

—Tranquilo, no es nada.—Dijo el pelirrojo.

Después de haber aclarado las cosas, les permitieron el paso sin decir una palabra más.

***

Recorrieron varias plantas del castillo hasta alcanzar el despecho en el que se encontraban los reyes del infierno.

—Aquí están mis padres. ¿Preparado?

—Lo estoy.—Contestó intentando ocultar su nerviosismo.

Acto seguido, su novio llamó a la puerta y escucharon una voz masculina que les permitió el paso.

—Habéis sido puntuales al menos.—Dijo Daiki con tono serio, mirando fijamente a los dos jóvenes, pero en especial a Bakugou.—Supongo que tú eres Katsuki Bakugou, el novio de mi hijo.