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Tras su desastroso encuentro con los reyes del infierno, intentaron seguir con sus vidas con la mayor normalidad posible mas era complicado debido a que se sentían vigilados por criaturas extrañas cuya presencia desaparecía en cuanto se volteaban en dirección hacia la que presentían que estaban siendo vistos.
Si bien no pudieron conversar a lo largo del día debido a la compañía de sus amigos y compañeros de clase, así que decidieron ir a casa de Eijirou; ya que la casa de Bakugou no era segura porque Yō se encontraba allí.
—Aquí no vendrán demonios extraños, ¿verdad?—Cuestionó el híbrido de demonio.
—No, aquí sólo aparecerán demonios de confianza.—Mirio, Tamaki y... Mis padres, aunque sería un problema que mi padre apareciera aquí pero no creo que lo vaya a hacer.
—Ojalá que así sea porque si tenemos que enfrentarnos a él, yo no podré protegerte ni ayudarte.
Kirishima sabía que su novio se sentía como un inútil en aquellos momentos, sin embargo, no quería que Bakugou estuviera desanimado, así que le dijo:
—Katsuki, tú no eres ningún inútil.—Y sabes que puedo ayudarte con tu entrenamiento para que puedas fortalecer tus poderes demoníacos.
—Lo sé pero el problema es que no puedo hacerlo todos los días y en mi piso no sería posible porque ese bastardo doble cara está casi siempre allí metido.
—Podríamos quedar por las mañanas muy temprano y entrenar aquí, o incluso podría llevarte conmigo a un lugar recóndito, a través de portales mágicos, para que pudieras usarlos sin problemas.—¿Qué te parece?
—Me parece bien.—Gracias, Ei.—Dijo dándole un tierno beso en la frente.
El demonio le sonrió y le preguntó:
—¿Quieres comer?
—Sí, te ayudaré a cocinar.
Entonces los dos fueron a la cocina e hicieron un delicioso katsudon.
***
Unas horas más tarde, aprovechando que Bakugou tenía la tarde libre, se dispusieron a entrenar en el salón de Eijirou.
Ambos estaban sentados en el suelo y con las piernas cruzadas.
—Lo primero es que cierres los ojos y te concentres para poder liberar sus poderes demoníacos.
—Vale.
El rubio cenizo hizo lo que su novio le había pedido y, a diferencia de la otra ocasión en la que no pudo lograrlo, en este momento fue capaz de liberarlos.
"¡Lo ha conseguido!"—Pensó el pelirrojo muy feliz.
Katsuki también notó que sus poderes emergían de su cuerpo y abrió los ojos.
—¡Por fin pude!—¿Ahora que se supone que debo hacer?
—Ahora vamos a pelear, pero no aquí.
Rápidamente, el demonio de dientes afilados abrió un portal mágico que los llevó a unas montañas alejadas de cualquier civilización.
—Este lugar es perfecto, ¿no crees, Katsuki~?
—¡Sí!
Ninguno quería perder el tiempo, así que, después de que Eijirou liberase sus poderes, pelearon entre ellos.
Los movimientos de Bakugou eran ágiles, tanto que Kirishima, a pesar de ser un demonio experimentado; le costó esquivar muchos de los golpes del contrario.
Sin embargo, él era más poderoso, así que Katsuki no iba a poder vencerlo.
"Katsuki es bastante fuerte para ser un híbrido de demonio, su padre debe ser un demonio bastante poderoso."
Por otro lado, el rubio cenizo admiraba la fuerza de su novio y esto le daba ánimos para superarlo.
"Es jodidamente fuerte."—Pensó orgulloso de Eijirou.En un momento dado, Bakugou acumuló magia demoníaca en uno de sus puños y atacó a su contrincante.
—¡Ya te tengo!—Exclamó yendo hacia él.
Kirishima no pudo evitar ser golpeado por el híbrido de demonio, que lo tiró al suelo.
—¡Ja! ¡Gané!—Exclamó triunfante.
—Yo que tú no cantaría victoria tan pronto, Katsuki.—Dijo sonriendo y levantándose de un salto para contraatacar.
El príncipe demonio golpeó al rubio cenizo con su magia concentrada en su puño derecho y lo derribó.
"Su magia es fuerte."—Pensó Bakugou incapaz de moverse y volviendo a su forma humana.
El joven de dientes afilados también volvió a su forma humana y, preocupado, se acercó a Katsuki.
—Katsuki, ¿te sientes bien?
—No puedo moverme, ayúdame.
—Oh, sí, claro.
Eijirou lo curó con magia demoníaca suya, lo que hizo que pudiera levantarse.
—Así que también tienes poderes curativos...
—Sí, pero no es conveniente abusar de ellos porque consumen mucha energía.—¿Ya te sientes mejor?
—Sí, gracias.—Le agradeció dándole un beso en los labios.—¿Yo también podría aprender a usarlos?
—No lo sé pero podríamos intentarlo algún día.—Dijo extendiendo su mano derecha para ayudar a su amado a levantarse.
Bakugou aceptó su mano y se levantó gracias a su amado. Acto seguido, Kirishima abrió un portal para regresar juntos a su casa.
—Oye, Ei. ¿Qué tal he peleado? ¿He estado bien?—Le preguntó una vez en casa.
Su amado le sonrió y le respondió:
—Estuviste muy bien, Katsuki.—Eres bastante fuerte y ágil en la pelea, con el entrenamiento lo serás más. Tienes mucho potencial.
—¿En serio?
—Sí, lo tienes y yo te ayudaré.—Dijo con una amplia sonrisa.
El rubio cenizo también le sonrió y le dijo:
—Hay algo más que quiero preguntarte.
—Adelante, sabes que puedes preguntarme lo que sea.
—En ese caso... El hecho de que bebiera aquella poción, hace unos días, para potenciar mis poderes demoníacos, ¿puede haber sido la causante de que hoy haya podido liberarlos con facilidad?
—Sí, es muy posible que haya sido por eso.
—Entiendo.—¿Y eso significa que, a partir de ahora, podré usarlos con mayor libertad y destreza?
—Yo pienso que sí porque, a pesar de que su efecto duraba ocho horas, han pasado cuatro días y has podido usarlos sin problemas.
—¡Genial!—Eso me anima bastante.
—Me alegra saberlo pero, estaba pesando, ¿cómo podría agradecerte por el entrenamiento de hoy~?—Dijo con tono sugerente acortando la distancia con su novio.
El chico de dientes afilados sonrió de forma pícara y le contestó:
—Creo que se me ocurre algo que podríamos hacer en mi cama, ¿qué te parece eso, Mi Katsuki~?
—Me parece que ya estás tardando, Ei~
Dicho esto, se besaron y Kirishima cargó a su novio para llevarlo a su dormitorio.
***
Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!
¡Espero que os haya gustado!
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El demonio que se enamoró de un humano.[Kiribaku]
FanficEijirou Kirishima es un demonio que es obligado a convivir con los humanos por órdenes de su padre, el cual tiene interés en saber como es la actual forma de vida de éstos. A él no le importa estar entre humanos y, en principio, nadie sospecha de é...