Un gran problema.

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***

Cuando entraron al despacho de los reyes del infierno y éstos vieron la expresión de su hijo y de su yerno, supieron que algo malo había pasado.

—¿Qué habéis hecho?—Cuestionó Daiki con tono intimidante.

Eijirou, un poco avergonzado, contestó:

—P-Padre, lo que sucedió es que en el cielo nos faltaron al respeto y nos...

Su padre se enfadó y gritó:

—¡¿Qué habéis hecho?! ¡Mocosos estúpidos!

A pesar de su vergüenza inicial, el príncipe logró envalentonarse, pues no sólo estaba siendo insultado él sino también Bakugou.

—¡Padre! ¡Ellos insultaron a Katsuki, a mí y al lugar en el que nací!

—¡Eso no responde a mi pregunta! ¡Decidme qué hicieron y qué pasó!

"Mierda. Tengo que ayudar a Eijirou o esta situación se va a poner fea."

—Suegro, al parecer algunos habitantes del cielo nos vieron darnos un simple beso. Esto no les gustó y, en la reunión, nos reprocharon esa acción.—Fueron muy hostiles y querían hacer algunos tratos injustos como por ejemplo poner una sede de ángeles aquí pero que nosotros no pudiéramos hacer lo mismo en el cielo. Cosa injusta y nosotros no estábamos dispuestos a humillarnos.

Daiki entendía un poco la situación, empero, continuaba muy enfadado.

—Aún así, ¡¿por qué no podíais ser más discretos?!—¡Era obvio que no les iban a gustar las nuestras de cariño entre hombres! ¡Ellos consideran la homosexualidad como un pecado!

—¡Pero padre, no era para tanto!—Además, ¿no promueve la religión el dicho: "Ama al prójimo como a ti mismo"?—Ellos mostraron una hostilidad innecesaria y recibieron su merecido. Lo malo es que las consecuencias son significativas.

¡¿Cuáles son?!

—Han... Anulado todos los acuerdos que teníamos con ellos y ya no permitirán que ningún demonio vaya al mundo humano, independientemente de que cuenten con autorización o no.

Entonces ya no se pudo evitar y el pelirrojo mayor explotó.

¡Lo habéis arruinado todo!—¡¿Ahora que haremos para solucionar esto?! ¡Dime, Eijirou!

—¡En esto momentos no sé qué decirte!—Sin embargo, si me lo permites; daré mi mejor esfuerzo para...

¡No! ¡Ya has hecho suficiente!¡De esto nos encargaremos tu madre y yo! ¡Vosotros vais a ser encerrados en el calabozo hasta que esta situación se solucione!

—¡¿Qué?! ¡Eso no es justo!—Exclamó para luego mirar a la reina.

Hiroko se veía decepcionada y seria, no parecía que estuviera por la labor de ponerse de su lado.

—Lo siento, hijo. Pero no hay forma de defenderos en una situación como esta.

—¡Pero madre...!

—No hay peros que valgan.—Guardias, llévenlos a los calabozos.

¡No lo permito!—Gritó Kirishima empezando a transformarse en demonio.

—¡Yo tampoco lo voy a permitir! ¡No soy ningún criminal!—Gritó el híbrido de demonio.

Sin embargo, al príncipe no le dio tiempo a alcanzar su forma demoníaca completa, pues al instante, aparecieron varios guardias que los encadenaron con el fin de evitar que se escapasen y, a través de un portal mágico; los llevaron a los calabozos y los encerraron en la misma celda.

El demonio que se enamoró de un humano.[Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora