Please don't go [Charles Leclerc]

(31) Mount

Despertar con el canto del gallo es algo que no estoy acostumbrada.

Aquí el sol pega desde la 6am y las cortinas no estan sirviendo de mucho.

Algo me dice que será un día increíble, aprovecho que el gallo me levanta y me meto a la ducha.

Charles tiene el sueño muy pesado que creo que no escucho nada de nada. No lo despierto por que se que estos últimos no ha podido dormir muy bien.

Trato de no hacer tanto ruido para salír de la habitación, y vayas aromas que hay al salir de ahí.

- ¡Buenos días gente!.- digo al bajar y llegar a la cocina.

- Parece que alguien madrugó...

- Culpa del gallo abuela...si no créeme que ahorita estaría aún en mi quinto sueño.

- ¿Y Charles?.- pregunta mi mamá. - No lo quiero despertar, últimamente no ha dormido muy bien y eso no me gusta.

- ¿Problemas con el equipo?.- menciona mi papá. - No es precisamente con el equipo, si no, con el auto, el auto no le ha dado muy buenos resultados que digamos, y los mecánicos juran y prometen arreglar lo que está mal y parece que solo están de adorno.

Y es la verdad. Yo sé que estos son temas de trabajo, pero es un problema en el que hemos estado estas últimas carreras.

Los estupidos mecánicos no ayudan. O se ponen la pilas o tendré que conseguir otros que si puedan y quieran hacer su trabajo bien.

- Ojalá hallen alguna solución para eso hija.- dice mi papá. - Yo también papá, yo también.

- ¡Buenos días familia!.- Jason entra a la cocina dirigiéndose a la mesa donde estoy.

- ¿Como dormiste mi Rach?.- pregunta mientras toma un poco de café.

- Muy bien Jason, lastima que el gallo me levanto, si no, aún estuviera muy desmayada.

- Ya decía yo...se me hacia muy raro que tu estuvieras levantada tan temprano.

- ¡Oye!.- le doy un pequeño golpe en el hombro. - Tampoco soy tan dormilona...

- ¿Ah no? Un día tuve que lanzarte un vaso de agua fría para ver si todavía respirabas.

- No creas que se me ha olvidado, apesar de que estábamos chicos, tengo buena memoria.

- Entonces también te has de acordar que casi todos los días, íbamos a montar...

- ¡Claro que me acuerdo! yo iba con mi papá y tu con tu abuelo.

- ¿Y no quieres hacerlo? Digo no se si te acuerdes pero la última vez, yo gané.

- Eso no fue justo, a mi papá y a mi nos venía persiguiendo una abeja.- río recordando eso y Jason hace lo mismo.

- Juro que esta vez no habrá ninguna abeja persiguiendote.- se ríe un poco para levantarse de la mesa. - ¡Esta bien, vamos!

Hace mucho que no me subo a un caballo, osea si se, pero no me quiero accidentarse ahora. Maldita conciencia deja de atormentarme.

- Mamá, dejaré mi celular aquí. Cuando se levante Charles le avisas ¿si?.

- Tranquila hija, yo le digo, diviertete...

Salgo de la casa junto con Jason, para dirigirnos a los establos.

Recuerdo que tenía mi propio caballo, en ese entonces era un poni, estaba pequeño, pero ojalá esté aquí.

No puedo creer que no se me ocurrió venir aquí antes, mientras caminamos ese olor a campo se hace presente, definitivamente uno de mis olores favoritos, el primero es el olor de Charles, le gana a todos.