STEPFATHER (TOM KAULITZ)

part 9

— ¡Leo! —exclama la rubia, echando a correr en mitad del aeropuerto para llegar hasta el pelinegro, quien estaba de espaldas.

— ¿Quién..? ¡Oh! —exclama este al notar el cuerpo de la joven estrellarse contra el suyo justo al girarse en un abrazo inesperado, haciéndoles caer al suelo— ¡Perra, qué susto!

Ambos carcajean, cerrando sus ojos en el abrazo. Minutos después, se levantan del suelo, sacudiendo la suciedad de la ropa.

— ¡Por fin estás aquí! —exclama la rubia, volviendo a abrazarle, esta vez del cuello. Leo corresponde, abrazando su cintura.

Gwen y Tom miraban desde lejos, ya que habían acompañado a la rubia a recoger a Leo. Gwen sonreía pero Tom, por otro lado, miraba al chico con.., ¿recelo? Algo en su estómago se removió al verles abrazarse de aquella manera.

La situación con la joven era extraña. Después de lo que había sucedido el día anterior en el sofá, Tom se sentía extremadamente avergonzado. Es cierto que, por desgracia, se sentía atraído por Lucy, pero no tenía porqué pasar lo que pasó. Aún podía sentir sus labios sobre los suyos. Tan suaves, tiernos.

Mentiría si dijera que no había pensado en volver a probarlos.

Lucy se veía extremadamente contenta de tener al pelinegro a su lado y Tom se mostraba reacio. Finalmente, cuando se separan y caminan hacia Tom y Gwen, Lucy nota la mirada del mayor. No es una mirada habitual, dulce, sino todo lo contrario.

¿Estaba celoso?

Se le ocurrió una idea. No sabría si funcionaría, pero debía probar.

— ¡Leo, cariño! —exclama Gwen, envolviendo al chico en un abrazo— Qué ganas teníamos de verte. Vamos al coche, estarás agotado.

— La verdad es que no —carcajea este— He dormido todo el vuelo —sonríe, mirando a Tom de arriba a abajo— Debes ser Tom, el padrastro de Lucy.

Dijo padrastro. Este traga saliva ante el recordatorio y asiente, estrechando manos con Leo.

— Encantado —sonreía el pelinegro— Bueno, ¿vamos?

Lucy se adelanta, cogiendo la mano del chico y entrelazando los dedos con los suyos. Este la mira de reojo, confuso. Estaban a varios metros de Gwen y Tom, por lo que se atrevió a preguntar.

— ¿Qué tramas? Te conozco —susurra Leo. Lucy muerde su labio inferior, tratando de no reír.

— Finge que te gusto, que tenemos algo —susurra la chica. Leo abre sus ojos todo lo posible, sorprendido.

— ¿Estás loca? Soy gay y tu madre lo sabe. Si lo haces para poner celoso a Tom, no sé si funcionará —carcajea el joven por lo bajo— Pero podemos intentarlo.

— ¿No has visto cómo te ha mirado? —comenta Lucy con una ceja elevada— Está claro que no piensa que seas gay. Esta es mi carta y pienso jugarla.

— Go girl —carcajea Leo, inclinándose sobre ella y dejando un beso en su mejilla, bajo la atenta mirada de Gwen y Tom.

Sobre todo de Tom.

— Me alegro tanto de que Leo haya venido, se nota que Lucy le echaba de menos —comenta la mujer. Tom asiente, sin quitarle ojo al chico.

— ¿Se conocen de mucho? —pregunta el castaño. Gwen asiente, haciendo un gesto con las manos.

— De años. Sus padres son americanos pero va a estudiar en Francia, por eso no se van a ver mucho —añade. Tom asiente de nuevo, entendiendo— Es un buen chico.

Es entonces cuando ve a Leo darle un beso a Lucy en la mejilla. Algo en su interior arde en disconformidad, pero no logra saber por qué y qué es.

Se montan en el coche. Tom conduce y los chicos van detrás, charlando y poniéndose al día. Lucy de vez en cuando mira de reojo a Tom por el espejo del retrovisor, conectando miradas con él.