vol 2. part 18

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— ¿Hemos llegado ya? —pregunté en lo que despertaba de lo que parecían horas de descanso. Miré a mi lado, donde estaba Tom comiéndose el snack que había comprado del carrito que pasaba por el pasillo de vez en vez.

— No. —respondió con simpleza, mirándome— De hecho nos queda una hora.

Mis "horas de descanso" había resultado ser una única hora de las dos que duraba el vuelo. Suspiré y miré al techo del avión, sintiendo la mano de Tom acariciar mi muslo.

— Tranquila, vuelve a dormir. —me dijo, sonriéndome.

— No creo que pueda. —fruncí los labios, inclinándome para apoyar la cabeza en su hombro— Tengo los ojos como un búho.

Sobrevolábamos Europa de madrugada, dirección París. No es que hayamos dormido mucho, por lo menos yo, ya que los mismos nervios del viaje y toda la emoción de la noche anterior no me dejaron dormir.

Anoche.., cuando Tom Kaulitz me pidió que me casara con él.

Miré mi mano derecha, donde mi anillo de pedida descansaba en mi dedo. No pude evitar sonreír, volviendo a sentir la sensación de vértigo al recordar sus palabras.

"Lucy Smith, ¿me harías el honor de casarte conmigo?"

Una y mil veces sí.

¿Cuándo había comprado el anillo? ¿Cuándo había planeado todo esto? No lo esperaba, sinceramente. Una noche tan especial como la de año nuevo ya de por sí era una noche significativa. Ahora.., era mucho más.

— ¿En qué piensas? —me preguntó Tom, sacándome de mis pensamientos.

— En esto. —dije levantando la mano, señalando el anillo— Sigo sin creer que me lo hayas pedido.

Después de habérmelo pedido y haber aceptado, digamos que estábamos muy.., ocupados como para hablar. Además, es de mala educación hablar con la boca llena.

¡Oops!

— Llevaba días pensándolo. —reconoció, acariciando de nuevo mi muslo con la yema de sus dedos— Fue verte durmiendo en mi habitación por la mañana, desnuda y pensar.., yo quiero esto todos los días.

Últimamente estaba muy emocional, posiblemente porque estaba a escasos días de que me viniese la visita de todos los meses y mis hormonas estaban en puro descontrol.

— No tuve que pensarlo mucho. —continuó diciendo— Salió solo y solo faltaba comprar el anillo. ¿Te gusta?

En mi puta vida habían imaginado que llevaría un anillo de semejante tamaño y tan bonito. Siempre lo ves en revistas, celebridades o campañas publicitarias. Ahora, lo llevaba puesto.

— ¿Estás de broma? Me encanta. —respondí enérgica, dándole un beso sonoro en la mejilla.

"Pasajeros del vuelo 8837 con destino París, estamos aproximándonos al terreno, por lo que comenzaremos a descender. Aprovéchense los cinturones."

— Tengo ganas de aterrizar. —exclamé emocionada, recordando que por fin vería a Leo y Pierre— Odio los vuelos.

— Yo también. —dijo, suspirando— ¿Cómo crees que se lo van a tomar? —se refería a la ahora boda que teníamos entre manos, la nuestra. Suspiré y chasqueé la lengua, encogiéndome de hombros.

— Tendrán que aceptarlo. —dije— Además, solo quieren que sea feliz y les preocupa que sufra.

— Conmigo no habrá más dolor, mi vida.

STEPFATHER  (TOM KAULITZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora