Tom se moría por saber qué estaba sucediendo en aquella habitación. Estaba junto a Gwen bebiendo una cerveza en lo que trataban de ver una película tal y como Lucy y Cody habían hecho hace unos minutos. No había ruido más allá que la televisión, dejando lugar a la imaginación de Tom crear escenarios sobre lo que ambos hacían arriba.
Tragaba, nervioso. Daba sorbos cada ciertos minutos, a veces hasta seguidos. No podía subir e interrumpirles, ya que no había excusa para hacerlo, por mucho que hubiese dejado claro que no le gustaba aquel joven para Lucy.
Ni Cody ni ninguno. Solo él.
Gwen le mira, confusa.
— Bebes muy rápido, te sentará mal —carcajea la mujer, agarrando el botellín y alejándola del castaño— ¿Estás bien, cariño?
— Claro —responde Tom fingiendo naturalidad, esbozando una sonrisa débil— Voy al baño.
Se levanta del sofá y sube las escaleras con cierta rapidez. Aprovechando que este estaba a escasos metros de la habitación de Lucy, acerca su oído a la puerta en busca de cualquier ruido que pudiera hacerle saber qué sucedía en el interior.
Sin embargo, pleno silencio. Suspiró, dándose por vencido, hasta que pudo oír el sonido de un beso sonoro y la cama rechinar, acompañado de unos pasos andar hacia la puerta. Tom se aleja rápidamente, pero no lo suficientemente rápido como para que Lucy no le viese.
— ¿Espiándome? —carcajea Lucy con una ceja elevada y una sonrisa macabra— ¿Estás celoso, Tom?
Estaban solos. La puerta de la habitación de Lucy estaba cerrado y nadie podía verles, por lo que Tom usó aquello para acercarse de más a Lucy y arrinconarla contra la pared.
— No quiero verte con ese chico —gruñe, poniendo ambas manos a cada lado de la cabeza de la rubia, mirando hacia abajo para clavar su mirada en la de Lucy.
Justo en aquella posición, Lucy podía sentir su estómago removerse en su interior. Estaba nerviosa, aunque debía hacer ver como si no fuese el caso. Tom la debilitaba, pero no era el momento.
— Dime que quieres estar con él —susurra Tom, apretando su mandíbula— Dime que no quieres que sea yo.
No era capaz. Quería que fuese Tom, que los besos fuesen suyos y que los brazos que acariciaban su cuerpo fuesen los de él. Le necesitaba a él.
— No es asunto tuyo lo que quiera —espeta Lucy, evitando el contacto visual con Tom— Ya no.
— Es asunto mío porque eres mía, Lucy —exclama este, apretando sus puños y acercando más su pecho al de ella— Desde el momento en el que te vi.
Estaba diciendo todo lo que ella quería oír, lo que su corazón necesitaba oír para latir de nuevo. Pero no era un sabor dulce, sino agridulce.
Porque le había hecho daño.
— No soy tuya porque estás casado —susurra esta, buscando devolver la táctica, poniéndole nervioso— Tu y yo solo follábamos, ¿no?
Las manos de Lucy van a su nuca, abrazando su cuello para atraerlo más a su cuerpo. Sus labios estaban muy cerca, casi rozándose.
— No —responde Tom tras tragar duro, bajando sus manos hasta la cintura de ella y dejarlas descansar ahí— Yo.., joder.
— Eso pensaba —gruñe Lucy, desviando sus labios al cuello del más alto para dejar un suave beso— Y eso se quedará siempre.
No se apartaba porque lo estaba disfrutando. Odiaba a Tom, pero esa cercanía era la que necesitaba y lo aprovecharía.
— No estés con él —susurra el castaño, cerrando sus ojos ante los besos— No quiero.
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STEPFATHER (TOM KAULITZ)
FanficSu padrastro y siete años mayor que ella, ese es Tom Kaulitz, el nuevo marido de su madre. Aunque eso no será mucho impedimento para la joven de veintidós años, Lucy Smith.