— No sabía que llevarías tanta ropa. —carcajeaba Tom en lo que arrastraba mis maletas al interior de su apartamento.
Acabábamos de llegar del mío, donde habíamos recogido la ropa suficiente para el viaje a París el mismo día uno de enero, tras la noche de año nuevo.
Noche que pasaríamos juntos.
La idea de pasar una noche tan especial con Tom se me hacía.., extraña. No en el mal sentido, sino todo lo contrario. Habían sido tantas las noches en las que lo había soñado.., idealizado el momento, que no pensé que pudiera llegar a pasar. Tras su huida a Alemania y que mi madre me obligase a abandonar Los Angeles, toda mi vida cambió de tal manera, que ya no podía esperar que pasase algo, ya que aprendí que no podías dar nada por sentado.
Todo podía cambiar en tan solo un chasquido de dedos.
— Me gusta ir guapa. —sentencié, mirándole por encima del hombro con una sonrisa— Nunca se sabe cuando voy a querer cambiarme.
— Lo estás siempre. —respondió dejando un beso en mi frente, dejándome sola para llevar mis dos maletas a la habitación que ahora compartíamos.
Paseé mi mirada por el salón. Llevaba varios días conviviendo con él y era mágico, a decir verdad. Solíamos tener pequeñas discusiones con respecto a "manías estúpidas" que ambos teníamos. Por ejemplo, suelo dejar los botes de champú en el suelo de la ducha y él lo odiaba, teniendo siempre que dejarlos en las baldosas. Lo olvidaba y él tenía que recordarlo. También solía poner los pies en el sofá y Tom, como ya supongo que os oléis, lo odiaba.
Estábamos empezando ahora, tras conocernos desde hace tres años, a conocernos realmente.
De repente, mi mirada se posó en un pequeño marco en una de las estanterías. Mis ojos se abrieron de par en par en lo que una sonrisa asomaba en mi rostro.
Era la primera foto que nos hicimos juntos, en Berlín.
Yo tenía la misma foto enmarcada, de la que me había negado a deshacerme. Supongo que ninguno estábamos preparados para dejarnos ir a pesar del daño.
— ¿Todo bien? —me preguntó, abrazándome por detrás. Sus ojos llegaron a la foto, soltando una risa nasal— Qué tiempos, ¿no?
— Estaba colada por ti. —susurré, recordando todos los sentimientos que afloró ese viaje— Me dijiste te quiero por primera vez en esta misma ciudad.
Bajo este mismo cielo, hace tres años.
— Me hizo darme cuenta de muchas cosas. —reconoció, abrazando mi cintura y pegándome contra su pecho— Y una de esas, era que te quería.
Y yo me había dado cuenta de que una de mis cosas favoritas, era escuchar a Tom decirme lo mucho que me quería.
El amor, ¿no?
Tan doloroso y único al mismo tiempo.
— ¿Qué es lo que más te gustaba de mí? —pregunté dándome la vuelta y abrazando su cuello, quedando frente a él.
Nunca se lo había preguntado y esa duda en mi afloró en el momento.
— Podría decir que tus ojos.., tu cuerpo, tu sonrisa. —empezó diciendo, yo solo le miraba atenta— Pero en realidad, era lo insistente que eras.
— Pero si lo odiabas. —carcajeo, confusa— No hacías más que evitarme.
— Porque sabía que podía caer. —admitió, encogiéndose de hombros— Y lo supe en el momento en el que te vi. Sabía que no sería fácil vivir bajo el mismo techo que tú y no caer.
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STEPFATHER (TOM KAULITZ)
ФанфикSu padrastro y siete años mayor que ella, ese es Tom Kaulitz, el nuevo marido de su madre. Aunque eso no será mucho impedimento para la joven de veintidós años, Lucy Smith.