Lucy's point of view.
— Lauren, me voy —anuncié con una cálida sonrisa, aunque era fingida. Estaba deseando volver a mi apartamento y hacer como si esta tarde no hubiese pasado.
Aunque había pasado. Podía pretender que no, podría huir de ese pensamiento pero al final del día, era un hecho que nos habíamos reencontrado. Sus ojos y los míos habían conectado de nuevo, teletransportándome de nuevo a dos años atrás en Los Angeles, cuando me admití a mi misma que era suya, que lo que sentía ya no era atracción por un juego estúpido. Era amor.
Todo había resurgido. Esa maldita sensación al verle, al mirarle a los ojos.
Me pesaba el cuerpo y mi pulso no había vuelto a la normalidad, a pesar de que habían pasado tres horas. Me apresuré a salir del centro comercial, poniéndome mi abrigo y colgando mi bolso de mi hombro derecho.
Mi cabeza iba de pensamiento en pensamiento, ¿y si mañana volvía? No, no creo.
¿O sí?
El frío me azotó al salir de los grandes almacenes, por lo que me detuve un momento para abrocharme el abrigo y asegurarme de que estaba bien protegida. Aunque en realidad, debería comprarme mejor ropa para este tiempo ya que este frío no es el que hacía el París o mucho menos Los Angeles.
Fue entonces cuando bajé las grandes escaleras y torcí a la derecha para caminar hasta la parada de metro que debía coger. Justo entonces, escuché unos pasos acelerados tras de mí y noté como alguien me cogía del brazo, girándome sobre mis talones y quedando frente a él.
Tom.
Ninguno dijo nada los primeros segundos, tan solo nos miramos. Tragué saliva, sintiendo como todo mi sistema empezaba a fallar, no siendo capaz de reaccionar. Estaba frente a mí, solo que esta vez nada nos separaba. Su pecho contra el mío, bajo la luna de Berlín.
— Lucy —dijo en voz baja, clavando sus ojos en los suyos. No respondí, no me moví. No hice nada— Por favor, ¿podemos hablar?
— No tengo nada que decirte, ¿está bien? —respondí recobrando algo de fuerza, alejándome de su aroma. El aroma de siempre, el que ya había olvidado— Es mejor que me olvides, Tom. No nos hagamos más daño.
Recreé sus palabras y lo notó, ya que asintió débilmente y chasqueó la lengua.
Jaque.
— Más daño me haría no poder hablar contigo ahora mismo —respondió, contraatacando.
Jaque mate.
¿Qué estábamos haciendo? Esto no debería estar pasando.
— Hace dos años lo dejaste todo muy claro, y llevabas razón —me miraba atónito, asombrado por la frialdad que mostraba— Así que si me permites, me voy. Aquí no hay nada de lo que hablar, todo eso murió.
Continué mi camino sintiendo mis rodillas a punto de ceder. Todo mi ser temblaba y no precisamente del frío. Oí sus pasos detrás de mí de nuevo, por lo que intuí que esta conversación no estaba cerca de acabarse.
— Lucy —dijo de nuevo, quedando de pie frente a mi— Es solo hablar, por favor.
— ¿No tienes otras cosas que hacer? Como estar con esa chica que vi antes —espeté, elevando una ceja. Me miró confuso, cruzado de brazos— No te hagas el sorprendido, ¿tu novia?
— No tengo novia, Lucy —respondió frustrado.
¿Por qué me importaba? Yo no sentía nada más allá de rencor.
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STEPFATHER (TOM KAULITZ)
Hayran KurguSu padrastro y siete años mayor que ella, ese es Tom Kaulitz, el nuevo marido de su madre. Aunque eso no será mucho impedimento para la joven de veintidós años, Lucy Smith.