Se hizo la noche en Berlín. Lucy estaba agotada y tan solo le apetecía echarse en la gran cama y ver cualquier película. Era bastante solitario aquello, con una habitación tan espaciosa y sin nadie más con quien compartirla.
Ojalá estuviera Tom a su lado para llenar tanto vacío.
Apenas se miraron al bajar del avión. Ella podría decir que no quería hablar ni estar junto a él pero era todo fachada, todo mentira. Su teléfono vibra de golpe, sacándola del trance en que estaba sumergida. Suspira al leer el nombre en la pantalla.
— No puede ser —gruñe, rodando los ojos con pesadez y frustración.
Cody:
"Te echo de menos, reina. Qué ganas de que vuelvas para estar contigo"¿De qué puto árbol se había caído este tío? La llamaba reina e incluso la echaba de menos, ¿se pensaba que eran algo?
No quiso responder, no el momento. No le apetecía. Fingir tenía sus límites, y es que aprovechando que estaba a miles de kilómetros, usaría eso para esquivarle durante la semana.
Debajo del mensaje de Cody, apareció uno de Leo.
Leo:
"¿Quieres que te llame y hablamos un rato?"Justo cuando iba a responder a su mensaje, alguien tocó su puerta violentamente. Frunció el ceño con confusión ya que no esperaba a nadie. Dudó en si contestar o no, hasta que volvieron a golpear la puerta con decisión.
Se levanta de la cama y camina lentamente hasta la puerta, abriéndola lo justo para poder ojear quién era. Para su sorpresa, Tom era quien estaba frente a ella. Abrió la puerta totalmente, mientras los dos mantenían contacto visual.
— Tom, ¿qué..? —fue interrumpida por el impacto de sus labios con los de él. Al principio abrió los ojos de par en par y se apartó un poco.
Se miraron a los ojos de nuevo, respirando agitadamente debido al momento. Necesitaba todas sus fuerzas para no caer en sus brazos, resistiendo. Sin embargo, aquel beso a traición fue lo que la condenó. No tenía fuerzas para resistirse a Tom, no más. Esta vez fue ella quien impactó sus labios con los del castaño, abrazando su nuca rápidamente y tirando de él hacia el interior de la habitación.
La puerta se cierra y ambos dan tumbos de pared en pared en lo que continúan besándose, urgentemente. El beso decía muchas cosas. Decía "te echo de menos", decía "te quiero", decía "lo siento" y decía "somos uno"
Lucy cayó en la cama con Tom sobre su cuerpo, quien lanza un jadeo al sentir su peso sobre el de ella totalmente. Se separan lentamente, mirándose a los ojos como ellos sabían. Pupilas dilatadas y labios sonrojados. Tal y como ambos se gustaban.
Se unieron en un nuevo beso en lo que sin decir nada, se deshacían de su ropa. Tom había dejado al descubierto su pecho, mientras que Lucy se quitaba el top lencero que usaba de pijama, quedando semidesnuda frente a él. Las manos del mayor acunaron sus pechos, dando leves apretones que mandaban pinchazos de placer a su feminidad. Lucy cierra los ojos, acariciando la nuca de Tom a medida que este dejaba besos suaves y húmedos sobre sus dos pezones, yendo de uno al otro en cuestión de segundos. Comenzaba a humedecerse, a querer más.
Tom se separa de ella para llevar sus manos al elástico del pantalón que Lucy llevaba, bajándolo por sus piernas ágilmente y dejándola tan solamente en tanga. De nuevo, su cuerpo angelical que prometía plaza en el infierno. Relamió sus labios y sin pudor, la dejó desnuda al deshacerse de la última prenda que quedaba. Su feminidad estaba expuesta, brillante por la cantidad de fluidos que habían comenzado a aflorar.

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STEPFATHER (TOM KAULITZ)
Fiksi PenggemarSu padrastro y siete años mayor que ella, ese es Tom Kaulitz, el nuevo marido de su madre. Aunque eso no será mucho impedimento para la joven de veintidós años, Lucy Smith.