El taxista metía las numerosas maletas en el maletero del gran vehículo que les llevaría al aeropuerto. Todo estaba preparado y parecía perfecto. Sin embargo, era solo lo que su madre pensaba. La semana anterior hasta ese mismo día había sido un caos. Cody no dejaba de llamar y Lucy solo respondía para buscar la manera de darle a Tom de su propia medicina, aunque realmente se le hacía pesado y las excusas para no acostarse con Cody empezaban a acabarse. No le debía nada, pero el chico cada vez que se veían trataba de acabar la tarde de la misma manera. Y era desesperante.
Dos días antes de comenzar con el viaje, pudo escuchar como Tom y su madre discutan. A decir verdad, no presto atención porque no podía, ya que Cody estaba a su lado y hubiera sido raro. Desde ese día, les notaba algo distantes pero seguían dándose algún que otro beso aquí y allí, muy al pesar de Lucy.
— Al aeropuerto —exclama Gwen, colocándose sus gafas de sol.
El conductor enciende el motor y Lucy ve por la ventanilla a su derecha como su casa queda cada vez más lejos a medida que el coche avanza. Lanza un gran suspiro. Ahora debería estar bastantes horas sin poder escapar de Tom y su madre ni un solo instante. Por lo menos, no tendría que ver a Cody durante una semana.
Leo:
"Ese tal Cody parece una babosa con tantos besos, espero que esté sirviendo de algo"Lucy no puede evitar soltar una pequeña carcajada al leer el mensaje de Leo. Era cierto, Cody buscaba sus labios cada dos minutos y lo hacía de una manera muy peculiar, casi incómoda. No sentía nada al besarle y desde luego tampoco lo sentía su vagina. Era como estar besando a la persona con menos "sex appeal" del mundo.
Y lo era.
Lucy:
"No se que voy a hacer con Tom tantas horas en un avión"Leo:
"No os vais a sentar juntos, tranquila fiera"Leo:
"Y el resto del viaje, échale un ojo a los alemanes, que ya tienes experiencia en eso"Rueda los ojos. No le apetecía nada lo que Leo dijo, ya que bastante tenía con el alemán que no podía quitarse de la cabeza y vivía bajo su mismo techo.
En menos tiempo de lo que imaginaron, llegaron al aeropuerto. La cantidad de gente y voces a su alrededor resultaban abrumadoras. Odiaba los lugares tan llenos de gente, le agobiaba. Suspiró y caminó con el carro de maletas frente an ella, arrastrándolo hasta el mostrador en el que podrían facturar las maletas.
— Gwen y Lucy Smith y Tom Kaulitz —dijo su madre, dejando los tres pasaportes sobre el mostrador y dejando que la mujer imprimiese las etiquetas para las maletas.
— Oh, Berlín —sonrió la mujer a medida que escaneaba los pasaportes y comprobaba información— Qué ciudad más bonita.
Lucy no pudo evitar rodar los ojos ante la necesidad que tenían esos empleados de ser tan simpáticos y complacientes con los viajeros. Aunque pensándolo bien, con lo que cuesta volar de un continente a otro, más les valía.
Las maletas ya se las habían llevado para ir metiéndolas en el avión. Quedaba una hora y media para que pudieran subir al avión y volar. Era momento de matar el tiempo, por lo que Lucy no dudó un segundo en ir a explorar la zona launch donde la gente hacía tiempo hasta coger su vuelo.
— Me voy, luego vuelvo —exclama la chica, comenzando a alejarse.
— ¡Aquí en una hora! —exclamó su madre de vuelta, como si fuese a perderse en un aeropuerto con sus veintidós años.
Sentía la mirada de Tom en ella pero no le dio importancia, alejándose cuanto más pudo.
— Joder, ¿y qué hago yo sin fumar? —bufó frustrada, chasqueando la lengua.
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STEPFATHER (TOM KAULITZ)
FanfictionSu padrastro y siete años mayor que ella, ese es Tom Kaulitz, el nuevo marido de su madre. Aunque eso no será mucho impedimento para la joven de veintidós años, Lucy Smith.