part 26

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Los ojos de Lucy se abren y automáticamente se clavan en la ventana, desde donde podía verse la famosa torre de Televisión de Berlín. No puede evitar sonreír, pero no las fantásticas vistas de aquella hermosa ciudad, sino por el recuerdo de la noche anterior.

Tom había acudido a su habitación y habían vuelto a tener sexo. Además de, evidentemente, haber corrido el riesgo de que Gwen les descubriese. Sin embargo, no se arrepentía de nada, ya que este le había dicho que pensaba divorciarse de su madre y acabar con toda esa falsa. Por desgracia, tuvo que volver a la habitación que compartía con la mujer y no se pudo quedar con Lucy, pero con tan solo haberle vuelto a besar, le valía.

Había echado de menos sus besos de tal forma, que estaba por volverse loca. Su interior gritaba constantemente en euforia; se dijeron te quiero. Ese momento la hacía echar a temblar, ya que oír aquello de la persona que más lo esperas, es un sentimiento completamente increíble. Muerde su labio inferior con fuerza en lo que se revuelve por las sábanas, disfrutando de la suavidad de estas por su piel. Su teléfono vibró en la pequeña mesa, por lo que alarga su brazo y lo coge, dándose cuenta de que era un mensaje de su madre.

Gwen:
"No tardes mucho en prepararte, tenemos que ir a conocer a la familia de Tom"

Y fingir de nuevo hasta que acabase la semana. Suspira y lanza el teléfono a cualquier otro punto de la cama. Se desprende de su ropa y salta a la ducha, sintiendo el agua caliente recorrer su cuerpo y envolviéndola en vapor de agua. Enjabonaba su cuerpo y, sin poder evitarlo, imaginaba que era Tom quien lo hacía. Aquella vez en la ducha, en la que hicieron cualquier otra cosa menos ducharse. Mordió su labio inferior, soltando un suspiro.

No tenía tiempo para excitarse.

Salió de la ducha y corrió en busca de ropa que ponerse para evitar sentir más frío. No podían olvidar que Berlín no tiene la temperatura de Los Angeles. El clima era frío y debían abrigarse o cogerían una pulmonía. Tras colocarse unos vaqueros, un jersey y sus botas negras, ya estaba preparada. Peinó su pelo y se aplicó un poco de rímel, solo necesitando coger su abrigo y ya estaría lista.

Salió de la habitación y miró a su derecha, de donde tendrían que llegar Tom y su madre. Tal y como esperaba, estos salieron segundos más tarde. Era evidente que algo no iba bien. Tom tenía su mirada fija en Lucy y estaba llena de mensajes ocultos. Su madre, Gwen, tenía la nariz enrojecida y los ojos algo hinchados, señal de que había llorado.

Tom pasó por su lado en lo que caminaba hasta el ascensor. Si estuviesen solos, le pararía y hablarían, pero no podía ser. Chasqueó la lengua y caminó hasta su madre, cogiendo su mano par dar un apretón fuerte. Gwen apretó los labios en una sonrisa leve en la que había mucho dolor.

— Nos vamos, ¿no? —dijo Gwen. Lucy asintió sin decir nada. ¿Incluso estando así como estaban era buena idea conocer a los padres de Tom?

Estaban los tres en el ascensor, Lucy posicionada en medio de los dos. Sentía a Tom rozar su brazo derecho, mientras que su madre rozaba el izquierdo. No quería mirar en ninguna dirección, ya que se sentía incómoda. Fue entonces cuando sintió una mano rozar su culo, agarrando tan ligeramente, que apenas podría darse cuenta al no estar en pleno silencio y quieta. Supo que se trataba de Tom. Tensó todo su cuerpo y apretó los puños, sabiendo que no podía reaccionar como le gustaría.

Una vez en la puerta del hotel, un taxi aparcaba frente a ellos para que pudieran subirse y que les llevase a donde desearan. Gwen se sentó en el asiento del copiloto, mientras que Tom y Lucy iban en el asiento de atrás.

Tom:
"Buen culo"

Lucy:
"¿No podía haber sido en un peor sitio?"

STEPFATHER  (TOM KAULITZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora