Era el tercer día solos. Desde la noche en la que durmieron juntos, Lucy no ha vuelto a dormir en su habitación. Le gustaba dormir con Tom, sentir su aroma y su respiración en su cuello. Despertar y verle nada más abrir los ojos. Había un sentimiento que la inundaba cada vez que le veía, uno que cada día se hacía más fuerte. Con respecto a la relación que mantenían, además de sexo también había muestras de cariño y afecto, como besos cada ciertos minutos y abrazos de todo tipo.
Lucy se sentía en una nube. Una de la esperaba no tener que bajar. Aunque en el fondo, sabía que tenía que pasar cuando su madre volviese de su congreso en España.
Era miércoles, por lo que ambos debían levantarse y cumplir con sus obligaciones. Tom ya se había despertado, desperezándose al quedar sentado en la cama. Se giró para mirar el cuerpo desnudo de Lucy, quien aún dormía. Una mirada se escapó de sus labios, mirándola con ternura.
La joven despertaba en él emociones que no debía sentir. Cada vez que la veía sonreír, reír, siendo ella misma.., sentía su corazón florecer con felicidad. Había descubierto muchas cosas de ella en aquellos tres días. Le gustaba mucho el café y lo prefería frío hasta en invierno. Odiaba dormir con mucha ropa en invierno a pesar del frío, ya que no le dejaba moverse por la cama con facilidad. Su estación favorita era la navidad y la que más odiaba, el verano. Aunque le gustasen las vacaciones. Le gustan las películas de miedo pero se asusta con facilidad.
Y mil cosas que le había dado tiempo a descubrir. Cada vez, disfrutaba más de su compañía y sentía esa emoción tan fuerte en su pecho, sobre todo cuando se disponían a dormir y esta se echaba sobre su pecho.
— Lucy —susurra Tom, llevando su mano al hombro de la joven para removerla, consiguiendo que despertara— Despierta.
— No quiero ir —gruñe, aún manteniendo los ojos cerrados— Vamos a quedarnos en casa.
— Ojalá —suspira el castaño, soltando una pequeña risa— Pero tengo que ir a trabajar y no me puedo escaquear.
— Solo me apetece estar contigo y no hacer nada —se queja de nuevo, abriendo los ojos y echando a un lado las sábanas— O hacer otras cosas.
— ¿Quieres que te recoja hoy de las clases? Acabo a las doce —propone Tom. Lucy asiente con una leve sonrisa y gatea hasta llegar a él, besándole al mismo tiempo que agarra su cuello abrazándolo. El castaño sonríe a mitad del beso y la sube a su regazo— Creo que es un sí.
— Creo que es un "quítame de tu regazo o acabaremos mal" —carcajea la rubia, levantándose y quedando de pie completamente desnuda— ¿Qué hora es?
— Las ocho —responde el mayor. Los ojos de Lucy se abren de par en par— ¿Llegas tarde?
— ¡Y mucho! —exclama esta, corriendo a su habitación en busca de ropa que ponerse. Tom lanza una risa ligera en lo que niega con la cabeza.
Minutos después, ambos estaban terminando de prepararse para salir. Lucy se había aplicado máscara de pestañas y puesto un conjunto algo revelador para la estación en la que estaban entrando.
Tom eleva una ceja al verla, acercándose lentamente. Lucy se cruza de brazos, resaltando su pecho.
— Estás preciosa —susurra a centímetros de sus labios, agarrándola por la cintura— Pero con ese conjunto me pones muy mal.
La rubia sintió su bello erizarse. Muerde su labio inferior en lo que fija su mirada en los labios de Tom.
Si continuaban con ese juego, llegarían muy tarde. Igual Lucy podría, pero Tom no.
— Tendré que ponerte malo más tarde, o llegarás tarde —susurra la rubia, dejando un beso en sus labios. Antes de poder apartarse, Tom lo profundizó pegando el cuerpo de ella al suyo, arrancándole un jadeo— Tom, nos tenemos que ir.
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STEPFATHER (TOM KAULITZ)
Fiksi PenggemarSu padrastro y siete años mayor que ella, ese es Tom Kaulitz, el nuevo marido de su madre. Aunque eso no será mucho impedimento para la joven de veintidós años, Lucy Smith.