QUEEN OF DARKNESS (Libro 1)

Extra II

                                     

                              Última conquista

Tres años antes.

Las paredes del castillo retumba por la fuerte música que suena en la sala de bailes más grande de mi palacio. Camino por el pasillo junto a mis dos guardianas confidentes y con un hermoso y sensual vestido de color lila, visualizándolo con mi largo cabello suelto y mi corona encima de el.

Yo nunca hago fiestas voluntariamente, no me gustan, pero esta vez, tuve que hacerlo.

Estoy en mi camino final de conseguir la corona imperial. Por ello mismo, es que he estado conquistando varias naciones de Mohagi para extender mi territorio. Muchos reinos se encuentran ansiosos y preocupados por saber quién será el siguiente. Y no los culpo, un reino tan grande como el mío, intimida a cualquiera, más cuando ando cazando coronas para conseguir llegar a la casa imperial.

No obstante, para su suerte, ya estoy acabando.

El consejo imperial declaró que todavía me falta un poco de terreno para convertirme en un imperio. Gracias a esa declaración, sucedió el motivo del porqué todos estos reyes están invitados el día de hoy.

Todo se me juntó y me favoreció. Quiero conquistar un reino invitado, pero me gustaría hacerle creer a todos que termine mi era de conquistadora, cuando realmente solo tengo un objetivo más por derrumbar. Es una estrategia, debo de calmar a los demás reyes preocupados por saber quién será el siguiente que conquistaré. Y así a la vez, poder acercarme al monarca que tengo fichado.

Las puertas se abren para mí y toda la atención me recae en segundos. Dejo salir una pequeña sonrisa, ingresando a mi sala de baile, sin sorprenderme de la gran cantidad de reyes, pero que no son los que destacan más, si no, la variedad de guardias que tienen a su alrededor como respaldo.

Esto será increíble.

—¡Su majestad real, Ayla Clayton! —avisa el mayordomo.

Todos asienten como saludo, aunque me atrevería a pensar que ya saben que pronto será una reverencia, porque me convertiré en una líder mundial.

Mi pensamientos me motivan a caminar con más seguridad, hasta estar en frente de todos en una tarima pequeña. Dónde me espera mi conde, quien me dedica una leve sonrisa.

La multitud se mantiene en silencio a la espera de que tome la palabra. Respiro profundo y dejo fluir mi lado astuto.

—Buenos tardes —hablo en voz alta—. Me complace ver que aceptarán mi humilde invitación. Tenerlos como invitados en mi reino es un gran honor para mí, al estar apunto de asender al trono imperial.

Algunos les da igual, otros siguen con la indignación de que sea una mujer que tendrá un mayor poder, y los últimos, se encuentran nerviosos, mirando su entorno constantemente.

—Está fiesta mayormente es para aliviar su miedo hacia mí. Saber que no es mi idea aniquilarlos. Ya he roto con esa cruel cadena de muertes —imploro—. Y como prueba de mi verdad, solo he traído a mis dos guardianas. En cambio a ustedes se les permitió ingresar con la cantidad de guardias que los hiciera sentirse más cómodos.