Terminé el día, quisiera decir, pero lo cierto es que; ahora estoy sometida a una ducha relajante, creada por mi dama de compañía, quien me ayuda a prepararme para mi última actividad del día.
Y quisiera que la tranquilidad invadiera mi cuerpo, pero ni siquiera eso quitaría este vacío que estoy sintiendo ahora mismo.
Observo mis pies mojados, mientras los restriego entre sí. Me cuesta estar feliz este día, aunque hoy he sonreído más que en los últimos años, el sentimiento sigue siendo el mismo.
Recuerdo que mi madre siempre cantaba para mí cuando me bañaba, después de hacerlo, me acomodaba en la cama para acostarme. En seguida, aparecía mi padre a contarme una de sus historias que tanto amaba. Mi favorita siempre había sido la de la luna y el sol, me llamó la atención desde la primera vez que él la leyó para mí. Es muy interesante y hermosa.
Me pregunto si Ámbar llegó a ser así con mi hermana, si alguna vez llegó a demostrarle, aunque fuese, un poco del mucho amor que me transmitió a mí.
¿Por qué no nos daba el mismo amor a las dos?
Entiendo que ella estaba enfocada en hacer una próxima reina a su imagen, pero me causa tanto dolor pensar en todo lo que vivió mi pequeña hermana a su corta edad.
Recuerdo que cuando mis padres abandonaban mi habitación, me escapaba a la de mi hermana y traía conmigo un pequeño libro hecho por mi padre con varias historias y se las leía hasta que se quedará profundamente dormida.
Ese libro es la joya más apreciada que poseo, porque cada vez que lo leo, pienso en que se lo estoy haciendo para mi hermana.
Termino la ducha y salgo con el cabello goteando.
Me coloco la bata y camino hasta el espejo. Me examino toda, la expresión, mi ánimo y la fuerza que estoy utilizando para enfrentar este día como cualquier día normal.
¿Qué sería de mí si mis padres no me hubieran entregado el reino tan pequeña? ¿Sería una reina con una familia apoyándome? ¿Sería una princesa coqueta que busca a su príncipe soñado? ¿O sería igual que ahora, pero sin traumas?
Preguntas que nunca tendrán una respuesta, sin embargo, tampoco puedo hundirme en el pasado, este es el ahora y debo de enfrentarlo.
Me encamino a la habitación dónde están mis damas y el sastre. No comentan nada al ver mi ánimo, porque ya están acostumbrados. Me decido por un vestido negro straple y acampanado. Me gusta, es bonito y elegante. Solo que, a diferencia de mis otros vestidos llamativos, este tiene un aura de tristeza.
Me dispongo a bajar lista con la corona que, hace tres años ordené a hacer y que iba a ser la nueva presentación de la generación Clayton.
Entro a la sala de trono, al frente de ella yace una pintura de mi hermana. Hay velas y flores.
Todos los presentes se levantan por mi llegada, en realidad, no son muchos, solo los que consideramos confiables, porque me gusta que sea algo discreto e íntimo, ya que es algo muy personal.
Lean está en los asientos de adelante, al igual que mi duquesa. Camino al frente y toda la atención es solo para mí. Noto al pelinegro un poco alejado, con las guardianas, pero no le pongo mente.
Respiro profundo, tomando el valor necesario y doy por empezada la ceremonia en memoria de mi hermana.
Aquí vamos
—¿La extraño? —empiezo preguntando retóricamente—Todos los días. Siempre me estaré preguntando en cómo luciría mi hermana si estuviera aquí, ¿seguiría jugando a la guerrera?, ¿estaría inventando una nueva estrategia para invadir la cocina? —Quiero sonreír por lo último, en varias ocasiones nos unimos a robar comida por el comedor—. Son preguntas sin respuesta, pero, sin duda, difícil de no formularlas.
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QUEEN OF DARKNESS (Libro 1)
Ficción históricaAyla Clayton. Una reina imperial que gobierna un continente entero. Lucha con un enemigo que ha estado intentado extinguir su linaje desde hace muchos años, mientras consigue la justicia que merece su hermana difunta gracias a su maniática madre. Co...