QUEEN OF DARKNESS (Libro 1)

Capítulo 37

La habitación de Adrien no está lejos. Solo un pasillo de la mía.

Al llegar, toco la puerta. Una vez me otorga el permiso de entrar, lo hago de inmediatamente.

Encuentro al pelirrojo terminándose de cambiar de ropa. Su cabello rojizo es lo que más destaca en la su habitación oscura. De hecho, es la misma que Zac, pero con el estilo de cada uno.

—¿Vas a alguna parte? —pregunto curiosa.

Se abrocha el último botón de su camisa y me sonríe.

—¿Por qué? ¿Quieres que me quede? —responde con coquetería, mirando brevemente la cama.

Me hace reír y niego con la cabeza.

Lo noto con mejor ánimo. En teoría, es muy alegre, pero ahora lo está aún más, con un brillo en su mirada que me genera mucha curiosidad.

—¿Estas así por la nueva cocinera? —quiero saber.

El encuentro que sucedió hace poco, me permite poder hacerle la pregunta. Más cuando sus ojos lo delatan y su sonrisa se ensancha más.

—Te diré la verdad, mi reina —decide.

Al instante arrastro una silla que estaba cerca y me siento a escuhar.

—Es una mujer....que no he podido sacar de mi cabeza desde que la conocí —confiesa francamente.

Sonrío.

Adrien es el hombre más amante de las mujeres que yo he conocido en mi vida. Me resulta intrigante, pero también difícil de creer que ya haya encontrado al amor.

—Adrien enamorado. —Suspiro—. No creí estar con viva para decir eso en voz alta.

Se ríe y se sacude el cabello un poco.

—Estoy en el proceso, aún —corrige—. Ella me hace ser paciente, así que...

Se levanta.

—No me gustaría dejarla, mi reina, sin embargo, deseo hacerle un recorrido a Britany por el castillo antes de que anochezca —explica.

Asiento bastante compresiva. Yo ya pasé por ello.

Señala su habitación y se inclina ante mí.

—Siéntate como en casa —bromea.

Meneo la cabeza y él se encamina hacia la puerta, pero está es abierta por alguien más.

Jenny entra a la habitación de su amigo. Se detiene y se reverencia cuando nota que estoy aquí.

—Jenny, que sorpresa —saluda el pelirrojo.

—Alteza, Adrien —nos saluda.

Le regalo una corta sonrisa como saludo.

—¿Pasó algo? —Adrien le pregunta.

Ella nos observa a los dos un poco extraña y no sé qué le sucede, pero parece reaccionar rápidamente.

—Venía a hablar con Adrien, pero si quieren....

—No, de hecho —la interrumpo y me levanto al recordar el motivo del porqué estoy aquí—. Necesito enviarlos a limpiar un pequeño problema que se me está presentando.

Los líderes de los arqueros me dan su atención.

—¿En que nos requieres, alteza? —contesta Jenny.

Me guardo la sonrisa para empezar a soltar la información necesaria.

Después de unos minutos, me encamino hacia la puerta para marcharme de la habitación.