QUEEN OF DARKNESS (Libro 1)

Capítulo 14

Traer un hijo al mundo es una gran responsabilidad. Considerando el hecho de que, en estos tiempos tienes enemigos hasta por respirar.

Ellos al ser reyes, poseen lo que muchos desean a su disposición. Ahora con un bebé en camino, será más que obvio la debilidad de los dos soberanos. Estoy feliz por mi amiga, pero también preocupada. No quiero que le suceda nada, esto que tiene es una linda familia. Su felicidad no es un juego para mí, por lo tal, es más que obvio mi reacción ante el anuncio.

Pensar negativamente está mal, dicen, pero es más fácil, porque estás atento a todo lo que pueda ocurrir y así prevenirlo.

Candy se acerca extrañada por mi comportamiento. Tarda en llegar debido a que, en el camino todos la saludan y felicitan. Su esposo va detrás de ella recibiendo la misma atención. Me tomo de un solo trago el vino y dejo la copa sobre la mesa, preparándome para lo que viene.

Candy al llegar, de inmediato se cruza de brazos.

—¿Qué pasa? —pregunta.

La observo completa. No hay ningún rastro de embarazo, así que definitivamente ellos tienen poco tiempo de saberlo.

—¿Lo intentaron por mucho tiempo? —cuestiono fingiendo asco—. ¿Sabías que podía vivir sin esa información?

Candy hunde las cejas un poco confundida.

—¿Eso es lo que vas a...?

—¡Mi cuñada favorita! —exclama el rey, llegando al lado de su reina.

—Soy la única que tienes, idiota —gruño.

El rey saca su horrible sonrisa, pero al ver la cara seria de su esposa, se le esfuma en segundos.

—¿Qué te pareció? Vas a tener un sobrino —me dice.

Candy me sigue mirando, por lo cuál, doy un ligero suspiro y forzo una sonrisa.

—Espero que no se parezca a ti —contesto—. Candy llegó a mejorar tu linaje, deberías estar agradecido con ella.

Y de esa forma hago sonreír a mi amiga, mientras que Hades se ofende.

—Por si no lo sabes, estoy en la lista de los reyes más atractivos del mundo —exclama y rodea la cintura de su reina—. Casi de los primeros.

Volteo los ojos por su estupidez.

—Es verdad —concuerda Candy—. Ayer nos llegó ese panfleto. En la lista femenina estás en el primer lugar. Yo estoy en el quinto.

No es ninguna sorpresa.

Pero una sonrisa torcida sale de mí, provocando el descontento del rey.

—Seguro porque temen a que los aniquiles si te daban el último lugar —añade Hades.

Borro mi sonrisa y me cruzo de brazos por su atrevimiento de decir tal mentira y lo uso a mi favor.

—¿Aniquilar? El único que quiero aniquilar está justo al frente de mí —replico—. ¿Anunciar el embarazo de Candy a un montón de desconocidos? ¿Acaso te volviste loco?

Hades abre la boca para explicar, pero es Candy quien lo hace.

—Yo di la idea —confiesa—. Quería hacerte venir para que lo supieras, pero me emocioné y terminé invitando a los demás.

Sinceramente no me asombra para nada. Ella deseaba esto por mucho tiempo.

—¿Entendiste? Tus deseos de matarme son inválidos —habla el rey.

—No, mis deseos de hacerlo siguen teniendo mucha validez —argumento.

Ahora es quien voltea los ojos, pero después la mirada queda en mi acompañante, que ha estado todo este tiempo en silencio.